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Una vergüenza: la CNRT debe intervenir ya a ETACER y Fluviales

La intervención conjunta entre las Defensorías del Pueblo de Paraná y Santa Fe no alcanza. Los esfuerzos loables de los defensores resultan estériles. Los funcionarios de esas áreas no solo utilizan la retórica. Reciben a usuarios, en especial a estudiantes y/o docentes, pero al mismo tiempo buscan accionar. Mientras ETACER y Fluviales siguen abusando de la paciencia de los pasajeros. La CNRT inerte.

 

Está MUY CLARO. Probado. Sin atenuantes. ETACER y Fluviales abusan de la tolerancia de sus clientes que necesitan inexorablemente utilizar el servicio de transporte interurbano entre Paraná y Santa Fe.

Las empresas continúan sin renovar adecuadamente la flota y para colmo sin un mantenimiento ideal. Así se observa a diario como unidades se quedan a mitad de camino, pero a la vez lucen una imagen deplorable en ciertos casos.

Paradójicamente, de repente, ante determinados eventos en especial deportivos, se observa micros espectaculares que NO recorren la ruta que une ambas costas cotidianamente, trasladando delegaciones pese a que supuestamente están habilitadas para que el usuario común pueda disfrutarlas periódicamente.

 

La mayoría de los colectivos lucen sucios, con mal olor, y sus motores no solo largan humo de forma particular, sino que hacen ruidos guturales, ídem los frenos o la misma estructura de carrocería.

Ni hablar de los horarios, de las frecuencias, y de la incomodidad de estar no menos de media hora esperando la llegada de un colectivo para que se abalancen sobre el mismo, centenares de viajantes que estuvieron aguardando en incómodas y hasta peligrosas hileras, algunas de ellas con una extensión mayor a las dos cuadras.

 

El abuso de ETACER y Fluviales tiene por responsable central a la CNRT y por qué no, al Ministerio de Transporte de la Nación, como a las áreas respectivas provinciales y comunales.

Toda la clase política de ambas costas y Nación deberían atacar de raíz, YA, esta coyuntura que algún día derivará en tragedia.

Los reclamos son incesantes y de variado tono. Estudiantes, docentes, comerciantes, empleados, trabajadores independientes, y por qué no, turistas, han elevado sus voces airadas, quejosas.

Elementalmente, la Comisión Nacional de Regulación de Transporte debería ser el primer ente a intervenir con drasticidad.

Y no es la primera vez que lo decimos: podrán quejarse del costo del boleto, pero seguimos enfatizando… Bajo nuestra óptica, ETACER y Fluviales, comparando con otros cruces interprovinciales, tienen tarifas extremadamente bajas.

 

Pero entonces, si la necesidad es subirlas, que ofrezcan un servicio de excelencia. La tarifa actual, para el servicio que se brinda, es un absurdo.

ETACER y Fluviales violan los derechos de los usuarios. Así de concluyente. Y no está lejano el día en que, por el mero hecho de una DESORGANIZACIÓN rancia, una IMPROVISACIÓN añeja, un DESORDEN condenable, la espera derive en una batahola sin límites con efectos inimaginables aunque seguramente tétricos.