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Un grito de corazón: ¡Racing campeón!

Racing jugó en Asunción como un equipo que merecía ser campeón. Con garra, fervor, ímpetu de campeón. Con energía, mentalidad, actitud de campeón. Jugó estratégicamente y psicofísicamente un primer tiempo excepcional donde irradió una supremacía indiscutible. Sufrió en el segundo período pero consumó una epopeya internacional histórica, derrotando por 3 a 1 a Cruzeiro en La Nueva Olla de Paraguay.

Los jugadores dejaron la vida en la cancha, arengados por el técnico-hincha, Gustavo Costas, un entrenador que no tiene sangre roja, sino albiceleste. Que vive por y para la Academia. Que corrió a la par de sus dirigidos. Que los arengó durante los casi 100 minutos que duró la final en la tórrida Asunción.

Racing jugó como campeón desde el primer minuto. Y levantó su primer trofeo internacional en 36 años: ahora la Copa Sudamericana le pertenece, luego de un merecido 3-1 a Cruzeiro en el estadio de Cerro Porteño.

La Academia fue local en la Nueva Olla y cuando el equipo más lo necesitó, los hinchas rugieron en la Nueva Olla, en el Fan Fest asunceño y en el abarrotado Cilindro de Avellaneda y en cada rincón del país y del mundo.

Racing es el nuevo campeón de la Copa Sudamericana. Con un emblema como Gustavo Adolfo Costas como entrenador -fue mascota, jugador de inferiores, de primera, capitán y luego DT-, La Academia volvió a levantar un trofeo internacional tras aquella Supercopa de 1988 y el inolvidable gol de Omar Catalán. También, contra Cruzeiro. La espera terminó.

Racing merecía con creces esta Copa. El elenco de Avellaneda sumó 33 goles en toda la Sudamericana, fue el equipo más contundente del torneo y tuvo en Adrián “Maravilla” Martínez al goleador del certamen: gritó 10 veces en la competencia. El gol en la final ante Cruzeiro le permitió quedar con una conquista más que el brasileño Yuri Alberto (Corinthians).

Arranque demoledor

Recién iban 3 minutos… Un pelotazo largo encontró mal parada a la defensa brasileña. Primero Salas habilitó a Maravilla Martínez. El 9 asistió a Martirena y el uruguayo definió de derecha al primer palo de Cassio, que no pudo hacer nada. ¡Ganaba la Academia en Paraguay! La jugada fue chequeada por el VAR, a cargo de Leodán González, también uruguayo como el árbitro principal Ostojich. Luego de un par de minutos, Ostojich hace la señal del monitor: el gol es anulado de modo inconcebible, pero sobre todo, INEXPLICABLE porque no mostraban la jugada y las mediciones del presunto offside.

Mientras en el banco de la Academia protestaban airadamente por el gol anulado por el VAR -y del que no hubo repetición- el equipo de Avellaneda se plantaba en campo de Cruzeiro y busca la ventaja, transitando los 10 primeros minutos.

Primer cuarto de hora y llega la revancha de Martirena. El lateral volante de Racing intentó un centro, pero le salió remate al arco, y la pelota se coló por el segundo palo de Cassio, que fue cómplice del gol. La Academia festejaba una ventaja que merecía. En el banco se abrazaban Gustavo Costas y sus ayudantes. “¡Uruguayo, uruguayo!”, gritaban los hinchas del equipo argentino en la capital paraguaya.

En apenas 20 minutos, la diferencia se estiró a 2-0. La receta fue simple: pase de Santiago Sosa en profundidad para un extraordinario Maximiliano Salas, centro al corazón del área y definición de Maravilla Martínez. La defensa de Cruzeiro, pasiva, miró cómo la Academia se adueñaba de la final en forma contundente.

Paradójicamente… la transmisión oficial se tomó ese lapso para mostrar las imágenes de la conquista de Gastón Martirena, anulada polémicamente por el VAR por DUDOSA posición adelantada de Maximiliano Salas.

Pisando la media hora, el equipo brasileño tuvo su primera jugada peligrosa: Kaio Jorge apareció sin marca por el segundo palo y definió mal. Segundos después, Diniz movió el banco: sacó a Walace (se fue directo al vestuario) y puso a Lucas Silva.

En el epílogo, sobre los 41 minutos fue amonestado Romero. El ex jugador de Vélez e Independiente tumba a Santiago Sosa y el árbitro Ostojich le mostró la tarjeta amarilla al capitán del Cruzeiro, siendo el primer amonestado de la final.

Se cerraba el primer capítulo y Arias salvó a Racing. Lucas Villalba tenía el gol tras un córner, pero su remate de zurda salió mordido y al cuerpo de Gabriel Arias, que alcanzaba a contener sin dar rebote.

A los 47′ Cruzeiro sufrió otra amonestación: Lucas Silva. El futbolista que ingresó en lugar de Walace le cometió una fuerte infracción a Gabriel Arias y recibió la segunda tarjeta amarilla del partido.

El reloj decía que habían pasado 51 minutos y el juez uruguayo puso el telón. Racing redondeaba una gran primera etapa. Se fue a los vestuarios con una ventaja de dos goles, que pudieron ser tres si el VAR no le anulaba, con cierto tufillo a injusticia, el primer tanto convertido por Martirena.

La Academia era superior a su rival en todos los sectores del campo: ganaba los duelos, era peligroso cada vez que cruzaba la mitad de la mitad de la cancha y celebraba con la contundencia de sus delanteros: Salas-Martínez.

El equipo dirigido por Gustavo Costas mostraba más deseo de ganar que su rival, Cruzeiro, demasiado atado y sin energía.

El entrenador argentino vivía el partido como si jugara: no paraba de dar indicaciones, protestaba fallos arbitrales y arengaba a sus jugadores. Los futbolistas, contagiados, peleaban cada pelota como si fuera la primera. Los hinchas, por su parte, jugaban su partido, en Asunción, en el Cilindro, en todos los rincones del país y del mundo. Y empujaban al equipo cada vez que lo necesitaba.

Racing jugó muy bien y el colombiano Juanfer Quintero casi ni tocó la pelota. Paradojas de una loca final.

Cruzeiro sale resuelto a empardar

Con los mismos 22 protagonistas, Racing y Cruzeiro arrancaron la segunda parte de la final de la Copa Sudamericana en Asunción. El entrenador de la Academia vivía el partido como un jugador más. “¡Vamos!”, les gritaba a sus jugadores. Agitaba las manos. Racing seguía ganando por 2-0 en Asunción a un Cruzeiro que desde el vestuario salió decidido a torcer el rumbo.

Y a los 6′ llegó el descuento. Arias alcanzó a taparle un cabezazo a Kaio Jorge, pero el delantero lo venció de rebote. Ocurrió después de la mejor jugada colectiva de Cruzeiro en todo el partido, y sin que la defensa de Racing pueda hacer nada.

El cronómetro marcaba 10 minutos y Racing lucía incómodo y hasta desgastado por el esfuerzo colosal del primer tiempo, presionando durante los 51 minutos.

Las cosas se complicaban para el equipo argentino. El defensor central de la Academia tumbó a Kaio Jorge y a los 13 recibió la tarjeta amarilla por parte del árbitro Ostojich, siendo el primer amonestado en Racing.

Racing y Cruzeiro se prestaban la pelota y llegaban hasta tres cuartos de cancha sin problema. El desafío era definir bien, pero ni uno ni otro lo conseguían y por eso el partido se mantuvo 2-1 cumplidos 23 minutos del segundo capítulo.

El colombiano Roger Martínez reemplazó a un destrozado Adrián “Maravilla” Martínez que fue retirado en camilla por su agotamiento extremo en la Academia mientras era ovacionado por los hinchas argentinos.

Tras una pausa para hidratación en una tarde paraguaya infernal por el calor imperante, los argentinos Lautaro Díaz y Álvaro Barreal reemplazaron a Gabriel Verón y Lucas Romero en Cruzeiro.

Casi simultáneamente, Matheus Pereira y Di Césare vieron la tarjeta amarilla, como desde los bancos llegaron más cambios: Santiago Solari reemplazó a Juan Fernando Quintero, y Kenji ingresó en lugar de Marlon.

La cuestión era a matar o morir… Con 2 minutos de extra, en un contragolpe, Salas define cruzado y desperdicia una chance inmejorable.

Pero antes del silbato de clausura, Roger Martínez anota el 3-1 en un contragolpe y define la final. Racing campeón!!!

Motivación, poder ofensivo y concentración. Con esas tres premisas esenciales y un hambre de gloria encomiable, el equipo de Gustavo Costas es el nuevo Rey de América.

La síntesis

Copa CONMEBOL Sudamericana 2024 – Final

Estadio: General Pablo Rojas, Asunción, Paraguay.

Árbitro: Esteban Ostojich (Uruguay).

VAR: Leodan González (Uruguay).

Racing Club de Avellaneda (3): Gabriel Arias; Gastón Martirena, Marco Di Cesare, Agustín García Basso, Gabriel Rojas; Juan Nardoni, Santiago Sosa, Agustín Almendra; Juan Fernando Quintero, Maximiliano Salas y Adrián Martínez. DT: Gustavo Costas.

Cruzeiro de Brasil (1): Cassio; William, Joao Marcelo, Lucas Villalba, Marlon; Lucas Romero, Walace, Gabriel Verón, Matheus Pereira, Matheus Henrique; Kaio Jorge. DT: Fernando Diniz.

Goles en el primer tiempo: 15m. Gastón Martirena (R); 20m. Adrián Martínez (R)

Goles en el segundo tiempo: 7m. Kaio Jorge (C); 50m. Roger Martínez (R)

Cambio en el primer tiempo: 29m. Lucas Silva por Wallace (C)

Cambios en el segundo tiempo: 10m. Bruno Zuculini por Agustín Almendra (R); 30m. Roger Martínez por Adrían Martínez (R); 32m. Lautaro Díaz por Lucas Romero (C) y Álvaro Barreal por Gabriel Verón (C); 37m. Kenji por Marlon (C); 41m. Santiago Solari por Juan Fernando Quintero (R)

 

 

 

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