Desempleo en Paraná: una cruel realidad a atacar urgente
|El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) afirmó que la capital provincial encabeza la nómina de las ciudades con mayor nivel de personas sin trabajo. Desde algunos sectores se intenta negar esta cruel realidad pero no hay que ser tan necios.
El flagelo del desempleo azota cruelmente a Paraná. Basta ver cuántos negocios cierran cual aves de paso o sin ir más lejos es sencillo atestiguar la metodología de tantos comercios que toman personal por temporada, en vísperas de fiestas diversas a modo de refuerzo, en épocas estivales por reemplazos vacacionales o peor aún con las famosas “pruebas” que solo significan pisotear derechos laborales más allá de estar contempladas en las aberrantes leyes que benefician a patrones “capangas” (ojo; hay excepciones loables, son pocas y ejemplares, aclaramos…).
También hay otros empleadores, caso el de algunas empresas (especialmente nacionales o regionales con sucursales en nuestro medio) que ofrecen venta de productos -por ejemplo intangibles-, exprimiendo a sus vendedores quienes no solo aportan sus capacidades sino en especial sus buenos nombres, sus trayectorias; asesoramientos que en la mayoría de los casos culminan con una venta que se cristaliza más por la imagen de dicho “asesor comercial” que por la atracción generada por el producto en sí.
Y éstas empresas (insistimos CASI TODAS NO SON LOCALES) una vez que estrujaron a ese empleado, que le sacaron todos los contactos posibles muchas veces sin siquiera una apoyatura publicitaria digna, lo echan a la calle cumpliendo con todos los ritos que dicta la ley pero en sí dejando sin empleo a padres y/o madres de familia que durante 1, 2, 3, 4 o 5 años, NO MAS, se pusieron la camiseta de esa empresa y hasta sacrificaron nada menos que a sus Familias, dejando la piel y el alma para representarlas dignamente a veces sin las herramientas adecuadas.
Sí, sí. Ese es el tiempo máximo (no más de 5 años) que varias (la mayoría) de las empresas o comercios con éste repudiable proceder utilizan para plasmar ese “recambio” inescrupuloso.
Reiteramos: hay excepciones honrosas, dignas de emular, ¡pero son tan pocas!
Y ni que hablar de esas enormes corporaciones supermercadistas que avasallan todo derecho de sus trabajadores, abusan de ellos por el solo hecho de saber que sus empleados necesitan esa fuente laboral para mantener a sus Familias o en otros casos hasta para afrontar sus estudios.
Pero dejando de lado a esa clase nefasta de “empresarios”, están aquellos comerciantes de menores rangos que son aún peores y no sólo que manosean a sus empleados sino que así como de pronto abrieron sus puertas, las cerraron abruptamente dejando un tendal de obligaciones incumplidas y sin embargo reinciden sin que nadie haga algo para evitar nuevas estafas.
O no nos olvidemos del rubro Salud, donde se manipula impunemente a enfermeros o empleados de mantenimiento con contratos basura o hasta se terceriza esa gestión con algunas empresas que coincidentemente no tienen Personal estable sino que mutan sorprendentemente.
Ahora bien, ¿y el Sindicato? o, ¿los Sindicatos?… Bien, gracias…Hasta hacen marchas, piquetes, medidas de diversa índole, sin embargo el resultado generalmente es EMPLEADO AFUERA, INDEMNIZADO, Y PUNTO.
Hasta se ha mencionado desde el Sindicato de Empleados de Comercio “la actividad se mantiene en la rotación habitual”, algo a lo que aludimos en la nota que publicáramos el 29 de julio y titulada “Derecho Laboral (Torcido) ¿Estará resignado el Sindicato de Comercio?”.
Y vaya paradoja… Si quieren hablemos de los PERIODISTAS DESEMPLEADOS… O de los EMPLEADOS PUBLICOS DESEMPLEADOS o con contratos ABSURDOS que de un minuto al otro se desestiman CAPRICHOSA E IMPUDICAMENTE por Directores o Coordinadores apañados vaya uno a saber por quien. O podemos tocar el trabajo “En Negro” algo que nuestra Presidenta considera abominable pero está enquistado en las mismas entrañas de su Gobierno seguramente porque quienes dicen apoyar su proyecto no le hablan con la verdad, no le hacen ver que ello debe extirparse de manera rotunda pero sin perjudicar al trabajador que no tiene la culpa, que en verdad es víctima de la injusticia de ciertos funcionarios descarados, desleales y fieles solo a sus billeteras y ambiciones de Poder.
Un tema espinoso, polémico, sobre el cual estaría muy bueno profundizar hasta refiriéndonos a sorprendentes paradigmas en la materia.
Pero en síntesis… De una vez por todas, ALGUIEN de entender que el desempleo es el principal virus destructor de la familia, vale decir, del núcleo celular de la sociedad.
Ni los partidos, más propiamente dichos, el Estado y su burocracia, los gremios, las asociaciones de diversa índole, parecen apercibirse de la involución acelerada del núcleo familiar por este tema tan conflictivo.
Debe discernirse sabiamente la interrelación permanente entre la familia y la sociedad. Y, de ahí que sea el espacio amenazado donde la falta de ocupación de uno de sus integrantes multiplica el problema en miles de personas, y agrava sus consecuencias sociales.
La realidad muestra que la falta de trabajo o la precariedad de las condiciones laborales ejerce un mayor efecto nocivo sobre la salud que los trabajos comúnmente considerados “perjudiciales”.
Se puede llegar a hablar de “psicopatología del desempleo”, esto es: la falta de trabajo no sólo genera angustia sino que opera menoscabando al sujeto, su identidad, de esa manera afectando las bases más profundas del equilibrio emocional perdiendo horizonte su identidad y por ende su salud en la concepción Bio-Psico-Social.
La explotación laboral es una violencia muchas veces no tomada como tal y ésta atenta contra la libertad y los derechos humanos, donde el derecho a la salud se liga con el derecho a tener un trabajo digno y que provea las necesidades básicas para el sostén de los integrantes de la familia. ¿No creen que llegó la hora que ALGUIEN INTERVENGA EN ESTA COYUNTURA TAN DELICADA que en cualquier momento puede devenir en un estallido social?… Solo hace falta un líder, un caudillo, alguien que empiece a hacer PENSAR al Pueblo. Alguien que encienda la mecha… Ese momento puede ser que esté a punto de llegar, ¿no?…