Comenzaron las elecciones de medio término en Estados Unidos
|Estados Unidos comenzó a votar temprano este martes (algunos distritos abrieron las urnas a las 6 de la mañana, las 8 en Argentina), en unas elecciones en un clima polarizado y de máxima tensión que definirán el rumbo de los Estados Unidos en los próximos años y el futuro político del presidente Joe Biden y del magnate Donald Trump.
En las elecciones de medio término se renueva la totalidad de la cámara de Representantes (435 diputados) un tercio del Senado (34 senadores más el término del mandato de otros dos) y 36 gobernadores, más autoridades locales y estatales.
También se celebran referendos sobre el derecho al aborto en cuatro estados: California, Vermont, Kentucky y Michigan.
El voto no es obligatorio. Como la elección es un día laborable, los estadounidenses ya vienen emitiendo su sufragio de forma anticipada desde hace semanas en mesas de votación, de manera presencial, o por correo, según el caso.
Por ley de 1845, las elecciones en Estados Unidos se celebran siempre el primer martes posterior al primer lunes de noviembre. Entonces se eligió ese día porque los fines de semana eran problemáticos por cuestiones religiosas y así disponían del lunes para hacer los viajes necesarios en caballo o carreta para llegar al lugar de votación.
Es habitual en Estados Unidos que el partido gobernante reciba una derrota en las elecciones de medio término.
Pero esta vez el panorama asoma complicado para los demócratas. Si bien pueden equivocarse, las últimas encuestas indican que la oposición republicana lleva a nivel nacional entre 3 y 4 puntos de ventaja al oficialismo, según el promedio de RealClearPolitics.
Esto significa que los republicanos podrían arrebatar a los demócratas el control de la cámara de Representantes (la oposición necesita cambiar solo cinco escaños demócratas pare recuperar la mayoría), aunque en el Senado la carrera está más peleada, anticipan los sondeos.
El control demócrata del Senado es más precario que en diputados ya que los republicanos solo necesitan un escaño (empatan en 50 senadores e inclina la balanza la vicepresidenta Kamala Harris) para recuperar el control durante al menos los próximos dos años.
Los republicanos aspiran a arrasar en todo el país con una “marea roja”, mientras que los demócratas esperan un milagro o al menos conservar el Senado, lo que sería considerado como una “derrota digna” y un freno al aluvión opositor.
Todos los focos están puestos en un puñado de estados con la carrera muy cerrada, cuya definición podría volcar el Senado a favor de los republicanos.
En Georgia, el demócrata Raphael Warnock, el primer senador negro elegido en este estado sureño con un fuerte pasado segregacionista, intenta ser reelegido frente a Herschel Walker, un controvertido afroamericano ex jugador de fútbol, respaldado por el ex presidente Trump.
En Pennsylvania, antiguo bastión de la industria siderúrgica, el millonario cirujano republicano Mehmet Oz, apoyado por Trump, se enfrenta a un ex alcalde demócrata por una banca en el senado.
Arizona, Ohio, Nevada, Wisconsin y Carolina del Norte también son escenario de luchas entre los demócratas y candidatos del ex presidente y se estima que las contiendas estarán también allí muy cerradas.
La principal preocupación de los estadounidenses de cara a la votación, según los sondeos, es la marcha de la economía y la inédita inflación, que ha llegado a niveles que no se veían desde hace 40 años. Con aumentos de precios de 8,2% anuales (con picos de 9%) es de esperar que se vote con el bolsillo.
La mayoría (59%) de los estadounidenses culpan a Biden de la marcha de la economía y un 61% no está de acuerdo con el manejo de la inflación, por encima de los niveles desaprobación en general del presidente (54,9). Un 68% dice que el país va en la dirección incorrecta.
Más allá de la economía otro tema que movilizará al electorado es el aborto. Los demócratas tuvieron un pico ascendente en julio, luego de que la Corte Suprema derogara el fallo Roe vs Wade, que protege el aborto a nivel federal. El tema fue perdiendo peso con el paso del tiempo, pero sigue siendo un eje de campaña.
Las elecciones de medio término marcarán el camino a las elecciones presidenciales de 2024. Si Joe Biden logra evitar una derrota, o un duro golpe electoral, podría renovar su intención de postularse a un segundo mandato. Además, podrían surgir otras figuras de peso entre las filas demócratas para postularse.
Por el contrario, un duro fracaso electoral complicaría enormemente las chances de reelección de Biden, próximo a cumplir 80 años, ya que su mandato se vería entorpecido por un congreso opositor. Además, los republicanos ya amenazaron con iniciarle un impeachment por la retirada de Afganistán y su trabajo durante la pandemia.
Por el contrario, una victoria abultada daría a Donald Trump el aire triunfal que precisa para volver a postularse como candidato. Viene amenazando con lanzar su candidatura desde hace meses, pero el lunes por la noche dijo que hará “un gran anuncio” el 15 de noviembre en su casa de Mar-a-Lago en Florida.
La interna republicana podría complicarse con un rival de peso para Trump: el popular gobernador de Florida, Ron DeSantis, que podría lograr un amplio triunfo este martes y sentirse impulsado a competirle al mismísimo ex presidente.