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Urribarri: “no pienso en ser candidato para las próximas elecciones”

El ex gobernador de la provincia de Entre Ríos, Sergio Urribarri, fue drástico ante la consulta de colegas concordienses en una jugosa entrevista: “no pienso en ser candidato para las próximas elecciones. La gente adonde voy me lo pregunta. Gobernador no puedo volver a ser porque la Constitución lo impide, pero me preguntan si voy a ser intendente de Concordia, diputado, senador. Les digo a todas y todos que no”.

“El peronismo tiene hombres y mujeres de gran valor y con experiencia de gestión que han manifestado intenciones de gobernar la provincia. Y por si hace falta aclarar han nacido, viven y trabajan en la provincia de Entre Ríos. José Lauritto tiene una gran experiencia como intendente, legislador, vicegobernador de la provincia. Enrique Cresto fue legislador e intendente y ahora funcionario nacional. Y viene de una familia de tradición peronista. Está Martín Piaggio con una gestión muy buena en Gualeguaychú. También Beto Bahl con una gran trayectoria como ministro, vicegobernador e intendente de la capital provincial. Laura Stratta en este tiempo de las mujeres con su experiencia como legisladora, ministra y vicegobernadora, también proveniente de una familia peronista. Marcelo Casaretto, con una gran experiencia como ministro, funcionario, legislador. Hay otras mujeres como la intendenta de Villaguay, Claudia Monjo; también Carolina Gaillard con experiencia de gestión que está cumpliendo un rol muy importante en el Congreso de la Nación”, detalló Urribarri.

“Cuadros tenemos y son de los mejores. Si todos y todas ponemos lo que hay que poner y hacemos lo que hay que hacer, sin miedos ni mezquindades, el triunfo del peronismo estará asegurado una vez más en la provincia de Entre Ríos”, consideró.

Sin embargo, también puso énfasis en decir: “hay una brecha enorme -como nunca antes- entre la militancia y la dirigencia y entre la militancia y el funcionariado; como una bronca -que comparto- ante la inacción de la dirigencia respecto de la campaña anticipada que encabeza Rogelio Frigerio en la provincia. Por supuesto que cualquiera tiene derecho a recorrer y hacer política, pero no puede ser que el peronismo no diga mínimamente que este señor no es entrerriano, que no conoce la provincia, que fue ejecutor de las políticas nefastas del peor gobierno democrático”.

Y agregó con énfasis: “No puede ser que estén de brazos caídos y con resignación, contagiando todo con estos sentimientos derrotistas. Por supuesto que no hago nombres y no generalizo. Hay excepciones a esto que planteo”.

Un miedo paralizante a la estigmatización, a la persecución

Urribarri cree que: “hay un miedo paralizante originado en los cuatro años del macrismo que afecta al conjunto de la dirigencia del Peronismo. Por lo que me hicieron a mí, a Cristina y a tantos hombres y mujeres que nos animamos a tocar intereses en beneficio de nuestro pueblo. Este efecto perdura, yo los entiendo, pero si ante el drama cotidiano que vive la gente nosotros no hacemos nada por miedo a lo que pueda hacer un juez -o un político de la oposición amigo del juez- dejamos a nuestra gente a la deriva”.

Por eso aconseja: “vengo hablando con toda la dirigencia. En Israel estuve reunido con el gobernador Gustavo Bordet, con quien tengo una relación muy buena. Y antes de venir hablé por teléfono largo y tendido con varios dirigentes, entre ellos Adán Bahl, Martín Piaggio, Laura Stratta, José Lauritto -con quien también estuve personalmente en estas horas- y Enrique Cresto, y a todos les anticipé que volvía a Entre Ríos a hacer lo que estoy haciendo y les pedí que salieran a caminar, que dieran respuestas a la gente. Y que erradicaran de cuajo el miedo y empezaran a decir quién es Rogelio Frigerio y cuáles son sus intenciones. Pienso que quizás nadie les habló como yo les hablé en estos días. Yo no vine de Israel para hacer un listado evaluando a nadie, pero si después de haber tenido estas conversaciones todo sigue igual tendré que emitir algún juicio al respecto”.

Esperanzado, señaló: “Por ahora estoy convencido de que necesitamos a todos y a todas, de que hay que superar el temor que se ha instalado y empiezo a ver algunos movimientos alentadores. No digo que sea consecuencia directa de mis acciones de estas semanas, pero en Gualeguaychú se retomaron las reuniones en el PJ que estaba cerrado desde la derrota electoral, vi declaraciones de legisladores nacionales en el sentido de esto que hablo, conversé personalmente con Alfredo Francolini y con Lauritto y compartimos varios puntos de diagnóstico. Y entiendo que el mensaje que vengo expresando está teniendo aceptación porque tengo no menos de 20 invitaciones a reuniones en distintos puntos de la provincia”.

Urribarri tiene fe, y por eso se anima a afirmar: “El peronismo tiene todo para volver a ganar en Entre Ríos. Por la calidad de sus dirigentes y por la sombra de los cuatro años del macrismo. Como siempre digo, todos cometemos errores, pero el peor de los nuestros es mejor que cualquiera de ellos y que la pesadilla de Macri, que arrasó con la dignidad que nuestro pueblo apenas alcanzaba a tocar con la punta de los dedos. Este fenómeno digno de estudio que representa un porteño como Frigerio fingiendo entrerrianía en la cuna del federalismo no va a sostenerse en el tiempo y mucho menos en las urnas”.

Las cosas por su nombre…

Acto seguido fue rotundo al hablar sobre Frigerio: “No busco agredirlo. No es mi estilo de hacer política. Ni la agresión, ni la violencia, ni las operaciones. Mucho menos la persecución o la denuncia. Los entrerrianos y las entrerrianas me conocen mejor que nadie y saben que voy de frente. Entonces, yo no agredo a Frigerio cuando digo que no es entrerriano. No lo agredo cuando digo que ni él ni su familia viven en la provincia de Entre Ríos. No lo agredo cuando digo que no conoce la historia ni la idiosincrasia de nuestra gente. Simplemente digo verdades incontrastables. Las verdades históricas de las que nos hablaba Néstor Kirchner. Que pueden gustar o no, pero son así”.

Y redobló la apuesta al recordar: “Del mismo modo, no lo agredo a Frigerio cuando digo que fue uno de los principales ejecutores de las políticas de un gobierno que destrozó la economía argentina, la industria, la producción. Que endeudó a varias generaciones no para hacer obras o algo bueno para la gente, sino para que esos recursos sean fugados por amigos del poder. Que espió a propios y extraños con prácticas ilegales que retrotraen a lo peor de la historia argentina. Que paralizó obras para Entre Ríos como la ruta 18 porque no eran prioridad. Claro, para ellos no habrá sido prioridad. Para nosotros es vital. De un eventual gobierno de Juntos por el Cambio no sabemos qué esperar. Porque a Frigerio y a quienes lo acompañan sólo les escuchamos frases hechas guionadas por algún marketinero. Quieren ser gobierno pero no sabemos qué piensan hacer con el déficit de la Caja de Jubilaciones. O con los problemas de agua potable. O con la desigualdad en la distribución de subsidios al transporte que hace que tengamos servicios que son un desastre. O qué prioridad le darán a la obra pública”.

Urribarri también advierte: “Nadie les pregunta si van a reducir la edad jubilatoria y hasta, por qué no, privatizar el sistema. O que van a volver a la participación público-privada que paralizó la obra pública entre 2015 y 2019. O que van a eliminar los planes sociales y las pensiones por discapacidad. O despedir trabajadores del Estado que es lo primero que hicieron cuando fueron gobierno. O arancelar la Uader. Yo me imagino cualquier cosa. Como dice Cristina, más que escuchar o leer a los políticos, hay que mirar qué es lo que hicieron cuando estuvieron en el poder. Frigerio hizo todas estas cosas como uno de los principales ministros de Mauricio Macri. Y al menos yo, hasta ahora, no le escuché ninguna autocrítica que permita pensar que tienen otros planes para Entre Ríos. Por eso salen, como digo siempre, con espejitos de colores, frases lindas, buenos modales y una remerita medio gastada. Pero estoy seguro de que el pueblo entrerriano no se compra ninguno de estos buzones y a la hora de poner el voto en la urna va a saber qué hacer”.

La causa judicial a cuestas

Urribarri no solo pregona su inocencia, sino que señala lo amañado del trámite judicial y espera que pueda ser corregido en instancias superiores, mientras, camina la provincia de norte a sur y de este a oeste, habla con todos y se abraza con los más humildes, aquellos que no creen en otra cosa que lo que trasuntan los ojos de la persona que tienen enfrente, el abrazo sincero, la mano extendida y la amplia sonrisa.

También reconocen su hidalguía para enfrentarse con valentía a los poderes fácticos y reconocen que “el Pato” no los abandonó jamás. En cuanto a cuál es su situación judicial, se mostró ansioso por manifestarse ante los colegas de Diario El Sol: “Es tan violenta la campaña de desinformación y de calumnias que la gente ha visto en cierta prensa cualquier cosa y es bueno poder aclarar este tema. Hay un fallo que no está firme, que es injusto y arbitrario, dicho esto incluso por juristas de un prestigio enorme como Eugenio Zaffaroni. Con mis abogados estamos apelando y lo haremos hasta que quede claro que somos inocentes. Porque lo que hicimos en los 8 años de nuestro gobierno fue transformar la provincia, llenarla de obras, llenarla de trabajo, llenarla de derechos y ponerla en una consideración muy importante a nivel nacional. Yo, además, hice cosas que los verdaderos poderosos no me perdonan, como no le perdonan a Cristina y a tantos otros. Tuve la idea del Futbol para todos, ayudé a recuperar YPF, me enfrenté al campo. Todas cosas distintas, pero con grandes intereses detrás. Esos fueron mis delitos. Haber pisado esos callos. Y esas cosas no se perdonan. Se combaten con denuncias falsas, con acusaciones, con persecución. Para callarnos, escarmentarnos, sacarnos de la política. Pero en mi caso solo lograron lo contrario”.

Y detalló: “En concreto, se me juzgó por supuestas cosas mal hechas en carteles y avisos de publicidad y por haber instalado en Mar del Plata un parador para promocionar el turismo entrerriano. Dicen sin pruebas, ni testigos, ni nada más que prejuicios, que como yo quería ser presidente, estas cosas se hicieron por eso. Lo que están condenando son las aspiraciones políticas y esto le hace muy mal a la democracia. Porque esto le puede pasar a cualquier concejal que quiere ser intendente, intendente que quiere ser gobernador, gobernador que quiere ser presidente. O sea te diría que a cualquier político. Siempre que sea peronista, por supuesto. Por eso les pido una vez más a los y las dirigentes que hagan lo mismo que estoy haciendo. Salir a caminar y a escuchar. Y que salgan y le digan a la gente quién es Rogelio Frigerio y que reviertan el efecto contagio de esos brazos caídos y esa resignación en un contagio de dar pelea, de defender lo conseguido y de no dar ni un paso atrás”.

Entrerriano hasta la muerte

Allí aprovechó para insistir: “No podemos dejar la provincia de Entre Ríos en manos de gente que no tiene la menor idea de lo que se siente al mirar a los ojos a un padre de familia que acaba de perder todo por la inundación. O lo que es no poder pegar un ojo pensando en las madres con sus gurises durmiendo en un centro de evacuados. O lo que es salir como hicimos con Cristina a vender por el mundo como mercachifles los productos de nuestras economías regionales. No podemos dejar la provincia en manos de gente que no sienta en el cuero como sentimos nosotros el dolor o la necesidad de cada entrerriano o cada entrerriana”.

Urribarri ejercitó la memoria para reflejar lo que fue, lo que es: “Estuve en Arroyo Barú esta semana. Fui al hospital donde nací y a la escuela y a la estación de ferrocarril donde pasé mi infancia. Esas son mis raíces. Mi vida continuó en General Campos, donde fui intendente, y después en Concordia, adonde llegué muy joven con un bolsito a estudiar Ciencias Económicas y a vivir en una pensión en calle Sarmiento. Conozco cada rincón de Entre Ríos. Tengo la provincia entera en la cabeza. Y no sé al resto pero a mí me revuelve las tripas que cuando Sergio Massa dice: ‘tiene la palabra el diputado nacional por Entre Ríos’; empiece a hablar sin saber este señor porteño que no tiene la menor idea de las particularidades de Concordia o de Gualeguaychú, de la historia de lucha de Santa Elena o de la experiencia durísima que atravesó el pueblo de Federación, salvo por lo que haya leído en algún lado o por los versitos que les redactan sus asesores”.

Al esbozar un diagnóstico en términos electorales, reitero: “hay que salir a la calle. Caminar y abrazar a la gente. Escuchar sus reclamos, sus necesidades y aceptar sus enojos o sus desilusiones si nos equivocamos. Hay que ir barrio por barrio, pueblo por pueblo. Así logramos ganar las elecciones de 2011 con casi el 57% de los votos siendo que Jorge Busti fue por afuera y se llevó cerca de un 18%. Y ganamos en 2013 cuando se perdió provincia de Buenos Aires, Santa Fe y a nivel nacional. Y ganamos en 2015 cuando de nuevo se perdió en la Nación y en toda la Región Centro. Ganamos porque nunca le llevamos el apunte a los argumentos derrotistas que ponen de excusa el contexto adverso a nivel nacional y porque sabíamos que había que hacer todo lo que hicimos en la gestión, pero también había que cumplir el mandato militante que no está en ninguna ley ni en la Constitución y entregarle la banda y el bastón a otro compañero peronista. La clave siempre fue ese cara a cara, ese mano a mano, que son irreemplazables. No hay prensa, no hay redes, no hay marketing que surta ese efecto movilizador y esperanzador que hoy necesita el pueblo y la militancia. La política tiene que escuchar y atender los dramas cotidianos de la gente. Nuestros hombres y mujeres saben mejor que nadie cuando los escuchamos y cuando no. Si vos querés saber lo que siente un pueblo, andá a la periferia. Hay que salir a abrazar y a escuchar. Porque en esas voces está la clave de lo que tenemos que hacer. Y sin miedo, como dijo Cristina hace dos semanas: ya sabemos lo que le pasa a los argentinos y a las argentinas que deciden comprometerse con los intereses del pueblo y gobernar a favor del pueblo. Nos va muy mal después. Pero no nos importan las persecuciones. A Perón lo metieron preso, lo proscribieron, lo difamaron y murió presidente de la República Argentina. La historia es indetenible”.

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