Francisco fue derivado a un hospital para realizarse chequeos por la gripe
|El papa Francisco celebró este miércoles la audiencia general, en la cual leyó los llamamientos pero no así las catequesis, que las cedió a un colaborador. “Sigo un poco resfriado”, comentó, antes de acudir a un hospital de Roma para realizarse chequeos médicos por la gripe que lo afecta desde hace unos días.
“Tras la audiencia general, el papa Francisco acudió al hospital Gemelli Isola Tiberina para someterse a algunas pruebas diagnósticas. Después regresó al Vaticano”, confirmó el Vaticano.
Francisco llegó al centro en el vehículo en el que normalmente viaja y regresó al Vaticano menos de una hora después.
El pontífice ya había acudido en otra ocasión al hospital de la isla Tiberina, una sede del Policlínico Gemelli en el que se ingresa a los papas, para someterse a una tomografía computarizada (TAC) cuando sufrió una bronquitis.
Previamente, había celebrado la audiencia general en la gran sala Pablo VI -no en la plaza de San Pedro- y había adelantado que seguía con la gripe sin fiebre. Si bien no leyó las catequesis, sí quiso leer personalmente los llamamientos finales de la audiencia.
Tampoco leyó su discurso en la audiencia previa a los obispos de la iglesia patriarcal de Cilicia de los Armenios, tras disculparse también por su persistente gripe. El texto fue consignado a los presentes.
En los llamamientos finales, Francisco leyó en voz alta su discurso. Pidió rezar “por las víctimas de los recientes atentados contra lugares de culto en Burkina Faso”. También explicó que rezaba por el pueblo de Haití donde “continúan los crímenes y los secuestros por parte de bandas armadas”.
El papa dijo en voz alta que el 1º de marzo se cumplirá el 25º aniversario de la entrada en vigor de la Prohibición de Minas, y lamentó que “sigan golpeando a civiles inocentes, sobre todo niños, muchos años después del fin de las hostilidades”.
El vehículo que traslada al Papa sale del hospital. Foto: EFEEl vehículo que traslada al Papa sale del hospital. Foto: EFE
El pontífice argentino expresó su simpatía a las víctimas de estos artefactos “que nos recuerdan la amarga crueldad de las guerras y el precio que pagan las poblaciones civiles”.
Tras un breve carraspeo, agradeció “a todos los que están contribuyendo a socorrer a las víctimas y a limpiar las zonas contaminadas” pues “su trabajo es una respuesta concreta a la llamada universal a ser artífices de paz, cuidando de nuestros hermanos y hermanas”.
En el comienzo de la audiencia general, dijo: “Sigo un poco resfriado y por eso he pedido a monseñor Ciampanelli que lea las cataquesis”. Las catequesis de la audiencia de hoy la dedicó Francisco a la envidia y la vanagloria.
El discurso papal, que leyó un colaborador, afirmó que “el rostro del envidioso es siempre triste” y dijo su “su mente está envuelta en pensamientos llenos de maldad. La envidia, si no se controla, conduce al odio del otro”.
Sobre la vanagloria, el papa escribió que !va de la mano del demonio de la envidia y juntos estos dos vicios son propios de una persona que aspira a ser el centro del mundo, libre de explotar todo y a todos objeto de toda alabanza y amor amor. La vanagloria es una autoestima inflada e infundada”.
En el Vaticano hay una moderada inquietud por la prolongación de los problemas respiratorios del papa.
El viernes, al regreso de los ejercicios espirituales de la Cuaresma, el pontífice argentino debió cancelar sus audiencias por “una ligera gripe”.
El sábado tampoco celebró las audiencia previstas, pero el domingo salió a la ventana de su estudio en el tercer piso del Palacio Apostólico, celebró el Angelus y trasmitió sus mensajes a la multitud reunida en la plaza de San Pedro.
El lunes se anunció que se prolongaban los problemas de salud, por lo que se cancelaron todas las audiencias de ese día. El martes no hubo audiencias ni información oficial.