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El papa Francisco pidió descartar “fantasías de patria-fobia”

El papa Francisco aseguró este lunes que en noviembre de 2017 hubo un proyecto de viaje para visitar Chile, Argentina y Uruguay, pero que Chile estaba en medio de una campaña electoral y entonces se decidió ir en enero. “Pero enero en Argentina y en Uruguay no se puede ir. No hay nadie, es como el julio o agosto de Roma y salió la sugerencia de ir a Perú”, aclaró. “Quiero decirlo, para que no se hagan fantasías de patria-fobia, cuando se dé la oportunidad, se deberá hacer (un viaje) a Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, ya que tienen una similitud cultural”, dijo.

Y respecto a sus proyectos de viaje y el inminente aniversario de su octavo año de pontificado, Francisco bromeó cruzando los dedos, para evitar malos augurios, y reconoció que en este viaje se cansó mucho más que los otros. “Los 84 no vienen solos”, bromeó.

El papa Francisco respondió durante una hora a las preguntas de los periodistas sobre el viaje a Irak y sobre las futuras visitas, ahora que se han retomado tras un paréntesis de 15 meses por la pandemia, aunque confesó que en este periplo se ha sentido mucho “más cansado” porque los 84 años pesan.

“Yo para tomar una decisión sobre los viajes escucho. Y escucho el consejo de tantos, de consejeros. A veces pregunto, ¿qué piensan, tengo que ir o no? y después rezo, rezo, y reflexiono”, explicó.

Confesó que la decisión de este viaje a Irak viene de lejos, de las peticiones de los embajadores y del presidente, pero que lo que más le movió fue leer el libro de Nadia Murad, la joven yazidí convertida en esclava por el Estado Islámico y que recibió el Premio Nobel de la paz por sus esfuerzos para erradicar la violencia sexual como arma en guerras y conflictos armados.

“Es la historia de los yazidíes, donde Nadia Murad cuenta unas cosas terribles. Yo les aconsejo leerlo (…) Para mí, este fue el telón de fondo de esta decisión. Ese libro lo llevo adentro, y también a Nadia, quien vino a contarme cosas terribles. Todas estas cosas juntas hicieron la decisión”, explicó.

Sobre que se hayan retomado los viajes tras 15 meses por la pandemia y que en este viaje haya vuelto a estar en contacto con los fieles, el papa confesó que en los meses pasados se sintió como en una prisión.

“Yo me siento distinto cuando estoy alejado de la gente y quisiera volver a comenzar las audiencias generales pronto. Esperemos que se den las condiciones, pero yo sigo las indicaciones de las autoridades que son los responsables”, destacó.

“Después de estos meses en prisión, porque me sentía en una prisión, la verdad que esto para mi (el estar en contacto con la gente) es revivir, porque es tocar la Iglesia, tocar al pueblo santo de Dios”, agregó.

Confirmó, según EFE, que viajará al Hungría para el final del Congreso Eucarístico de septiembre próximo y que como a sólo 200 kilómetros está Eslovaquia podría también ampliar la visita a ese país.

También habló de su promesa de ir al Líbano. “Líbano sufre y Líbano es más que un equilibrio. Tiene la debilidad de presentar algunas diferencias y la fortaleza del gran pueblo reconciliado”.

Señaló que hubo la posibilidad de ir a Beirut durante esta visita a Irak, pero que le pareció poco, “una migaja, para un país que sufre”.

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