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81° Campeonato Argentino: Corrientes, de la gloria al ocaso

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Telón final para el 81° Campeonato Argentino de Basquetbol Masculino Mayores y Corrientes pasó de ser el n° 1 al peor de todos. Pero la culpa no es de éste plantel. Para nada… Ni siquiera la Federación Correntina es responsable exclusiva. Puede ser parte importante por consentir jugar en éstas condiciones. Sobre la CABB pesa el pecado esencial.

 

Tucumán nuevo campeón de un Final Four sin grandes figuras, o mejor dicho con planteles ultra austeros y con varias bajas respecto a los triangulares de 1ª Fase.

Buenos Aires y Santiago zafaron de la condena casi inexorable. Pero Corrientes no pudo desligarse del pesado sayo.

 

El que defendía la corona jugó la 1ª parte de ésta edición “experimental” sin el coach que obtuviera el título en el 2014 y con solo 3 jugadores “claves” de la rica cosecha en el “José Jorge Contte” del Parque Mitre, a la vera del majestuoso Paraná.

 

Pero Néstor Serantes, Sergio Zacarías o Fabián Ramírez Barrios, héroes del año pasado, luego de no poder seguir defendiendo el trono renunciaron, tal cual lo hizo Sebastián Acosta, y así Corrientes viajó a Bahía con un equipo casi amateur y muchos jóvenes.

 

Gandoy, González, Mascaró, Meza, otrora campeones, ya habían dicho que NO antes del Triangular. Por eso al “Manu Ginóbili” asistieron Gregorio Espíndola, Emilio Vallejos, Nahuel Rizzo, Cristian Rausch, Raúl Fernández, Eduardo Schaab, Renzo Olivetti, Julián Morales y José González. Mucha humildad, demasiada, para un “rey”.

 

Y por eso perdió 87-76 con un Santiago en EMERGENCIA y un Provincia de Buenos Aires sin sus grandes valores 88-65.

 

Corrientes fue el GRAN EJEMPLO de lo MAL que se organizó este Argentino. Y aclaramos… la idea de una REGIONALIZACIÓN no es tan disparatada.

Nos imaginamos en el 2016 un Torneo “Innovación” estableciendo una Región I con Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Salta, Jujuy, Catamarca; Región II con Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Corrientes, Misiones, Formosa; Región III Córdoba, Buenos Aires, Capital Federal, Mendoza, San Luis, San Juan; y Región IV con Neuquén, Chubut, Río Negro, La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

 

A partir de allí, crear una forma de disputa (la tenemos en mente…) que conste de tres fines de semana, concluyendo en un Top Four con los mejores del país.

¿Habrá goleadas o palizas? Sí, pero se PROMOCIONARÁ MEJOR el básquet en plazas de POCA ACCIÓN anual y los animadores de SIEMPRE, seguro que durante algunos años continuarán ANIMANDO las etapas decisorias.

 

Claro que, será menester u obligación, ponerse MAÑANA a planificarlo y VENDERLO para dar ALICIENTES, ESTÍMULOS, como esencialmente GARANTÍAS en pos que LO JUEGUEN LAS PRINCIPALES FIGURAS que SIENTAN la casaca, los colores de sus provincias, o DEFINITIVAMENTE participen del mismo los jugadores Asociativos/Federativos FUERA de TFB, TNA o LNB, consiguiéndose así PROYECTAR nuevos valores o jugadores que NUNCA tuvieron la chance de lucirse, de estar en una “VIDRIERA”.

 

Solo hay que ponerse MANOS A LA OBRA y debería tener la CABB una Oficina, un Área ESPECIALIZADA en ORGANIZAR ALGO MEJOR.

El Argentino HAY QUE DEFENDERLO A MUERTE, pero en la CABB y/o en las Federaciones FALTA GENTE que tenga ganas de LABURAR.

 

Los viajecitos con las selecciones por el mundo están RECONTRA BUENOS. Las fiestas, los VIP, las invitaciones especiales a todo evento CABB y hasta FIBA son GENIALES. El punto es que también hay que trabajar y quienes trabajen DEBEN TENER NO SOLO BUENAS IDEAS sino estar motivados a EJECUTARLAS en tiempo y forma.

 

Lo mejor de éste Argentino fue el cierre de Tucumán-Santa Fe. Lo demás, UN PAPELÓN. PATÉTICO. Y el pase de Corrientes, de campeón a descendido, LO DICE TODO.

Una pena seguir entendiendo que a Federico Susbielles le están faltando BUENOS ASESORES y/o es imprescindible que el bahiense empiece a aceptar las críticas y en vez de -parecer- IGNORARLAS proceda con mayor ahínco a TRANSFORMAR la CABB, cosa que hasta el momento pareciera una Misión Imposible pese a la honradez indudable de su interventor.