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Wado de Pedro llamó a “cortar con los discursos de odio y construir una Argentina contra el bullying”

La Asociación Argentina de Tartamudez (AAT) repudió los dichos “discriminatorios y peyorativos” del periodista Gabriel Levinas, quien aseguró en un canal de televisión que la Argentina “no está preparada para un presidente tartamudo”, en referencia al ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

Así lo expresó la asociación tras las declaraciones de Levinas en el programa Solo una vuelta más en el canal TN.

“Una vez más nos encontramos en la necesidad de repudiar comentarios de carácter discriminatorio y peyorativo, frente al desconocimiento absoluto de la temática”, apuntaron desde la AAT.

“Este tipo de aseveraciones no hacen más que dañar a las personas que tartamudean”, lamentaron.

En diálogo con Télam, Janice Ninoná, licenciada en fonoaudiología especializada en tartamudez de la AAT enfatizó en que estos dichos “confunden y desinforman no sólo a las personas que tartamudean sino a la sociedad en general porque siguen instalando mitos que ya se sabe que no son así”.

“Lo que evidenció es que todavía hay que trabajar en naturalizar este tema, en erradicar mitos que están muy instalados y sobre todo transmitirle a la sociedad que cualquier persona puede trabajar u ocupar el cargo que sea independientemente que tenga tartamudez o no”, aseveró Ninoná.

La tartamudez o disfluencia es una alteración de la fluidez del habla, que afecta a la comunicación de la persona y se manifiesta en las prolongaciones o repeticiones de sonidos, sílabas, palabras o frases.

Según las estadísticas internacionales, está presente en el 1% de la población mundial, con una edad de inicio entre los 2 y 7 años y que el 98% de los casos aparece antes de los 12 años, siendo más frecuente en hombres que en mujeres.

Actualmente se conoce que la tartamudez es “multifactorial”, y que puede ser influida y desencadenada por factores “emocionales, genéticos, ambientales y (por características del) cerebro del niño o la niña”.

“La tartamudez es una característica más de la persona, pero no la define”, apuntó la fonoaudióloga.

Y continuó: “Implica un poco más de tiempo para expresarse, pero la persona (que tartamudea) sabe lo que quiere comunicar y transmitir. Hay que desterrar todos estos preconceptos que no nos ayudan a avanzar como sociedad”.

Durante la emisión del programa periodístico del canal TN, Levinas dijo que “le gustaría” un país en el que “estemos tan evolucionados intelectualmente que el Presidente pueda ser una persona que es tartamuda”.

“Pero si vas a poner una persona de esta naturaleza como candidato a presidente sabés que en la Argentina va a fallar, porque la sociedad no está preparada para eso. ¿Por qué lo ponés igual? ¿Por qué lo señalás igual?”, abundó Levinas, en referencia a De Pedro y la posibilidad de que pueda ser precandidato presidencial.

“No sé por qué lo hacen…va al muere (de Pedro)”, agregó el periodista e hizo una comparación con otras figuras del peronismo: “Con la oratoria de (Carlos) Menem, la oratoria de (Néstor) Kirchner, la oratoria de Cristina (Fernández), la oratoria de (Juan Domingo) Perón, (De Pedro) es un tipo que no puede hacer oratoria”.

Entre otros mitos que persisten, la fonoaudióloga mencionó el de “asociar la tartamudez a una falta de inteligencia o que no puede ser buen orador” y consideró que pueden “lastimar mucho”.

En ese contexto, instó a trabajar para “naturalizar el tema” y aseguró que en este caso “le toca a una figura pública” pero refleja “la realidad” que viven “muchas personas que tartamudean y que sufren discriminación”.

Asimismo, desde la asociación destacaron el proyecto de Ley Integral de Tartamudez, presentado en 2022 por las diputadas del Frente de Todos Paula Penacca, Florencia Lampreabe, María Lucila Masin y Alejandra Obeid, y pidieron por su tratamiento.

La iniciativa, que tiene como objetivo asegurar el “acceso al bienestar general” de las personas que presentan disfluencia o tartamudez, pone énfasis en garantizar la detección temprana, la capacitación a profesionales y la difusión y articulación en las escuelas.

Borges, el autor argentino más universal, también era tartamudo
A propósito de las descalificantes declaraciones del periodista Gabriel Levinas sobre la tartamudez del ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, la literatura argentina ha demostrado con creces que la disfluencia en el habla no es un impedimento para el desempeño público, creativo e intelectual, como el caso del escritor Jorge Luis Borges, quien padecía una leve pero marcada tardamudez y se convirtió en uno de los autores más universales.

El pasado domingo por la noche, en un programa periodístico del canal TN, el periodista Gabriel Levinas dijo que la Argentina “no está preparada para un presidente tartamudo”, en referencia a Eduardo ‘Wado’ de Pedro. Sus dichos fueron rechazados por gran parte del arco político y social y también por la Asociación Argentina de Tartamudez, que mediante un comunicado aseguró que “este tipo de aseveraciones no hacen más que dañar a las personas que tartamudean” y destacó que “las personas con tartamudez no están imposibilitadas para desempeñarse en el ámbito académico/profesional, así como tampoco se encuentran impedidas de alcanzar sus metas personales”.

El caso Borges
“El Borges oral es tartamudo, imperfecto. En cambio, el Borges escrito es muy palabrero”, dijo una vez en una entrevista el autor de “El Aleph” reconociendo las diferencias en las formas de su lenguaje, perceptibles en los reportajes que le hacían. Aunque su disfluencia tiene matices distintos según los archivos, al escucharlo se registran en su habla repeticiones, sonidos prolongados o una pausa que determina el lapso de un breve tiempo para decir lo que quiere decir.

Hay quienes ubican esa tartamudez en relación a su timidez extrema, algo que el escritor nunca ocultó. María Kodama, su viuda y albacea, siempre contaba el miedo escénico que le producían a Borges los eventos en público. Pero así como su ceguera no le impidió ir al cine, Borges se acopló de recursos y estrategias para vencer sus dificultades en público al punto de acostumbrarse y disfrutarlo, primero con un trago de cogñac o una copa de vino, después con otros mecanismos.

“Yo sufría porque Borges había sido tartamudo y el alcohol a veces le hacía tartamudear”, recordaba Kodama sobre esa estrategia para vencer sus miedos. Con el tiempo, en sus conferencias pareció haber encontrado otra fórmula para salir del embrujo de la tensión público: que ella se sentara en la primera fila, donde posaría su atención el escritor como si estuviera dando la conferencia a ella sola.

La Asociación Argentina de Tartamudez tiene desde hace varios años el Premio Jorge Luis Borges que justamente se dirige a aquellas personas destacadas en su actividades que hacen pública su disfluencia. Desde allí también recuerdan otra frase famosa del escritor: “Pienso que a las palabras hay que conquistarlas, viviéndolas”.

En las imitaciones que hacía el humorista Mario Sapag de Jorge Luis Borges, en Operación Ja-Ja de Canal 13, el intérprete recuperaba ese rasgo de su habla repitiendo algunas sílabas.

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