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Yamandú Orsi puso de relieve su fecunda relación diplomática con el gobernador entrerriano, Rogelio Frigerio

Con el pragmatismo que lo caracteriza, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, abordó una amplia variedad de temas en una entrevista con El Observador, desde conflictos internacionales hasta asuntos domésticos. En el fecundo reportaje, el mandatario también abordó la polémica en torno a la relocalización de la planta de hidrógeno verde en Paysandú, tras el inobjetable planteo del gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.

Orsi dijo que “hay que escuchar” al argentino: “Él tiene muy claro que ese proyecto no contamina las aguas, sino que es visual: se va a poner una chimenea en frente a la ciudad donde están las playas. ¿Cómo no lo vamos a escuchar?”.

En ese sentido, instruyó a la ministra de Industria y a los equipos involucrados a buscar alternativas: “Ahí no va, o me la bajan. Un detalle que no es tan determinante para el proyecto, no puede generarte un problema nada menos que con Argentina”.

Quedó remarcado elocuentemente que Orsi evitó cualquier confrontación con el Gobierno argentino, mostrando una actitud conciliadora hacia el planteo del gobernador entrerriano Rogelio Frigerio.

“Me gusta mucho delegar

Durante el diálogo, volvió a cuestionar el proceso electoral venezolano bajo el régimen de Nicolás Maduro y expresó una profunda preocupación por la situación de Fabián Buglione, el ciudadano uruguayo detenido en ese país desde octubre del año pasado.

En el mismo tono, Orsi se distanció del uso del término “genocidio” para calificar la situación en la Franja de Gaza, y defendió la posición neutral de Uruguay, así como la continuidad de la oficina de Innovación en Jerusalén.

Durante el análisis de sus primeros cien días de mandato, el presidente remarcó su estilo de liderazgo, caracterizado por la delegación de responsabilidades a sus ministros y equipos de trabajo. “Me gusta mucho delegar. Siento que le da solidez a mediano y largo plazo a un gobierno”, afirmó.

Orsi también abordó la futura presidencia de Uruguay en la Celac, destacando el valor del foro como espacio de encuentro regional. “Todo espacio de apertura a un país como el nuestro le viene muy bien”, señaló.

A pesar de su enfoque abierto al diálogo, manifestó inquietud por la falta de servicios consulares en Venezuela: “Tenemos una realidad compleja que a mí me preocupa mucho. (…) Yo creo que deberíamos revisar eso”. Respecto a si abrir un consulado implicaría legitimar a Maduro, respondió con énfasis en la necesidad del multilateralismo, reconociendo también las falencias democráticas del reciente proceso electoral venezolano.

¿Está Sebastián Marset en Venezuela?

Consultado por los reportes que sitúan al narco uruguayo Sebastián Marset en Venezuela, Orsi se mostró cauto pero no desinteresado: “Es raro que lo estemos escuchando tan seguido y que es un generador de opinión. En Venezuela hay muchos intereses históricos en juego”.

En cuanto a la designación de Carolina Ache como embajadora en Portugal, el presidente defendió su nombramiento, asegurando que su explicación sobre la entrega del pasaporte a Marset le resultó convincente. “Ella explicó y a mí me convenció. Se calló cuando debía, pero convenció”, expresó.

El conflicto en Gaza

Sobre el conflicto en Medio Oriente, Orsi reiteró su rechazo a etiquetar la violencia como genocidio. “¿Es más fuerte decir ‘genocidio’ que decir ‘masacre’?”, se preguntó, sugiriendo que aún no le queda claro si hay una intención de exterminio total por parte de Israel. Condenó, sin embargo, la escalada militar: “La reacción inicial se podía entender, pero ahora tiene que tener un fin”.

Relación con Argentina y el hidrógeno verde

El mandatario también abordó la polémica en torno a la relocalización de la planta de hidrógeno verde en Paysandú, tras el planteo del gobernador argentino de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.

Orsi dijo que “hay que escuchar” al argentino: “Él tiene muy claro que ese proyecto no contamina las aguas, sino que es visual: se va a poner una chimenea en frente a la ciudad donde están las playas. ¿Cómo no lo vamos a escuchar?“.

En ese sentido, instruyó a la ministra de Industria y a los equipos involucrados a buscar alternativas: “Ahí no va, o me la bajan. Un detalle que no es tan determinante para el proyecto, no puede generarte un problema nada menos que con Argentina”.

De este modo, el presidente enfatizó la importancia de evitar conflictos innecesarios con el país vecino y de mantener canales de diálogo abiertos: “A nivel político está bastante aceitado esto con el gobernador, con el canciller Gerardo Werthein con quien se viene hablando. El gobierno argentino está por dentro de esto y el gobernador es clave. Ahora, veremos, si eso escala no tenés que ponerte duro, sino ver cómo destrabás eso, porque el proyecto tendría que salir igual”.

Balance del inicio de gestión

Orsi expresó sentirse respaldado por su equipo, y subrayó como la peor experiencia la muerte de una persona en situación de calle por frío. Consideró que aunque era un evento posible, uno siempre espera evitarlo. En cuanto a su método de conducción, reiteró: “Yo no puedo pretender que todas las decisiones pasen por mí”.

Destacó también la importancia de acortar los tiempos entre decisión y ejecución: “No hay nada más revolucionario que eso”. Aseguró que el contacto con la gente es esencial para detectar si las políticas implementadas funcionan: “Lo central para mí es tener la gente ahí cerca que me diga ‘esto camina, esto no’”.

Frente a las críticas sobre la falta de una agenda clara, Orsi fue tajante: “Si alguien esperaba que entrara con tres o cuatro leyes para ser la vedette del carnaval, que sigan esperando. No me interesa”.

Seguridad y justicia

Sobre seguridad, defendió la continuidad de figuras técnicas como el director de la policía y Diego Sanjurjo, marcando distancia con la idea de politizar cargos técnicos. “Esa idea de que nosotros somos cracks y los otros un desastre, no la compro”, sostuvo. Reconoció que la izquierda ha aprendido a ser dura con el delito, y que eso ya no es motivo de discusión interna.

Además, manifestó su voluntad de crear un Ministerio de Justicia, aunque admitió que no estará en el próximo presupuesto. Aseguró que la iniciativa cuenta con apoyo transversal y permitiría una mejor distribución de funciones, especialmente en lo que refiere a la administración carcelaria.

Sistema previsional y transición

En materia de seguridad social, abogó por volver a permitir el retiro a los 60 años, con incentivos para quienes deseen continuar. “Deberíamos volver a aquello de los 60, pero permitiendo y estimulando para que haya gente que se quede más tiempo”, expresó.

Sobre la transición con el gobierno anterior, admitió dificultades: “No es tanto la herencia del clavo, es cómo no supimos del todo bien. Faltaron elementos”. Valoró sin embargo la celeridad con la que se conformó el gabinete y el enfoque en destrabar pendientes para avanzar con la nueva gestión.

Consultado por las renuncias de Cecilia Cairo, Alejandra Koch y Eduardo Viera, Orsi las calificó como hechos indeseados pero inevitables. “Se tomaron las definiciones correctas para seguir trabajando en base a los planes trazados”, aseguró.

En definitiva, el presidente ratifica un enfoque pragmático, con una gestión que prioriza la eficiencia, el diálogo, y la cercanía con la gente, tanto en el plano interno como en el internacional.

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