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¿Seremos testigos de la extinción del Patito Sirirí?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).-La ciudad de Paraná, sus habitantes y los turistas que nos visitan quizás estén siendo testigos de la extinción definitiva de una imagen que se convirtió en un ícono paisajístico. Desde hace cuatro décadas fue una peculiar postal hoy luce profundamente deteriorada. En Corrientes al final (o correctamente en la bajante de Gregoria Matorras de San Martín), el Patito Sirirí parece clamar por que lo restauren y lo cuiden.

 

Aunque pintado de amarillo (el original es negro), en la parte alta del Parque Urquiza se levantó en 1975 una suerte de “Monumento” a ese Patito Sirirí, creado con motivo de la inauguración del Túnel Subfluvial Paraná-Santa Fe.

Ese Patito primero fue perdiendo color, luego le robaron la caña de pescar y, posteriormente cedió su lugar a para montar allí un avión Canberra. Pese a los avatares y a controvertidas decisiones, el Patito Sirirí se resistió al paso del tiempo, aunque hoy es evidente su abandono.

 

Las fotos son crueles testimonios de la vileza con que se lo ha ido destruyendo, denotándose que no hubo un resquebrajamiento por la erosión de sus materiales, sino que se han registrado golpes de toda índole.

Algo de historia…

 

El boom turístico que produjo la inauguración del Túnel Subfluvial, concitó que tanto Santa Fe como Paraná se pongan a tono con la segura fluidez de visitas que tendrían gracias al nuevo vínculo corredor.

Los hermanos de la vecina orilla, con ese afán progresista constante dieron el primer paso, y la capital entrerriana lanzó su campaña con mayor dilatación pero con una imagen que perduró hasta éstos días: gestando -por iniciativa del entonces director de Turismo, Mario César Stoppello- un logotipo bajo creatividad del dibujante Héctor Eloy Goiburo.

 

El primer boceto mostraba a un Pato Sirirí saliendo del huevo, con la leyenda “Nace una imagen”, pasando luego a definirse como slogan “Entre Ríos Cordial”.

Ya en el ’75, se irguió éste especie de monumento y hoy, casi cuatro décadas después, la Municipalidad de Paraná parece haberlo abandonado. Lo paradójico es que, salvo otro bloque peligrosísimo (desconocemos qué se levantaba allí…) el césped está muy bien cortado, la vegetación está bien cuidada y se ha reparado la alambrada que se erige como límite de seguridad en la barranca.

En el caso que se esté evaluando su reparación, ya es hora de cercarlo y colocar carteles relativos a esa refacción, pero sería estupendo que la Comuna, a través de su organismo competente, adopte alguna resolución pues la imagen es patética, deplorable y nuestros reportes gráficos lo dicen todo.

¿Nos harán caso ésta vez? … ¿O la intendenta y sus funcionarios seguirán ignorando lo que se refleja en Cuestión Entrerriana? … A casi seis meses de gestión, ¿no es tiempo de evidenciar humildad y admitir que hay mucho por hacer en vez de formular anuncios faraónicos, a simple vista promesas estériles con el mero apreciar lo que NO SE HACE y es mucho más accesible que determinadas obras enunciadas ya desde el lanzamiento de Blanca Osuna como presidenta municipal?