Maran Suites & Towers

Un coloquio inolvidable con Falucho Laciar

Difícil olvidar aquel hito del deporte argentino. Corrían los últimos días de marzo del ’81. Un humilde y diminuto púgil nacido en Hunca Renancó llegaba a Johannesburgo con esa sencillez, simpleza que pocos grandes del box mundial lucieron a lo largo y ancho del planeta. Un pibe de 22 años, lleno de sueños, desafiaba al campeón Peter Mathebula y lo vapuleaba en 7 asaltos debiendo detener la pelea el juez por la paliza que sufría el de Soweto. Pasaron casi tres décadas, éste magnífico campeón hoy almorzaba en el restó Armonía del Marán Suites & Towers. Nos acercamos con mezcla de timidez y admiración. Lo saludamos y se generó un feed back, un ida y vuelta riquísimo que solo LT 14 Digital logró tener en su visita a Paraná para comentar por TyC Sports la pelea de “Cloroformo” y Sanders. Una entrevista imperdible.

LACIAR SOWETO

“No sabés lo que fue esa pelea… Mathebula defendía la corona de los moscas de la AMB. El ring se montó sobre una cancha de fútbol de Soweto un ghetto negro ubicado en las afueras de Johannesburgo, en las fronteras del apartheid, con toques de queda a las 5 de la tarde para que los negros se fueran de la ciudad y volvieran a su refugio con estrictas y duras penas para aquellos que las transgredieran. Yo estaba lleno de dudas por la situación que nos tocaba vivir. Es que no sabíamos cómo íbamos a salir de ahí si ganábamos. Ahí asesinaban a unas 70 personas por fin de semana. Era un infierno… pero no había otra si no peleaba también nos mataban. Me dí cuenta que no había otra chance que molerlo a trompadas si es que quería ganarme el respeto. Le pegué por todos lados y lo tiré varias veces hasta que el árbitro determinó el nocaut técnico en el 7º round. Al final, fueron todos muy respetuosos y muchos terminaron cantando Argentina-Argentina. El regreso a Johannesburgo fue en un viejo colectivo escolar con una fuerte protección policial pero no pasó nada. Hoy, te lo confieso… Si volviese a nacer no peleo ahí ni por toda la bolsa que me ofrecieran”, admite tímidamente mientras degusta un par de exquisitas empanadas de pescado.

Este ex monarca mundial súper mosca y bicampeón mosca AMB tras librar tremendas batallas ante los mejores de su tiempo, sigue siendo un ejemplo de humildad y su última frase nos dio pie para consultarle, teniendo tres hijos y un extenso matrimonio, con todo lo vivido, lo ganado y lo sufrido, si volviese a nacer… ¿se calzaría los guantes de nuevo?… El pequeño de talla pero gigante de corazón y coherencia también reveló: “Éramos diez hermanos muy humildes, pero mi padre nunca nos hizo faltar el plato de comida. Ese fue el respaldo para dedicarme a este deporte. Es que en el boxeo, cuando no te alimentás bien en la infancia, después sufrís las consecuencias. Esa fue la clave por la cual en más de doscientas peleas que hice como amateur y profesional, jamás perdí por nocaut ni me llevaron por delante en ningún lugar del mundo, aún en peleas por título mundial a quince rounds como eran antes. Fuí campeón argentino, sudamericano y tricampeón mundial. Conozco todo el país de este a oeste, de norte a sur, dí la vuelta al mundo, conocí otras culturas. Logré consolidarme económicamente invirtiendo correctamente cada centavo de lo que gané y así no hice pasar necesidades ni sacrificios a mi Familia. Hoy tengo dos gimnasios en Córdoba, soy representante de MAPFRE en Carlos Paz, y me doy el lujo de comentar en TyC Sports. Le agradezco de por vida  al boxeo porque le di todo y me dio todo. Si naciera de nuevo volvería a ser boxeador”. Lo dice con orgullo pero tono modesto y con ojos húmeros. Sinceramente.DSC03262

Hoy verá en acción a Ulises ‘Cloroformo’ López en vivo y en directo pero ya lo vio por tele y cuenta que “es un peleador nato. Va al frente. Si no lo traiciona el instinto y se trabaja en regular su apetito de pegar tiene por delante una carrera interesante. Esta en el momento justo para dar el salto a nivel internacional”. Con sumo respeto le pedimos que a través de éste sitio le otorgue un mensaje, un consejo, a nuestro representante y sin vueltas le recomendó: “para llegar hay que ganarles a todos. Hay que tener la humildad suficiente para reconocer que uno aprende más de las caídas que de los triunfos. Cuando ganás, el análisis lo hacés hasta ahí, todos te palmean la espalda y festejan con vos. Ahora, cuando perdés, podés sacar mejores conclusiones sobre tus fallas y tratar de mejorar para la próxima pelea. Así me manejé siempre y esa fue una de las claves para que consiguiera los objetivos que me impuse. Por eso le diría a Ulises que cuando le toque perder no baje los brazos. No decaiga sino que formule su más profunda autocrítica para rever qué se hizo mal o cómo poder ganarle a ese adversario que fue superior quizás por sus propias condiciones. Fueron 14 años de campaña como profesional pero no olvido todos los años de amateur en los que siempre me entrené para superar a muchos grandes boxeadores que tenían la misma valentía y el valor que yo. Ojo que yo no soy quién para dar consejos porque cada persona es diferente. Pero lo único que puedo decir es que a mí me resultó bien manejarme de esta manera. Este es un deporte duro, en el cual se puede triunfar solamente con responsabilidad y trabajo. Sin ello, no se consigue nada, mas allá de las condiciones naturales que se tengan. Sin trabajo no se logra nada, ya que tenés que estar bien preparado para cada combate. Si perdés o ganás, no solamente lo hacés por puntos, sino que lo hacés por golpes acumulados que más tarde pueden llegar a dañar la salud. Entonces, se requiere de mucho trabajo en el gimnasio, no solamente en la parte física, sino en lo táctico y en lo técnico, que consiste en pegar y que no te peguen. Todo esto, repito, se logra con sacrificio. Sin él, los triunfos que se puedan llegar a lograr seguramente serán pasajeros”.

Imposible preguntarle si le quedó alguna deuda deportiva de su carrera y asintió: “lo pendiente fue y será no retirarme campeón del mundo supermosca y dejar el título vacante junto con el mosca. Preferí dejarlo a los 30 años y evitar que el boxeo me dejara a mí”.

Faltan unas horas para el combate entre Ulises López y el bonaerense Sergio Sanders en el que Laciar tomará el micrófono de TyC Sports para actuar como comentarista. Sobre éste nuevo ‘desafío’ cuenta: “me gusta, aunque a veces es difícil transmitir todo lo que puedo ver por haber estado sobre un ring. Lo más lindo es esto. Encontrarme con alguien como vos que me recuerda y valora lo que hice por el boxeo argentino. Ni hablar del cariño con que me reciben en cada estadio. Es sensacional”.

Sobre qué es lo que más y que es lo que menos se extraña después del retiro, sin vueltas enfatiza: “La nostalgia viene especialmente por la previa a las peleas y el después de los triunfos. El entrenamiento era durísimo y lo peor era no poder disfrutar de comer como lo hago ahora (carcajadas)”.

Falucho no tuvo problemas para comparar el antes y el hoy del box argentino. Sobre ello reflexionó: “duele decirlo, pero el boxeo argentino viene en descenso. En sí el boxeo mundial lo siente. Sucede que la mayoría de las peleas tienen ganadores cantados. Hay muchas diferencias entre los boxeadores, el que aspira generalmente está por debajo del campeón y va por la hazaña. Antes, para pelear por un título había que hacer un curso. Tenías que hacer 60 peleas. Estaban los diez mejores y otros diez grandes esperando. Era muy parejo. En Buenos Aires había 20 plazas de boxeo. En Córdoba había peleas en todas las ciudades. Ahora hay una reunión por mes. Si no está la FAB, no hay boxeo por TV, y así se hace difícil. El cierre del Luna Park fue decisivo. Y creo que Tito Lectoure lo cerró porque al no tener alguien que metiera cuatro o cinco mil personas cada sábado. Pero además no hay maestros como Paco Bermúdez, Diego Corrientes, salvo Amílcar Brusa, que sin dudas ha sido un grande de todos los tiempos pero está más pendiente de lo que puede proyectar hacia el exterior. Campeones seguirán apareciendo pero me molesta mucho cuánta diferencia hay entre aspirantes y campeones. Parece acordado y eso la gente lo ve y cada vez más se acentúa la indiferencia. Y cuando sale algo bueno siempre depende de lo que de alguna manera organice la FAB a través de promotores de su riñón como Margossian o Rivero”.

Para ‘Falucho’ Narváez es el mejor boxeador del presente “tanto Omar Narváez -un boxeador con todas las letras, un hombre serio a la hora de trabajar y de pelear-,

como Maidana son nuestros máximos representantes. Ellos, la Tigresa Acuña siguen hablando que a nivel mundial el box argentino está vivo y que se sigue trabajando por sacar nuevos campeones. El boxeo de hoy es distinto. Tampoco tiene las figuras convocantes de otras décadas. En el boxeo actual prima lo económico, donde los intereses personales están sobre lo deportivo. Aparte, la promoción y la publicidad es fundamental y eso en el boxeo no está aconteciendo. Antes esta disciplina era número dos o tres en cuanto a preferencias en el país, hoy creo que eso no es así. Lamentablemente algo ha cambiado. Pero es lo que hay y los que amamos este deporte lo seguiremos defendiendo a muerte”.

Santos Benigno Laciar fue un deportista de elite, tres veces campeón del mundo, conoció la fama y acumuló dinero, no obstante aún brilla por su llaneza, por su candidez. Tuvimos el honor de charlar un largo rato en el Maran Suites & Towers. En realidad teníamos ganas de charlar más, pero aún había mucha tela deportiva por cortar para nuestro sitio web, como Falucho andaba con ganas de pegarse una siesta. Nos despedimos con un abrazo y él, este coloso, nos despidió con un ¿te veo en la pelea y seguimos?… Inolvidable.