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Violencia en el Básquet: tarde o temprano iba a ocurrir otra vez

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Hemos sido amplios en el tributo de información inherente al grave suceso registrado el pasado domingo tras un juego por la Liguilla Provincial U17. Aportamos las expresiones emanadas desde FEBER, APB, Colegios de Árbitros, Atlético Echagüe Club y hasta otorgamos chances de manifestarse a los agresores de los árbitros. Es tiempo de reflexionar, sobre lo ocurrido, y muy especialmente, en cuanto a lo que se ha dicho.

 

Desde hace varios años, los Archivos no mienten, hemos sido el ÚNICO medio periodístico entrerriano que abordó con profundidad un tema de tanta actualidad como la violencia en campos deportivos, en éste caso, por nuestra especialización, en canchas de básquet.

 

Lo ocurrido en la Serie Final del Oficial APB 2012 de Primera suscitó opiniones de distinto calibre. Desde las agresiones execrables a que fueron objeto los árbitros, hacia las medidas preliminares de prevención no adoptadas adecuadamente, hasta el tenor de las sanciones y oros puntos álgidos, fueron desmenuzados por nuestra pluma analítica.

 

No conformes con todo lo actuado, exhortamos, impulsamos la realización de un Congreso en el cual, dirigentes, entrenadores, jugadores, árbitros, integrantes de mesas de control, profesionales vinculados a distintas ramas que afecten a la actividad deportiva, padres, simpatizantes, y tantos más agentes involucrados al baloncesto, puedan exponer sus inquietudes, y que fluya un debate enriquecedor.

 

¿Resultado? Perdimos de modo apabullante. No solo que la dirigencia hizo caso omiso a la proposición, sino que la prensa consolidó la tendencia inherente a un notorio desinterés por acometer una labor de reflexión, y el ambiente del básquet ratificó que las Redes Sociales solo están para expresar pasiones, satisfacciones, alegrías, logros, conquistas, o hasta por allí fastidiarse con “El Mensajero”, pero de enhebrar una idea, NI AHÍ…

 

Así, quedamos (como es casi usual…) más solos que perro malo. Una vez más, el básquet APB demostró una apatía absoluta en cuanto a la búsqueda de vías de solución a problemáticas que hace muchísimos años siguen sin corregirse.

 

La sensación que nos invadió es la de ver a una amplia mayoría diferencial al mejor “Estilo Lamolina” (siga… siga…).

 

Pareció no importar que lo de esa noche en Sionista pudo significar una tragedia.

 

Quedó una percepción de encubrimiento a las contradicciones entre informes, sanciones y redenciones.

 

Se desarrollaron, hasta con mediación Oficial, reuniones (pueriles…) y NADA VARIÓ. O mejor dicho… Se establecieron providencias vinculadas a la presentación de los estadios y/o de las mesas de control, disposiciones que concluyeron siendo una especie de paliativo infecundo habida cuenta que la mayoría, o la casi totalidad de los escenarios, siguieron reflejando improvisaciones o insuficiencias de complicadísima solución.

 

O sea… Para redondear… Todo siguió igual. Más aun… Con la llegada de la nueva Comisión Directiva de la APB, solo hubo exigencias monetarias pero se mantuvo la propensión en cuanto a falta de OPORTUNOS controles de canchas y así evitar suspensiones precisamente por distintos menesteres, como hoy está ocurriendo de modo irrefrenable.

 

Sí, sí… Desde la APB se llenaron la boca con lo de una supuesta Comisión Técnica y nunca supimos que existiese una recorrida por los diferentes gimnasios para medir cual está o no en regla. O al menos, no arribó a nuestro Correo Electrónico informe sobre esas necesarias inspecciones.

 

Por añadidura, todo sigue igual… O peor…

 

Ahora bien… ¿Y lo del domingo en Ciclista o en las adyacencias al “Baglietto”?…

¿Basta con comunicados de repudio?…

¿Basta  con misivas en las cuales diversas entidades se solidarizan con los damnificados?…

¿Basta con calificar ligera, temeraria y corporativamente como mafiosos, salvajes, cobardes, patoteros, vándalos a quienes profirieron insultos, amenazaron y agredieron?…

¿Basta con “prometer investigar” hasta las últimas consecuencias?…

 

Seremos muy concretos con nuestra posición:

-reprobamos cualquier clase de actitud violenta, sea verbal, gestual o física contra un actor (o más…) de una contienda basquetbolística, y hasta entre espectadores-aficionados.

-rechazamos tajantemente agresiones de cualquier índole aun fuera de una cancha y/o en zona adyacente a un escenario deportivo tras culminar una competencia, sea cual fuere la categoría.

-objetamos categóricamente se falte el respeto a las autoridades de un juego, sea dentro del rectángulo o fuera del mismo, mediante ademanes o conductas belicosas claramente visibles, generándose un microclima enrarecido y fogoneando incipientes conatos violentos.

-impugnamos que los jueces no cuenten con las más mínimas medidas de seguridad que garanticen sus desempeños preliminares, como durante los partidos y al cabo de los mismos, sobre todo en aquellas confrontaciones de “alto voltaje”, en especial las cuales han tenido antecedentes diversos.

 

Avalamos sí:

-que un entrenador o capitán solicite/n RESPETUOSAMENTE aclaración sobre un (o más…) fallo/s polémico/s, propendiéndose a clarificar una acción u omisión de los árbitros que pudo causar perjuicio.

-que un dirigente requiera ATENTAMENTE idéntica explicación.

-que un padre o simpatizante -AMABLEMENTE, CON MODERACIÓN- solicite elucidación, o dilucidación en torno a determinada/ sentencia/s, procurando evitar dudas, despejar prejuicios o hasta disipar fastidios en cuanto a la aplicación o no de determinadas penas.

 

Recusamos que:

-los jueces obren con soberbia dentro y fuera de la cancha (en sectores adyacentes a la misma), previo, durante o después de una contienda.

-Los jueces gesticulen o se desempeñen con abundancia de ademanes o miradas arrogantes.

-Los jueces utilicen la ironía socarrona y/o histriónicamente para desestimar una queja.

-Los jueces devuelvan gestos, gritos, protestas, o hasta insultos, con ánimos exaltados y tonos de voz dictatoriales.

-Los jueces acuerden una postura de SILENCIO, acompañada de gestos altaneros, arrogantes, lo cual se transforma en DESCORTESÍA y la misma suele mutar al AGRAVIO.

-Los jueces abandonen una cancha como prófugos y hasta cubiertos “logísticamente”, dejando entrever la admisión de culpa alguna, en vez de retirarse sin operativos pomposos, no tanto por sus propias decisiones, sino por una grandilocuente cobertura de colegas que hacen, de lo que debiera ser una retirada NORMAL, una ampulosa partida que exacerba ánimos contrarios.

-Los jueces no elaboren informes precisos, detallados, impecablemente redactados mediante el debido e imperioso asesoramiento.

 

Creemos que:

-NO todos los entrenadores y jugadores conocen a la perfección el reglamento.

-Pocos dirigentes se han capacitado debidamente para criticar a ciencia cierta la tarea de los jueces.

-Muy pocos periodistas pueden criticar con agudeza a los árbitros, coincidentemente por la escasa formación GENERAL en éste aspecto.

-Una ínfima porción de simpatizantes están instruidos como para siquiera DEBATIR BÁSICAMENTE en torno a reglas.

-Los árbitros, los jueces, han sido el estamento que en éstas dos últimas décadas MEJOR han trabajado CORPORATIVAMENTE para demostrar una AGREMIACIÓN consolidada que IMPONE condiciones a la dirigencia con la CERTEZA de saber que tienen “la sartén por el mango”.

-Los árbitros, los jueces cumplen roles ULTRA profesionales, siendo el segmento que más réditos económicos obtiene del básquet amateur.

 

Por todo lo expuesto, concebimos que:

-es IMPRESCINDIBLE que la dirigencia, los entrenadores, los jugadores SE PONGAN DE ACUERDO para fortalecer cada sector y que sus puntos de vista, sus visiones, sus posturas TENGAN EL DEBIDO ASIDERO.

-Es IMPERIOSO que los padres, los simpatizantes, los aficionados procuren conocer más el reglamento o que hasta hablen con sus familiares basquetbolistas para interiorizarse sobre dudas reglamentarias. De éste modo, se CULTIVAN con mayores discernimientos y se comprende mejor el juego.

-Es conducente que todos aquellos que tenemos el rol de COMUNICAR, sumemos nuevo acervo respecto a reglas, posibilitando ese caudal de “luces” un manejo más prudencial de la crítica.

-Sería ideal que desde APB y FEBER se promuevan Campañas de Concientización, haciendo ver que son infecundas, estériles, nocivas, las quejas airadas a los árbitros, muchas de ellas insubsistentes, infundadas, fútiles.

-Sería FANTÁSTICO que desde APB y FEBER se exijan condiciones BÁSICAS de SEGURIDAD a los jueces para evitar nuevos contratiempos desagradables.

-Sería EXTRAORDINARIO que desde APB y FEBER se consensue con los árbitros un MANUAL DEL JUEZ DE BÁSQUET AMATEUR, por el cual no se asuman conductas poco constructivas -de parte de los jueces-y SÍ, se zanjen diferencias con técnicos, jugadores, dirigentes, aficionados, a través de SOBRIOS y CONGRUENTES comportamientos mutuos, tendientes a EDIFICAR y NO DIVIDIR.

-Sería MAGNÍFICO que los jueces NO TEMAN a conversar SANAMENTE, con mesura, con EQUILIBRIO. Es MUY BUENO platicar procurando un entendimiento recíproco.

Conclusión

Cuestión Entrerriana también se adhiere al REPUDIO y a la PREOCUPACIÓN por la aciaga instancia que les tocó sufrir a los jueces Herlein y Perotti. En diálogo telefónico con Pablo Erbetta fuimos CONTUNDENTES en expresar nuestra REPROBACIÓN por el incidente dentro del Club Ciclista y en la calle.

Rebatimos agudamente el mero hecho de haberse agraviado verbalmente a los árbitros, por consecuencia, fuimos incisivos a la hora de recusar la conducta agresiva evidenciada.

Pese a éste irreductible posicionamiento, NO COMPARTIMOS todos los calificativos que se han interpuesto en detrimento de la Familia Erbetta.

Condenamos la violencia esgrimida con cualquier modo de manifiesto, desde el insulto, hasta el embate físico, pero ante toda denuncia, hay un INFORME, hay una investigación, y la misma determina nivel  de gravedad del incidente como las penas a dictaminarse, sea en fueros deportivos, como de la Justicia Ordinaria.

Consideramos que, salvo la nota realizada por Cuestión Entrerriana, solo hubo UNA narración, UNA fuente, UNA versión, y varias adhesiones a conceptos severamente difamatorios causando un potencial daño profesional y moral a los Erbetta, sin dar a luz el INFORME OFICIAL de los árbitros.

Nos animamos a decir que esto puede concluir MUY MAL. Más MAL que lo que cualquiera puede imaginarse. Pablo Erbetta admitió DIGNAMENTE su error como el de su esposa e hijo mayor.

 Demostró neto arrepentimiento. Pero dicho reconocimiento no avala haber sido tan despiadadamente atacada su Familia en lo MORAL, lo que puede provocar hipotéticamente serios trastornos en lo PROFESIONAL.

Erbetta padre es un empleado de impecable trayectoria en una sólida entidad bancaria de nuestro medio.

Erbetta mamá es una docente de aquilatada trayectoria en uno de los Colegios Católicos de mayor predicamento en la Provincia, y es, SIN HESITAR, una de las maestras más queridas por su simpatía y carisma, por su capacidad, por su nobleza, por su espíritu religioso.

Sus currículums intachables en lo profesional, y sus valores morales evidenciados en distintos estamentos de la sociedad, dejan en claro que lo sucedido tras ese fatídico partido de categoría U17 entre Quique y Echagüe fue una contingencia tan delicada como inesperada.

Pablo, Mariela y Federico seguro merecen una dura pena en ámbitos deportivos como, quizás, sus procederes impliquen arribar a una instancia judicial y litigar por los daños físicos que se podrían haber constatado en sede policial por parte de los damnificados, aunque de algo no hay la menor duda: los Erbetta cometieron un grave desliz, que esperemos sirva para formular un fuerte replanteo en el seno familiar sobre los apasionamientos desaconsejables, pero NO MERECÍAN la infamación, la detracción, el descrédito, el vilipendio al cual fueron objeto y eso deberá ser medido a partir de hoy por los propios órganos rectores del básquet y hasta los cuerpos colegiados que, indudablemente, cometieron también una seria imprudencia con las expresiones vertidas, tan lamentables como denigrantes.