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A 41 años de la muerte del General Perón

Se conmemoran este miércoles, 1° de julio, 41 años del fallecimiento de Juan Domingo Perón. Es nuestro deber como argentinos, recordar con respeto y valoración a un ser humano que verdaderamente se puso al servicio de nuestra Patria, quien dejó el legado de una doctrina, metas, conceptos y verdades; como militar, político, gobernante, estadista y conductor.

 

Perón evidenció, a lo largo de toda su vida, relevantes aptitudes y condiciones de educador, instructor, profesor, conductor, estadista y autor.

 

Su pensamiento, es indudable, cobra cada día mayor relevancia y vigencia. Todo lo cual nos obliga a recordar en estos días sus célebres palabras: “El trabajo es el medio indispensable para satisfacer las necesidades espirituales y materiales del individuo y la comunidad, la causa de todas las conquistas y el fundamento de la prosperidad general. De ahí que el derecho a trabajar debe ser respetado por la sociedad considerándolo con la dignidad que merece y proveyendo ocupación a quien lo necesita. Porque gobernar, es crear trabajo”.

 

Su pensamiento trascendió las fronteras nacionales, convocando a países hermanos a la vocación transformadora de construir una América Latina rica y soberana. Puso todo su empeño en mantener la independencia en un mundo bipolar y en lograr una mejor distribución de la los bienes entre los seres humanos.

 

Supo ayudar a que el Pueblo Argentino tomara conciencia de su necesidad de organización: se reconstruyó el tejido social y se puso de pie el sector del trabajo a través de sus organizaciones sindicales. Pero, por sobre todas las cosas, el hombre, la mujer, los niños, y los ancianos recuperaron su dignidad y fueron protagonistas de sus propias vidas, las cuales alcanzaron el nivel de trascendencia necesario e inherente a todo ser humano.

 

Durante su gestión de gobierno, se instaló nuestra primera base en la Antártida Argentina, las leyes sociales se multiplicaron por todas partes y fueron ejecutándose en el plano de la realidad, la mujer salió de la situación de inferioridad en que se encontraba para gozar de derechos políticos y del voto, los niños se convirtieron en los únicos privilegiados y se brindó protección especial a los ancianos, se creó el fuero del trabajo, redujo considerablemente el endeudamiento externo volcándose esos recursos hacia el interior de la comunidad, etc.

 

La vida de los grandes hombres subsiste siempre en el recuerdo. Sus ideas, pensamientos y doctrina quedan hondamente en el seno de los pueblos. De esta manera los grandes espíritus se eternizan y su voz e imagen se siguen percibiendo a través de los tiempos, marcando rumbos ciertos en el caminar cotidiano.

 

Quizá convenga tener presente que el concepto de Perón sobre la empresa de reconstrucción no está dado por las formas sino por el contenido. Él sabía que una de las causas del problema de la postración y el desencuentro argentino tiene una raíz moral y cultural.

 

La obra del hombre es un reflejo de su vertebración espiritual, así como las frustraciones y el desconcierto son prolongación de un vacío interior. Por eso el ilustre tres veces presidente de los Argentinos plantea, como condición sine qua non de la reconstrucción nacional, la reconstrucción del hombre argentino.

 

Finalmente, el General Perón no sólo dio al país una valiosa contribución de su capacidad creadora y su propia vida, sino que también le dio un ejemplo de humildad, reveladora de la grandeza de su alma.

Sostuvo siempre que los pueblos son los artífices de su propio destino y que sólo los pueblos salvan a los pueblos, ratificando su inmensa fe en los hombres que trabajan en todos los órdenes de la actividad humana.

 

Su único heredero es el Pueblo y su herencia representa una bandera nítida a favor de las causas populares, que siempre tienen al ser humano y su dignidad como centro.

 

Estas razones y antecedentes resultan una mínima síntesis de las cualidades y virtudes del Teniente General Juan Domingo Perón y demuestran la justicia del homenaje que debemos realizar en reconocimiento a uno de los más grandes patriotas argentinos.

 

Al cumplirse 41 años de su fallecimiento podemos contemplar su obra con perspectiva histórica, apreciando el profundo valor de la misma.

 

La infausta noticia

 

El lunes 1º de julio, a las 14.10, María Estela Martínez de Perón –en ejercicio de la presidencia desde el sábado 29 de junio- anunció a todo el país el fallecimiento del teniente general Juan Domingo Perón. Poco después se conocía el parte médico en que los doctores Pedro Cossio, Jorge Taiana, Domingo Liotta y Pedro Eladio Vázquez certificaban las causas de la muerte de Perón.

 

Decía así: “El señor teniente general Juan Domingo Perón ha padecido una cardiopatía isquémica crónica con insuficiencia cardíaca, episodios de disritmia cardíaca e insuficiencia renal crónica, estabilizadas con el tratamiento médico. En los recientes días sufrió agravación de las anteriores enfermedades como consecuencia de una broncopatía infecciosa. El día 1º de julio, a las 10.25, se produjo un paro cardíaco del que se logró reanimarlo, para luego repetirse el paro sin obtener éxito todos los medios de reanimación de que actualmente la medicina dispone. El teniente general Juan Domingo Perón falleció a las 13.15”.

 

Poco después de las 14.10 el secretario general de la CGT, Adelino Romero, decretaba –en señal de duelo- un cese general de actividades; medida que fue imitada por Julio Broker, titular de la CGE, quien invitó a los empresarios de todo el país a sumarse al duelo.

Por un conflicto que mantenían los trabajadores gráficos con las empresas periodísticas, ese día no aparecieron los diarios en el país, que sólo pudieron dar la noticia del fallecimiento en la madrugada del 2 de julio.

 

Inmediatamente después de su muerte, los restos de Perón fueron instalados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, vestido con uniforme militar, donde se lo veló hasta las 8 del día 2. A esa hora fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, donde arribaron a las 9.40, rezándose una misa de cuerpo presente. Colocado en una cureña, el féretro, flanqueado por granaderos, fue conducido al Palacio Legislativo. Allí permaneció hasta las 9.30 del jueves 4.

 

Se calcula que mientras el cuerpo de Perón estuvo expuesto en el Congreso, unas 46 horas y media, desfilaron ante el féretro casi 135 mil personas; afuera, más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder.

Sin embargo, y a pesar del fuerte aguacero –hasta las 9 del jueves 4 llovieron sobre Buenos Aires 14 milímetros-, una multitud incalculable se concitó a lo largo de las avenidas Callao y del Libertador para rendir homenaje –al paso del cortejo- al presidente desaparecido. Dos mil periodistas extranjeros informaron de todos los detalles de las exequias.

 

Tres primeros mandatarios llegaron a Buenos Aires para sumarse al duelo de los argentinos: Juan María Bordaberry, de Uruguay; Hugo Banzer, de Bolivia, y Alfredo Stroessner, del Paraguay.

Antes de que se iniciara la marcha hacia Olivos, en el Congreso, doce oradores despidieron al muerto: Benito Llambí, en representación de los ministros; José Antonio Allende, por los senadores; Raúl Lastiri, en nombre de los diputados; Miguel Ángel Bercaitz, por la Corte Suprema de la Nación; el teniente general Leandro E. Anaya, en representación de las Fuerzas Armadas; el gobernador riojano Carlos Menem, en nombre de sus colegas de todas las provincias; Ricardo Balbín, por los partidos políticos; Duillo Brunillo y Silvana Rota, por el Partido Justicialista; Lorenzo Miguel, de las 62 Organizaciones; Adelino Romero, de la CGT, y Julio Broker, por la CGE.

En Olivos, el féretro fue conducido a pulso desde la cureña hasta la capilla de Nuestra Señora de la Merced; una salva de 21 cañonazos prologó la misa y el responso pronunciado por el capellán de granaderos Héctor Ponzo.

 

Los ecos

 

La repercusión de la muerte del teniente general Juan Domingo Perón alcanzó un eco sin precedentes en la Argentina y conmovió a grandes personalidades de todo el mundo. Esa consternación quedó evidenciada no sólo en las condolencias que convergieron sobre Buenos Aires, sino en una especie de súbita parálisis que se verificó en algunas capitales del exterior.

 

En Moscú, por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, y el secretario general del Partido Comunista de URSS, Leonid Brézhnev, interrumpieron el diálogo que mantenían desde días atrás, para expresar su adhesión al duelo.

 

Otro tanto sucedió con las reuniones de la FAO que se celebraban en Roma; e igual decisión se tomó, en Ginebra, en la Conferencia sobre Desarme. Ernesto Geisel, presidente de Brasil, conoció la triste noticia mientras volaba desde el norte de su país hacia Brasilia: en pleno vuelo decretó tres días de duelo nacional y redactó las condolencias para el gobierno y pueblo argentinos.

 

En todos los países del mundo las banderas comenzaron a flamear a media asta, incluyendo la blanca y celeste de las Naciones Unidas, enarbolada en su sede de Nueva York. Las enseñas de todos los países rindieron similar tributo en los estadios alemanes donde se jugaban los encuentros por el Campeonato Mundial de Fútbol.

 

En cada uno de los partidos disputados a partir del 1º de julio, se interrumpió el juego por un minuto para rendir homenaje al viejo líder argentino. Igual medida dispusieron las autoridades del Campeonato Mundial de Básquetbol que se disputaba en San Juan de Puerto Rico.

 

En Lima, Nueva York, Brasilia, Roma, Washington y en casi todas las grandes capitales se rezaron misas in memorian del presidente muerto, y el propio papa Pablo VI le dedicó –el martes 2- la misa que celebró en la capilla privada del tercer piso del Palacio Apostólico del Vaticano.

 

La irreparable desaparición sirvió para titular los diarios de todo el orbe (las portadas de algunos periódicos porteños ilustran esta página), los que publicaron extensas notas necrológicas destinadas a resaltar la personalidad de quien fuera, por tres veces, presidente de los argentinos.

 

Así se expresó el mundo

 

A continuación se insertan las opiniones vertidas por diferentes personalidades y medios periodísticos del exterior:

 

Fidel Castro (primer ministro de Cuba): “La noticia me hizo mucho daño. Tuve una terrible sensación de abatimiento y tristeza… Surgió en mi memoria la ruptura del bloqueo a Cuba que concretó el gobierno popular del general Perón. Jamás será olvidado por el gobierno y el pueblo de mi patria. Siempre será recordado aquí como un patriota latinoamericano y un amigo de Cuba y de su pueblo”.

 

Richard Nixon (presidente de USA): “En el momento que otros se habrían contentado con retirarse de la vida política, él aceptó el desafío de regresar a su país para guiar a los argentinos”.

 

Henry Kissinger (secretario de Estado de USA): “La muerte de Juan Domingo Perón no sólo es una gran pérdida para el pueblo argentino, sino para todo el mundo”.

 

Kurt Waldheim (secretario general de las Naciones Unidas): “Fue reconocido como destacado líder de América, a tal punto que su muerte será sentida no sólo por el pueblo de su país, sino por el mundo entero”.

 

The Washington Post (USA): “Perón dirigió, en la década de los años 40, una transformación social en la Argentina que, al contrario de muchos otros movimientos latinoamericanos, puede ser descrito como revolución”.

 

The New York Times (USA): “La personalidad de Perón ha merecido sentidos elogios desde la izquierdista Cuba a las derechistas Brasil y Chile”.

 

Juan María Bordaberry (presidente de Uruguay): “Pugnó por una acción iberoamericana revitalizada para llevar al continente a formas de integración compatibles con nuestra independencia y desarrollo”.

 

Alfredo Stroessner (presidente del Paraguay): “Desaparece un gobernante excepcional, un soldado leal a las tradiciones de su patria, un abanderado de la justicia social y reivindicador de los derechos de las clases populares”.

 

Misael Pastrana Borrero (presidente de Colombia): “No sólo fue un estadista sino uno de los conductores más destacados de América Latina”.

 

O Globo (Brasil): “Hay que elogiar la moderación y el espíritu constructivo de Juan Domingo Perón”.

 

El Mercurio (Chile): “Cualquier menosprecio para juzgar la personalidad de Perón constituiría una ceguera”.

 

El Comercio (Perú): “Fue un estadista extraordinario, capaz de conquistar los más altos índices de popularidad”.

 

Juscelino Kubitschek (ex presidente de Brasil): “Perón conoció el calvario y la resurrección. Al final, el destino le reservó la gloria de ser el restaurador de la democracia”.

 

Chou En-lai (primer ministro de la República Popular China): “Perón laboró activamente durante toda su vida para reforzar la causa de la unidad del Tercer Mundo contra todo designio hegemónico. Fue un célebre estadista y desplegó en vida positivos esfuerzos por la salvaguardia de la independencia nacional”.

 

Walter Scheel (presidente de Alemania Federal): “El pueblo alemán guardará siempre un honroso recuerdo de alguien a quien mucho se debe en la construcción de una Argentina moderna, pues él puso énfasis en el desarrollo económico y social de su país”.

 

Josef Broz, Tito (presidente de Yugoslavia): “El pueblo argentino pierde un gran hombre de Estado. Y el continente latinoamericano y el mundo, un luchador incansable por la paz de los pueblos”.

 

Giovanni Leone (presidente de Italia): “Juan Domingo Perón será recordado por el pueblo italiano por su amistad hacia Italia, constante y concretamente demostrada por el impulso dado al desarrollo de la colaboración ítalo-argentina”.

 

Nicolae Ceausescu (presidente de Rumania): “Fue uno de los hijos más brillantes de América. Luchó activamente por la unidad de las fuerzas populares, por el desarrollo libre de su país, contra la dominación imperialista y extranjera, por la paz, la seguridad y la cooperación internacional”.

 

Borba (Yugoslavia): “Perón gozaba de un amplio apoyo en todas las clases sociales porque personificaba la esperanza hacia la emancipación social”.

 

Il Tempo (Italia): “Perón inició en Argentina un experimento político y social, el del justicialismo que, sobre todo cuando se lo juzgue teniendo en cuenta el ambiente en el que fue realizado, las dificultades que se le opusieron y los enemigos que tenían interés en hacerlo fracasar, no podrá dejar de ser considerado como una etapa del progreso social de América Latina”.

 

Novedades (México): “La historia registrará el nombre de Perón como el de uno de los políticos latinoamericanos más singulares y polifacéticos del siglo XX y, en definitiva, rendirá un juicio positivo”.