Maran Suites & Towers

Usuarios rehenes: Entre la espalda ¿ancha? de UTA, las necesidades de los trabajadores y el “Derecho” empresarial…

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Una vez más, y van… el usuario cotidiano del servicio de transporte urbano de pasajeros se ve sometido a una coyuntura de la cual solo es víctima. Los dimes y diretes gremiales y empresarios ya colman la paciencia. La clase política interviene con parches. No es raro… A lo largo y ancho del país se constata idéntica situación con ínfimas excepciones.

 

Está claro que un empresario invierte para ganar. Está en TODO su Derecho. No criticamos esa posición; más aún… la interpretamos sanamente y nos parece perfectamente entendible.

Ellos brindan un servicio, ¡y vaya si es útil! También arriesgan inversiones mayúsculas con el mero hecho de poner los vehículos de magno porte en las calles. Merecen una justa retribución. No nos cabe la menor duda. Capítulo comprensible.

 

Ahora… A Cuestión Entrerriana, nacida hace exactamente 10 años, le encantaría contar con una redacción confortable, con oficinas, equipamiento acorde a las necesidades tecnológicas que ponen hoy a la editorial digital en un sitial de preferencia por sobre el papel, y ni hablemos como nos fascinaría agrandar “La Familia” dotándola de personal idóneo en distintas áreas.

Nos subyuga la idea de agregar mayor y mejor contenido, reequipar el área fotográfica, incorporar equipamiento de videofilmación. Nos seduce proyectar que este humilde medio se transforme en una plataforma periodística multifacética.

 

Claro… Falta plata. Todo lo hacemos a pulmón. Con inconmensurable esfuerzo. Cada miembro pone su humildísima cuota de sacrificio, y así, en 10 años, no dejamos de enlazarnos con la gente pese a incontables vicisitudes, infortunios, adversidades. Si fallamos fue por horas y problemas ajenos, inherentes a proveedores de internet o servidores.

Y el ÚNICO sostén que supimos tener del Gobierno, fue durante la gestión de Sergio Urribarri, aunque tuvimos el infortunio de no lograr cerrar nuestros números tributarios, y por estar atrasados en ATER y/o AFIP, se nos retuvo todo lo que nos correspondía.

 

Fue paradójico… “Regularizá todo lo tuyo y te pagamos…”, nos decían desde la órbita de Pedro Báez. Y con lo que nos debían podíamos en amplia proporción regularizar esa incómoda problemática.

Obvio… Bajamos los brazos, y preferimos seguir adelante sin ese valioso aporte del Estado, tal cual lo reciben nuestros medios colegas o hasta periodistas de notable predicamento que coquetean periódicamente con el Gobierno de turno y una clase política a la cual le hechiza cautivar al Pueblo contando sus obras o actos de gestión. La plata que se nos adeudaba quedó en las arcas de la Casa Gris (¿quedó…?).

 

Lógicamente… Cuestión Entrerriana no pudo crecer en lo cuantitativo. Se quedó en sus pilares familiares como sostén, costó renovar modelo de página, innovar, transformar.

Pero no dejó un solo día de actualizar lo cualitativo, de crecer en ese sentido, quizás, no valorado por algunos, no obstante fue seleccionado como un vínculo periodístico creíble, confiable, y por cierto… muy original.

 

Elegimos la más difícil… Ir contra la corriente. Promover un modo de periodismo distinto; y en eso estamos, queriendo transmutar o reconvertir contenidos para adecuarnos al interés de nuestros fieles lectores.

Y lo hacemos austeramente, más aún, con la Espada de Damócles de problemas de vieja data que nada tienen que ver con el medio en sí, pero vaya si nos afectan…

 

Padecemos un sinfín de necesidades, pero somos, y parecemos… No tenemos móvil, ni del medio, ni personal. Sufrimos de incontables insuficiencias. Pero a NADIE perjudicamos y mucho menos andamos golpeando puertas del Gobierno para que nos ayuden a subsistir.

 

Los empresarios del transporte urbano de pasajeros podrían sincerarse de una buena vez por todas, y dejar de esperar dádivas, exponiendo la situación con transparencia, con números sobre la mesa, no solo de sus empresas sino de sus propios patrimonios para no dejar nada librado a la imaginación.

No dudamos que la están pasando mal. ¿Cómo vamos a dudar si la crisis que atraviesa el país es destructiva, demoledora???

 

Pero ya es hora que convoquen a una conferencia de prensa, bien organizada, y reflejen lo que sale, lo que cuesta, sacar un micro a la calle. Desde el más exiguo gasto hasta lo supremo que es la adquisición de unidades y primordialmente la erogación por personal.

No ocultar NADA. Exhibir con naturalidad el vaivén, la oscilación existente entre inversión-costo y ganancia. ¿Se animarán? Es una pregunta inevitable, por cierto…

 

Ser y parecer… Esa es la cuestión. Ahora, si quiero depender del Estado, que se me subvencione, con ello logro paliar expensas o consumos, y de tal modo, los ingresos son ostensiblemente superiores que cualquier humilde argentino que va por la vida a los tumbos porque nadie lo auxilia, socorre o financia, nos parece MUY INJUSTO, DEMASIADO INEQUITATIVO.

Aplaudimos que los empresarios inviertan y que GANEN lo suficiente como para estar suficientemente estimulados. Pero el invertir es arriesgar, y en esta bendita República, todos sabemos que cuando invertís a riesgo te podés dar un flor de porrazo.

No analizaremos lo ético, lo moral de los empresarios del transporte urbano de pasajeros. Aunque sí nos atrevemos a reafirmar que NO brindan el servicio más seguro, más rico en confort, más riguroso en lo concomitante a horarios, más respetuoso del Medio Ambiente y/o que garantiza a sus trabajadores de las comodidades ideales para que estos desarrollen su tarea en un marco profesional de plena sobriedad y ahínco.

 

Párrafo aparte para el Gremio… Sus representantes siempre están dispuestos a hablar ante cada micrófono y/o cámara que los convoque. Eso es verdad. Incontrastable. Pero es un discurso ETERNO, reiterativo.

No hay una conferencia de prensa donde se detalle minuciosamente, con papeles sobre la mesa, dónde está la falla empresarial, ya que ante cada dicho sindical está la respuesta patronal negando esa especie. Por consiguiente… ¿a quién creerle?

 

¿No es hora que se deje de tomar de rehén al pasajero por cuestiones que deben dirimir gremialistas-trabajadores-patrones en un ámbito más clarificante y expeditivo?

Sinceramente, ya cuesta creer tantas palabras vanas, fútiles, insustanciales. Desde el sector empresarial ahora se habla de suspensiones… ¿Qué responderá UTA? ¿UTA va a pagarle los descuentos o los días no trabajados a los empleados cuando los dueños de las empresas digan “basta; hasta aquí llegamos”?

 

Mientras… la clase política parece adormecida… Por las dudas… ¡Puede intervenir! Simplemente diciéndole a los empresarios “¿están en condiciones de respetar sus compromisos, sus obligaciones, sí o no?”. La subvención del Estado puede dar una mano, un impulso, conllevar una contribución, pero no debe ser CRUCIAL, TRASCENDENTAL. Si fuese así… quizás habría que replantearse estatizar el transporte algo que puede llegar a ser harto complejo, más aún si observamos las cuentas en rojo…

 

Los ediles, los legisladores… ¿no invierten en asesores como para que estos en tantos años de conflicto, no presenten propuestas, proyectos?

¿Las áreas de Transporte de Comuna y Provincia no tienen especialistas que tributen planes transformadores?

 

Concluyo… Si la solución es aumentar el boleto, de más está decir que se sigue golpeando abajo al usuario… Y ojo… Somos conscientes, volvemos a justificar los intereses del empresariado, cuánto subió TODO… Cuánto cuesta el combustible, cuánto cuesta un micro 0Km, cuánto cuesta mantener las unidades, etc, etc, etc… Eso NO ESTÁ EN TELA DE JUICIO… Pero les cambio la perspectiva… ¿Y si aumenta el boleto y la gente dice “basta” y deja de tomar colectivos? ¿Y si se arman grupos de trabajadores y se toman remises o tren? ¿Y si se potenciara el uso de la bicicleta? ¿Y si se reformularan postulados de salud y todos volviésemos a caminar? ¿Y si se hacen cuentas y quizás conviene -con todo lo que se gasta por día de transporte- invertir en una cuota para una moto?

 

En Cuestión Entrerriana cumplimos días atrás DIEZ años. No pudimos hacer siquiera folletos, panfletos, comprar espacios promocionales en Redes Sociales o en algún otro medio. Ni ganas tuvimos de contarles.

Sobran los días en que pensamos en bajar los brazos, más aún con ciertas cuestiones aciagas que nos atribulan, pero aquí estamos.

 

Ni un día sin contribuir con este ejercicio. DIEZ años y ni el más mínimo estímulo para acicatearnos. Aquí estamos… firmes en la lucha. Ya vendrán tiempos mejores. Ojalá que esto mismo lo entiendan los empresarios del transporte urbano de pasajeros y cuiden lo que han logrado forjar.