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“Sonri” conmovido con tanto amor

Con puntualidad Gabriel Heinze llegó a Cultural a las 16. Combatió el frío con un jeans -con las manos en los bolsillos- y una campera negra. Se saludó con todos en el vestuario, donde fue recibido por Lucas Jumilla (en el ’94 se fueron juntos a Newell’s) y después tuvo predisposición para hablar con los periodistas en la previa al partido exhibición que jugó con sus amigos en la jornada Sonrysas Solidarias.

Esta actividad fue organizada por la Fundación Solidaridad, el viernes 16 de julio, en la Asociación Deportiva y Cultural de Crespo. Previamente, al mediodía, Gaby y su familia donaron dos telares al Hogar Nuevo Amanecer.
La entidad atiende y brinda contención a niños y jóvenes que están ahí por diversas razones familiares. En uno de los telares los chicos podrán hacer trapos de piso para vender, y en el otro podrán realizar tejidos en lana como bufandas u otras prendas. Fue una jornada inolvidable para Gabriel Heinze, el ídolo para el cual los crespenses sólo necesitan cinco letras para nombrarlo: Sonry, apodo que se ganó en la infancia por su constante mueca sonriente.

Más allá de que no lo expresó directamente, quienes lo conocen desde hace varios años saben que la eliminación en los cuartos de final del Mundial caló muy hondo; porque él estaba muy ilusionado y convencido de que se podía lograr la copa. Quería la revancha del certamen ecuménico 2006. En el festejo del gol a Nigeria se puede entender esas ganas del crespense de conseguir cosas en este mundial. “La verdad que no me esperaba hacer ese gol. Es algo lindo, porque el fútbol es el gol. Ya lo vieron con la celebración. Son sensaciones únicas de un jugador, difíciles de explicar”.

Consultado sobre si el partido exhibición servía para borrar el dolor del mundial, sostuvo que “no tiene nada que ver. Esto en Cultural es fútbol puro, de corazón. Yo no pienso en el Mundial. Esto es otra cosa, es la alegría de estar con mi gente, con mis amigos lo cual es muy importante”. También señaló que “acá no hay ningún misterio, es un partido de fútbol con amigos a los cuales conozco hace mucho tiempo y con gente del club del que soy hincha, además mi padre era el simpatizante número uno de Cultural así que lo imagino muy contento porque siempre nos hablaba y nos traía al club. La idea fundamental es ayudar, de todo corazón, a las escuelas y al Hogar Nuevo Amanecer. Y por sobre todas las cosas para los chicos”.

“Lo importante es la persona”

El fundamento se podrá encontrar en esta frase: “lo más importante es la persona, lo del fútbol pasa porque dentro de unos años uno no estará más vinculado al fútbol. Lo que más queda es la persona, por eso cada día trato de ser cada vez mejor persona, porque así me lo enseñaron mis padres desde chico en el seno de mi casa y siempre seré así. Creo que todos los chicos tienen más al Sonry como ídolo que a Gabriel Heinze como jugador”.

Sobre el apoyo recibido por la gente, la cual concurrió en forma masiva, el Gringo sostuvo: “no me sorprende para nada, porque mi pueblo siempre fue así. Posiblemente quien no es de Crespo no entiende. Pero como yo soy crespense se muy bien como es la gente de mi ciudad, porque la conozco”. Sonry también se mostró feliz por volver al club y ver las instalaciones de la entidad de la cual surgió, “como los vestuarios que están muy lindos, también me acordé de Coco Rodríguez que siempre estaba acá cuando uno venía (NdeR: Coco fue muchos años un querido utilero de ADYC y falleció a mediados de la década del ’90). Además, es una alegría encontrar a Juan Carlos Maci Lía”, y recordó “cuando yo era chico me encantaba venir a verlo jugar”. Durante la charla recordó los tiempos de infancia en los cuales entrenaba en Cultu: “cuando venía en el auto me puse nervioso, como pasaba cuando iba en el colectivo de la Selección. Jugar con tus amigos también te genera algo raro, porque ellos son los que están a tu lado en las buenas y en las malas”.

La familia es la columna vertebral en el seno de los Heinze, mandamiento inculcado desde el principio por los jefes de la casa: don Jorge (falleció en el 2004) y Titina. “Mi familia siempre fue fundamental en cada paso que di y lo será en cada paso que daré. En todo el trayecto deportivo y personal, mis hermanos y mi familia están presentes y son los responsables de lo que uno puede hacer”. También tuvo palabras de elogios para sus hermanos Gustavo y Hernán, “ellos hicieron una carrera admirable en el fútbol argentino, en distintos clubes. Siempre tratamos de representar lo mejor posible a Crespo y de llevar nuestro apellido por el buen camino. Gracias a Dios yo tuve la suerte de llegar a jugar más lejos”.
Fuente: José Luis Dalinger.-