Vandalizaron los juegos de la Plaza Mujeres Entrerrianas

¿Falta de Educación? ¿Incultura? ¿Ignorancia? ¿Barbarie? ¿O cruel, maliciosa, sociópata oposición? Basta con ver las fotos tomadas en los nuevos juegos de la Plaza Mujeres Entrerrianas para entender el por qué formulamos estas preguntas. ¿Qué mente deformada, irracional, perversa procede a este ataque vandálico?
Niñas y niñas de Paraná no pueden disfrutar más de ese parque infantil sin estar en riesgo físico por los destrozos que sádicas manos anónimas perpetraron con manifiesta brutalidad.
Ahora bien… a ese atroz ultraje se lo pudo prevenir. No tenemos dudas. Y está claro que la libertad con la que actuaron estos forajidos amerita una reformulación de la custodia de parques y paseos.
Tal vez, este acto demencial requiera un edificante encuentro entre autoridades municipales, provinciales y la plana mayor policial para evaluar procedimientos tendientes a que esto no ocurra más.
Esos juegos fueron instalados con enorme esfuerzo del municipio, pero a la vez con inmenso cariño, dedicando una fuerte inversión para el beneficio del sano crecimiento de gurises y gurisas no solo paranaenses sino que, inclusive, para las familias que visitan la Capital entrerriana.
Y tal como es incuestionable o axiomático que la sociedad debe comprometerse a un cuidado mayor de los bienes públicos, es complejo siquiera imaginar que dentro de una normal comunidad haya mentes tan perniciosas.
Esto es una real afrenta no solo a la gestión comunal sino a esa ciudadanía mayoritaria que valora, cuida, protege su ciudad integralmente.
Esto no fue una travesura. Fue una bestialidad a cargo de mentes insanas. Se trata de un atentado. Y como tal debe ser investigado y el proceso debe llegar hasta las últimas consecuencias.
Pero debe primar así también, un tratamiento urgente en lo inherente a cómo prevenir y/o impedir que esto vuelva a suceder.
Nuestros lectores vienen alertando sobre el crecimiento de la inseguridad en Paraná. En especial en zonas del macrocentro. Esta es una prueba irrefutable que hay piezas del engranaje policial que -pareciera- no están bien aceitadas y requieren de un replanteo agudo en cuanto a un giro de 180° en materia de patrullajes y la instalación de un mayor número de cámaras y monitoreo como primeras medidas.
Las tristes postales seguro generarán repudio, pero al mismo tiempo deben concientizar a que es imprescindible cuidar con celo estos bienes públicos, lo cual conlleva a denunciar de inmediato a quiénes los destruyen impunemente. No podemos ser cómplices de algo que nos deja mal parados como sociedad.




