Insoportable vivir entre rejas
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Sábado al mediodía. Salimos a comprar productos de limpieza por el barrio y vaya sorpresa, hallamos un local en calle Ituzaingó, muy bien equipado en cuanto a lo que precisábamos pero con una salvedad: la propietaria nos atendió amablemente aunque tras unas rejas demarcadoras de una sensación harto elocuente de inseguridad.
“Sí, sufrí un robo del cual prefiero no hablar pues vuelven a mi mente imágenes muy desagradables. Pudo ser peor y hoy agradezco estar viva para seguir intentando subsistir con dignidad”, sintetizó la dueña del comercio quien aceptó tomar fotos del negocio aunque aclaró: “no puedo negarte, pero con sinceridad, pasamos momentos muy difíciles. No solo por lo sucedido sino por lo ocurrido días después cuando los responsables del ilícito pasaban por la vereda de enfrente y miraban como con gestos desafiantes, tal vez diciendo que algún día volverían y sería peor”.
“El sentimiento es raro, extraño. No había sido la primera vez que nos sucedía, pero jamás pensamos que ocurriría lo que pasó. El nivel de agresividad fue un espanto e imposible de olvidar. La Policía adoptó los pasos pertinentes, pero a los asaltantes los seguimos viendo durante mucho tiempo pasear por acá. O sea, al menos por éste hecho, nadie los capturó”, confesó con rostro apesadumbrado la comerciante.
“No nos gusta atender con mi marido así. Sabemos que hasta perdemos plata porque entrando el cliente puede acordarse de algo que debía comprar y así la compra es mayor a la de entre rejas. Pero aparte, es incómodo porque el mismo cliente inseguridad de quedar afuera a expensas que alguien pase y lo asalte teniendo en cuenta lo desprovisto de Seguridad policial que está la zona más allá de algunas guardias que se pueden ver o del paso de patrulleros”, agregó la en su momento damnificada por un flagelo que crece día a día en la capital entrerriana.
“La Policía no tiene la culpa que las leyes favorezcan a los ladrones. Hay delincuentes que por ser menores los capturan y los largan enseguida. Muchos clientes me dicen que los políticos y los jueces deberían saber lo que es trabajar entre rejas pero yo lo único que deseo es poder no sentir miedo cada vez que vengo a abrir el negocio o cuando debo irme. Es muy difícil vivir así”, confesó por último.
Así estamos en algunas zonas de Paraná, y al menos como prevención, la Policía de Entre Ríos sigue sin instalar alguna Garita y/o guardias en horarios realmente complicados como son la siesta y entre las 23 y las 8 de la mañana. Lo hemos propuesto desde hace un par de años a través de éste humildísimo Diario Digital, pero no… parecen haber otras prioridades, lo paradójico es que la sensación de inseguridad se extiende de norte a sur, de sur a norte, de este a oeste y a la recíproca. O sea… No hay en la capital de Entre Ríos UN SECTOR SEGURO. Algo pasa… Algo ocurre. Quizás se espere la irrupción de la Justicia por Mano Propia en forma masiva. Alarmante. Inquietante. Sin hesitar.