Se desplomó el consumo de carne por la fuerte suba del precio
|En Argentina, el país reconocido mundialmente como el reino del asado y otrora el más carnívoro del mundo, el consumo de carne vacuna se desplomó. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), de los 63,2 kilos por persona al año que se comían en 2014, se derrumbó a 52,4.
La caída fue del 7,1 por ciento en cinco años, ya que en 2019 cada habitante consumía 56,4. Y si se lo contrasta con enero de 2023, el descenso fue superior al 6 por ciento interanual, dado que en ese entonces, la cifra llegaba a 53,5 kilos.
De acuerdo con CICCRA, el consumo de carne vacuna habría sido equivalente a 186.300 toneladas res con hueso y se habría ubicado 6,8 por ciento por debajo del nivel registrado en enero de 2023, cuando se comercializaron 13.600 toneladas más.
Esta caída se da en medio de un importante aumento del precio de la carne que llegó al 377 por ciento anual y trepó casi el 20 por ciento en enero, según el último relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realizado en el AMBA durante la primera y tercera semana de enero en 80 carnicerías y 15 supermercados.
El precio de la carne vacuna en las carnicerías tuvo un alza del 15.8 por ciento durante enero y de 394.3 por ciento con respecto al mismo mes de 2023. Por su parte, en supermercados mostró una variación del 28.2 por ciento con respecto al mes anterior y del 339.7 por ciento en relación a enero del año pasado.
Las principales alzas en precios promedio durante el mes de enero se dieron en la tapa de asado (23.7%), el lomo (23.3%) y la colita de cuadril (23.2%). En cambio, los cortes con menores aumentos en sus precios fueron la picada común (6.3%), osobuco (12.4%) y carnaza común (13.7%).
Cabe recordar que en diciembre pasado, la carne vacuna había subido un 40 por ciento tras el incremento que tuvo la hacienda en el Mercado Agroganadero de Cañuelas.
La suba descontrolada de precios no da tregua en Argentina y la carne está inmersa en esa misma dinámica. Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que informó el pasado miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación de enero fue de 20,6 por ciento y alcanzó el 254 por ciento interanual. En este contexto de brutal pérdida de poder adquisitivo de los salarios, el derrumbe en el consumo de carne así como de otros alimentos y bienes, es una consecuencia anunciada.