Ultrajar frentes ajenos no es de buen militante
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Tiempo atrás, fuimos durísimos en nuestra visión crítica, ante los gravísimos episodios de violencia verbal, gestual y actitudinal, por parte de grupos que pintaron frentes de viviendas y hasta autos de autoridades de la UADER como vecinos de los mismos y hace pocos días, nada menos que el Edificio Histórico de la Escuela Normal. Hoy, consideramos execrable que manos anónimas hayan violentado paredes de la Escuela Belgrano.
Amén de la causa con la cual podemos compartir en parte sentimientos diversos, más allá de transitar la misma vereda en lo inherente a reprobar algunas cuestiones relativas al criterio periodístico-editorial del Grupo Clarín, entendemos como un AGRAVIO, un DENUESTO, una PROVOCACIÓN infecunda ya no a los poderosos empresarios porteños y sus operadores, sino a la Comunidad TODA de tan añeja institución de Educación Pública paranaense.
De más está decir que la Escuela N° 5 es uno de los Establecimientos más antiguos de la Provincia, y el edificio es mantenido no solo por el Gobierno sino por una abnegada Cooperadora, por lo cual los DESEQUILIBRADOS que estamparon esas pintadas con un ODIO DEMENCIAL, CONDENABLE, perjudicaron al erario entrerriano, o sea a las arcas de un Estado afín a la gestión tan afrentada, mancillada, por el Grupo despreciado, y a docentes como a alumnos y padres, en una fuerte proporción provenientes de hogares humildes de la ciudad.
Una SEVERISIMA contradicción de éstos desavenidos a los cuales ALGUIEN debería supervisar, pues más que militantes idealistas, parecen anarquistas que la sociedad TODA debería repudiar, no solo éste humildísimo, modesto servidor que intenta transmitir sus sensaciones a los fieles lectores en pos que surja una imperiosa toma de conciencia de esos pibes (o no tanto…) que tanto pregonan estar a disposición de la presidenta “para la liberación”. Empecemos por cuidar el patrimonio del Estado, en especial, los monumentos históricos y/o los frentes de las Escuelas. ¿Queda claro?