Violencia de barras y militantes vs. represión feroz: explosivo choque en otra marcha de jubilados con graves incidentes
La movilización que habitualmente realizan los días miércoles un grupo de jubilados alrededor del Congreso de la Nación, en esta ocasión fue acompañada por hinchas- “barras bravas” y agrupaciones políticas opositoras al Gobierno de Javier Milei. El Ministerio de Seguridad de la Nación aplicó el protocolo antipiquetes y se suscitaron violentos choques, por la agresividad de algunos manifestantes y la ya habitual feroz represión de las fuerzas de Seguridad participantes.
Los enfrentamientos dejaron -provisoriamente- 32 personas detenidas y 7 heridos, uno de ellos hospitalizado. Los manifestantes prendieron fuego un patrullero y más de 70 contenedores de basura.
La movilización se había anticipado tensa en las horas previas y finalmente derivó en graves incidentes entre gendarmes y policías federales y porteños reprimiendo a los más agresivos manifestantes, muchos de ellos barras bravas del fútbol, e integrantes de gremios y partidos políticos opositores a Milei.
Los alrededores del Congreso se convirtieron, por momentos, en un verdadero campo de batalla. La policía arrojó gases, balas de goma y utilizó camiones hidrantes. Los manifestantes, en tanto, ocasionaron notables destrozos en las baldosas de Plaza Congreso y utilizaron los pedazos como proyectiles que arrojaron contra las vallas montadas por las fuerzas de seguridad.
La manifestación se trasladó a la Plaza de Mayo, donde continuaron con la protesta frente a la Casa Rosada, la cual fue inmediatamente cerrada.
Decenas de efectivos de la Policía Federal, con camiones y patrulleros de esta misma fuerza, se encontraban en el lugar, tratando de controlar la situación con balas de goma.
Mientras tanto, los empleados de Balcarce 50 debían retirarse de sus puestos de trabajo por una salida alternativa para evitar que se generen más disturbios y debido a que la zona no había sido vallada más temprano.
Algunos de los barras también protestaron frente al Ministerio de Economía, en una de las esquinas de la Plaza de Mayo.
Además, un móvil que pertenecía a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires fue dado de vuelta por enardecidos encapuchados quienes luego provocaron un incendio que destruyó totalmente el vehículo. Los restos del patrullero ardieron sobre Avenida de Mayo, en la esquina de calle Santiago del Estero.
Entre otros destrozos pudo constatarse que 70 contenedores de residuos fueron inutilizados.
Las fuerzas de seguridad informaron que varias de las personas detenidas tenían en su poder distinto tipo de armas. En efecto, se secuestraron dos pistolas tumberas, un cuchillo de carnicero y dos cartuchos de escopeta calibre 12.
Los primeros enfrentamientos se produjeron minutos después de las 16. La marcha que habitualmente es liderada por un grupo de jubilados y en esta ocasión fue copada por barras bravas, sindicatos y partidos opositores, estaba convocada originalmente para las 17.
A sólo una cuadra del Congreso, sobre calle Bartolomé Mitre, se produjeron las primeras corridas. La policía avanzó sobre motos exhibiendo armas largas ante los manifestantes que se habían agrupado en ese lugar. La situación se extendió hasta la calle Perón, en la cuadra siguiente.
El ruido de detonaciones, disparos de balas de goma, explosión de gases y los proyectiles arrojados, se transformaron en un cruce incesante.
Las cinco fuerzas federales intentaron contener y desalojar a los manifestantes con más de 850 efectivos, viéndose escenas de hondo dramatismo por la furia de unos y la irascibilidad de miembros de Policía Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria, y Servicio Penitenciario que pretendían cesar los disturbios con mayor virulencia.
A varias cuadras del Parlamento se respiraban los gases lacrimógenos arrojados por la policía en medio de los graves incidentes que se produjeron minutos antes de que comience la marcha.
La situación sigue en desarrollo, con las fuerzas de seguridad intentando restaurar el orden en la zona del Congreso y evaluar los daños ocasionados por los disturbios.