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Más datos sobre un asesinato que conmueve a Paraná

Un hombre joven, que fue identificado como Leandro Fornero, de 31 años, domiciliado en calle Monteverde de Paraná, murió ayer al amanecer, luego de que junto a su acompañante, Franco Maximiliano Arnedo, discutieran con otras tres personas que iban en otro auto. El caso terminó en un enfrentamiento, motivado tras una mala maniobra con los automóviles. El hecho se produjo en la zona de la Costanera.

Tras un intercambio de insultos, uno de los coches –el de la víctimas- comenzó a transitar hacia la zona alta por calle De la Torre y Vera, poco antes de llegar a calle Moreno fue interceptado por los otros sujetos, quienes decidieron seguirlos con el coche en el que se movilizaban y finalmente se lo cruzaron por delante para trabarle la continuidad del camino.

Indignación

Un testigo que observó los hechos desde lo alto de un edificio cercano comentó, en diálogo con EL DIARIO, que “discutieron lo suficiente como para que si hubiera existido una guardia permanente en esa esquina, donde siempre hay asaltos y problemas los fines de semana a la salida de los boliches, esto se hubiera podido evitar.

Uno de los que se bajó del auto que quedó cruzado le empezó a romper los vidrios con un fierro –se supo luego que era una palanca L, de las que se utilizan para desenroscar tuercas de ruedas de auto– y después se escucharon más disparos de arma de fuego y uno de los muchachos del Suzuki Fun cayó a pocos metros, cerca de un árbol. El del otro coche arrancó y los dos que se habían bajado salieron corriendo para la otra cuadra”, manifestó indignado el hombre.

La fuente consultada volvió a lamentar lo que ocurrió, exponiendo que “fue la crónica de una muerte que se veía venir, ya que todos los fines de semana hay problemas con chicos y también con chicas que se pelean, totalmente borrachos, y ruedan por el piso y a veces sacan cuchillos para amenazarse. Pero lo que pasó hoy creí que no lo iba a ver, desde que prometieron que controlarían más la zona.

De cualquier manera, con un solo vigilante que estaba a dos cuadras, que lo pusieron para que en cualquier momento lo maten tirándole desde Maccarone, no es ninguna garantía de seguridad”, dijo el testigo.

Cabe recordar que en los últimos días han existido robos y asaltos en inmediaciones de calles Güemes y Laurencena y con vías de escape hacia barrio Maccarone, donde también hubo en las últimas horas tiroteos y refriegas que arrojaron un saldo de tres uniformados heridos y se clama en la periferia por patrullajes permanentes, más que un solo agente desprotegido.

¿Operativos?

Hace exactamente una semana, desde la cúpula de la Policía de Entre Ríos se informó sobre la realización de operativos especiales. Este fin de semana, la existencia de algún movimiento de uniformados en la zona de boliches de la Costanera Baja podría haber evitado que esta historia trágica se produzca. Esto en relación a que se presume que los ocupantes del Peugeot 306 venían efectuando disparos en persecución del Suzuki Fun.

La versión que también se manejaba ayer habla de que todo se inició cuando el coche que conducía la víctima en un principio le cerraba el paso al Peugeot durante un buen trecho del camino de la costanera, conduciendo a paso muy lento. Según la versión, esto provocó el enojo de quienes iban atrás, que tomaron el hecho como una provocación, hasta que finalmente habrían comenzado los disparos y una carrera que terminó en la esquina trágica.

Oficialmente

Lo que se pudo saber, al menos de la recopilación de datos de la Policía de Entre Ríos fue que el hecho se registró a las 6.20 y que Fornero, quien conducía el Suzuki Fun patente FRL 864 fue ultimado por la espalda por quienes descendieron de un Peugeot 306 verde oscuro con vidrios polarizados. Los dos que se bajaron a agredir a la víctima huyeron a pié luego de que el policía que estaba a dos cuadras escuchara los disparos y empezara a correr hacia ese lugar.

En tanto, el que quedó en el Peugeot huyó otra vez hacia la Costanera y finalmente el auto fue encontrado en barrio Vicoer. A partir de ahí se señaló como presunto responsable a Lisandro Fernández, mayor de edad. Versiones extraoficiales pusieron de manifiesto que quien conducía el auto podría ser hermano de un oficial de la Policía de Entre Ríos, actualmente en actividad.

La pronta actitud del agente Pablo Mendoza, quien emprendió la persecución de los dos agresores, sumado a que los dos precoces delincuentes –quienes resultaron tener 16 y 17 años– intentaron abordar y asaltar al chofer de un móvil de la empresa Centro, que conducía justamente un policía que alcanzó a dar el alerta, posibilitó que ambos fueran reducidos.

El policía Mendoza alcanzó a ver cuando uno de los menores arrojaba algo en un pequeño jardín, tras las rejas del frente de una casa de la esquina de calle Corrientes y Moreno, por donde tomaron en su fuga los adolescentes y cuando buscaron entre las plantas hallaron el arma homicida, un revólver marca Tala de calibre 22.

Los dos menores detenidos, domiciliados en calle República de Siria y Segundo Sombra uno de ellos y en calle Segundo Sombra el segundo, quedaron en manos de la División Minoridad.

En el lugar del homicidio estuvo presente el juez de Instrucción Alejandro Grippo y personal técnico que efectuó los relevamientos necesarios para recoger todos los elementos que se pudieran, con la finalidad de sumar pruebas a la causa.