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Bahl: “Tengo la convicción absoluta de que este maravilloso Pueblo de Paraná, confiará en nosotros y el domingo nos dará su apoyo”

El vicegobernador y candidato a intendente de Paraná por la Alianza Justicialista Creer Entre Ríos, Adán Bahl, mantuvo una breve charla con Cuestión Entrerriana y no ocultó su ilusión respecto a los comicios del domingo venidero: “Me siento inmensamente feliz por cómo me han recibido en los barrios y cómo me han tratado en el centro, comerciantes, empresarios, empleados, transeúntes que se acercaron a saludar y hasta a exponer sus puntos de vista amigablemente. La verdadera democracia consiste en que el Gobierno haga solamente lo que el Pueblo quiere y defienda un solo interés: el del Pueblo. Tengo la convicción absoluta de que este maravilloso Pueblo de Paraná, va a ponernos el hombro, confiará en nosotros y el domingo nos dará su apoyo”.

 

“Lo que más pesa para los hombres de conciencia es la responsabilidad, pero ese enorme peso de dicho compromiso puede repartirse proporcionalmente cuando se gobierna un pueblo consciente de ese deber, esperanzado de cumplir hasta en el más humilde acto de su vida privada. Por eso reclamo la ayuda de cada paranaense, porque cuando me elijan y me hagan responsable de los destinos de esta castigada Capital, cada uno de los que me vote compartirá conmigo la responsabilidad al haberme elegido. Todos proponemos medidas para salvar a la Ciudad, para recuperarla; pero, amigos, amigas, a Paraná la salva una sola entidad: el Pueblo. Los hombres que tenemos la responsabilidad de gobernar, sin el Pueblo somos inútiles, ineficaces. Es menester que cada ciudadano se convierta en un observador minucioso y permanente de nuestra gestión”, expresó.

 

En ese sentido consignó: “El compromiso contraído implica mi decisión irrevocable de abrazar la causa del Pueblo. De este Pueblo que sabe defender sus derechos, ofrendando el imprescindible ejemplo de cultura cívica. Me enorgullece sentirme partícipe de este despertar ciudadano que reprueba las malas artes políticas y toda actividad al margen de la ley. Por esto afirmo que el Estado tiene el deber de estimular la producción, pero debe hacerlo con tal tacto que logre, a la vez, el adecuado equilibrio entre las diversas fuerzas productivas. A este efecto, determinará cuáles son las actividades ya consolidadas en nuestro medio, las que requieren un apoyo extra para lograr solidez a causa de la vital importancia que tienen para el país”.

 

También fue enfático al hablar de los jóvenes que se han sumado a su propuesta y sobre ellos destacó: “Una de las mayores fortunas del Pueblo de Paraná la constituye nuestra juventud, que en la lucha de todos los días está demostrando su madurez, capacidad y decisión inquebrantable de imprimir al futuro el soplo de aire fresco, vivificador de sus ideales, esclarecidos por su pensamiento y ennoblecido por sus humildes sacrificios. Y cuando una juventud reúne estas condiciones, la comunidad puede afirmar esperanzada que tiene asegurado el futuro. Las viejas generaciones tienen la obligación de dar paso a las nuevas que, representando al futuro, serán las encargadas de asegurar el destino de nuestro Pueblo. Nadie tiene más derecho que ellos quienes serán los que han de gozar o sufrir las consecuencias del quehacer actual”.

 

“Paraná no puede estancarse en el ritmo aletargado a que la condenaron cuantos se lanzaron a vivir a sus costillas; Paraná debe recobrar el pulso firme de una juventud sana y de una sangre limpia. La Argentina necesita la aportación de esta sangre juvenil; no puede seguir con las corrientes sanguíneas de múltiples generaciones de gente caduca, que gestión tras gestión agudiza la decadencia de sus actitudes. Esta sangre hará salir de las urnas el próximo domingo, esta nueva Paraná que anhelamos con toda la fuerza y la pujanza de nuestro corazón”, acotó.

 

“Más que buenos proyectistas, necesitamos decididos realizadores. Lo digo con énfasis para que sepan apreciar la pureza de mis intenciones. Es imprescindible llevar a la esfera de las realizaciones nuevos principios de orden jurídico, administrativo, técnico y económico. La necesidad de estas construcciones no debe confundirse con la ambición de innovar caprichosamente o edificar nuevas estructuras por el sencillo placer de crear organismos inútiles o establecer instituciones superfluas. Los nuevos hechos sociales, políticos y económicos, exigen una plasmación concreta en el campo de las ejecuciones, pero debo advertir que considero perjudicial avanzar un solo paso sin que esté bien cimentado el anterior”, reflexionó Bahl.

 

En el último tramo del diálogo con una de nuestras reporteras, sintetizó: “Cerrar el paso a nuevos conceptos, nuevas ideas, equivale a condenar a la sociedad a la ruina y al estancamiento. Hoy no es posible pensar organizarse sin el Pueblo, ni organizar un Estado de minorías para entregar a unos pocos privilegiados la administración de la libertad. Nuestra preocupación no es tan sólo crear un ambiente favorable para que los más capaces o los mejor preparados labren su prosperidad, sino procurar el bienestar de todos. Allí el Estado debe tener puesta su atención y su preocupación. La felicidad y el bienestar de la masa son las garantías del orden, son el testimonio de que la primera consigna del principio de autoridad en nuestra gestión ha sido cumplida. Esa masa es la causa de nuestros trabajos, es nuestra gran esperanza. Y esto es lo que da, precisamente, tono, matiz y sentido a nuestro sentido de democracia social”.

 

“Me pongo al servicio del Pueblo, y así como estoy dispuesto a servirlo con todas mis energías juro que jamás he de servirme de él para otra cosa que no sea su propio bien”, concluyó Adán Bahl.