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Una Liga con condimentos… y con incertidumbres

O ésta Liga termina siendo fantástica o puede terminar con un caos. Si algo resulta innegable es que el basquetbol argentino es de lo mejor que hay en el mundo y su Liga ocupa un puesto preferencial entre las máximas potencias. Sin embargo, hay un “debe” peligroso: cómo actúa la dirigencia con la “billetera”, cómo obra con sus promesas y/o compromisos.

Se puede hablar de estadios incómodos, en algunos casos inseguros; de viajes realizados no con el confort indispensable -tanto en lo vinculado al transporte como a los tiempos con que se llega previo a una contienda o a los alojamientos que algunos terminan utilizando para ahorrar-, sin sumar médico o kinesiólogo; de la alta temperatura que se padece en verano en gimnasios-hogueras; de cierto brote de violencia o mínimamente de desubicados e inadaptados los cuales se notan más en tribunas o plateas y no se conforman con agredir verbalmente sino que actúan con una virulencia impune hasta en contra de periodistas; pero lo peor es cómo se dispararon los presupuestos amparándose en ese absurdo Libre Deuda con el cual los jugadores de mayor jerarquía (y sus Agentes) piden lo que se les antoja y ciertos dirigentes dan el “okey”, desequilibrando el mercado de modo ostensible para luego la gran mayoría deber -promedio- entre dos y tres meses, y algunos concluir la temporada hasta 5 meses abajo. Total, ambas partes se amparan en esa herramienta que en especial basquetbolistas y técnicos utilizaron como “Plazos Fijos”.

Y mucho, muchísimo que ver tuvo la influencia de la política, de los sindicatos en las finanzas de los equipos.
La intervención de gobernaciones o comunas, y hasta de sindicatos o gremios, modificó el mapa y de pronto aparecieron “clubes” híper poderosos que hicieron lo que quisieron con las contrataciones.
Entonces… ¿cómo lograr cierto equilibrio en la cotización de los jugadores?, ¿cómo concretar un acuerdo entre los dirigentes nucleados ante la AdeC si lo que se habla en una charla de consenso termina descartándose por conveniencias absolutamente independientes?.

Los aportes gubernamentales son bienvenidos. Eso está claro. De hecho que se reconoce y valora el enorme sacrificio del estado entrerriano por tributar una ayuda a Sionista y a Central, como en sí a todo el deporte federado. Pero que los presupuestos de otros equipos dependan en más de un 60 % del aporte de provincias o municipios, de sindicatos o gremios, es contraproducente. Es lisa y llanamente caminar sobre una cornisa.

Y si bien vale la pena reconocer que semejantes contratos no aseguran títulos, no puede obviarse el como convulsionan las cifras del resto y eso provoca desigualdades de toda índole aunque lo peor, reiteramos, es que luego esa misma Liga pierde seriedad ante sponsors potenciales que siguen viendo al básquet como poco redituable por sus vaivenes marcados en la competencia interna, justamente por sus dimes y diretes…
Sin ir más lejos, con tantos campeones que luego desaparecieron…O con equipos que a horas de arrancar el año de juego confiesan que sus presupuestos no cierran.

La selección es un caso especial. Es una buena vidriera y ahí sí aparecen grandes empresas atrás queriendo auspiciarla por todos los éxitos que ha conquistado en el Siglo XXI. Como aparecen los principales medios porteños de tirada nacional que a lo largo del año le dan segundos y centímetros magros a lo de “cabotaje” pero cuando hay chances de subir a aviones y disfrutar de hoteles 5 estrellas ahí se acuerdan del baloncesto a pleno.

Por eso, ésta Liga tan querida y querible, sigue sin tentar como otros deportes donde sí se ve a esos sponsors que todos anhelamos ver en las canchas, o hasta en los mismos medios impulsando a la actividad que amamos.

Hay excepciones, obvio, ejemplo lo de Sionista, que como quiera verse o interpretarse, desde su llegada al TNA y luego a la A solo dio que hablar y EXCELENTE por cierto.

Y por lo expuesto nos resulta inevitable el temer qué pueda ocurrir con esos gobiernos apremiados por las necesidades socioeconómicas de su Pueblo.
Experiencias sobran para narrar de aquellos que se apoyaron en la clase política para nacer y/o para sobrevivir y luego desaparecieron dejando un tendal de deudas y obviamente una pésima imagen en definitiva para la Liga.

Pero todo sigue igual… se sigue tirando manteca al techo, y eso que nadie más habló sobre el tema Derechos de la TV luego de la bomba estallada con el cambio de pantalla del fútbol.
Alguien por allí expresó: “El oro hace soberbios, y la soberbia, necios”…Nos da la impresión que hay una necedad muy grande. Y Antes de Cristo Marco Tulio Cicerón supo decir que “La necedad es la madre de todos los males”…

El tema es que todos lo vemos, todos hablamos, pero no se hace nada… No se hizo nada… Y así hay equipos que llegaron a comprometer pagar hasta 70 lucas por mes de sueldos a nacionales o 13.000 verdes a forasteros. Así, destrozaron el mercado y sin embargo… todo bien…Mucha plata para unos pocos, enormes negocios para una secta, y el resto hace acrobacias para no caer.

Por lo expuesto, hacer predicciones sólo se puede efectivizar pensando en las composiciones singulares. En los hombres y/o nombres que tiene cada plantel pues toda tendencia puede echarse por tierra con lesiones o, como ya aventuramos, cuando se empiece a “bicicletear” los salarios y se busque reducir costos “operativos”.

Dejando de lado las eventualidades está claro que Quimsa y Peñarol marcan la diferencia a priori. Atenas y Libertad (más allá que los “Tigres” arrancaron flojito) siguen ahí entre los codiciosos.
Regatas, La Unión y Olímpico son otros que lucen en sus adquisiciones enorme ambición. Obras no se queda muy atrás.

Hasta ahí los que desenfundaron billeteras por ahora poderosas. Unos con buenos resultados iniciales. Otros con alerta o alarmas en cuanto a las performances cristalizadas.

Sionista y Gimnasia de Comodoro demostraron en la Copa Argentina estar listos para pelear el meterse en el lote de 8° para arriba sin pagar fortunas.
El caso de Comodoro es elogiable en lo que atañe a ir puliendo sus números otrora muy deficitarios y con plantillas para nada onerosas plasmar una Liga 2008/09 que los dejó a un paso de semifinales y llegar a discutir la corona en la reciente Copa Argentina.

Lo del Centro debería ser digno de emular. En todo sentido. De hecho que hoy por hoy todos los jugadores anhelan ponerse la “Celeste”. Y ahí está, listo para consolidarse.

Luego, en una línea más austera, pese a que hay algunas figuras rutilantes, aparecen después Lanús, Boca (Gabo Mikulas, Nelson Ingles, Cedric Moodie, Derrick Alston), Quilmes (Brice Assie y Carl Edwards), Unión (Pablo Gil, Williams Mc Farland, Walter Storani).
Y quienes, a priori, aparecen como los que deberán esforzarse con doble cuota de sacrificio, Estudiantes y Central.

Las presunciones indican que puede ser una Liga más fuerte que la 2008/09. Más competitiva, de mayor nivel, pero consideramos firmemente que todo dependerá de la situación “País”.
La crisis económica y social es indisimulable en algunos sectores y otros, poco a poco, se van contagiando.
La pericia, la inteligencia, la actitud y aptitud de los dirigentes pueden marcar el orden imprescindible, la armonía, el balance indispensable para que el básquet no genere nada malo que hablar.