Tutú le puso el broche de oro a las vacaciones de los gurises
|La banda de rock para chicos demostró que lo suyo también incluye al público adulto, haciendo un guiño a padres, tíos y abuelos con una propuesta que invitó a escuchar buenas canciones, bailar, jugar y sobre todo mover el cuerpo al ritmo de la buena onda. Con el recital de Tutú se cerraron las actividades programadas por el Ministerio de Cultura y Comunicación de la provincia para este verano. El público, que accedió con entrada libre y gratuita, colmó la sala de La Vieja Usina de Paraná.
Cerca de las siete de la tarde del sábado, gurises de todas las edades acompañados por sus familiares comenzaron a llegar a la Sala Alternativa de La Vieja Usina, hasta colmarla. Los chicos impacientes porque el recital de la banda comenzara correteaban por todos lados, intrigados por ver cómo sería el espectáculo del cual tanto les habían hablado.
A los pocos minutos, y a sala llena, los cuatro integrantes de Tutú se hicieron presentes en el escenario, despejando todo interrogante. Llegaron con mucha alegría y buena onda, con ritmo y con la invitación a bailar, cantar y jugar.
Las primeras hileras de butacas de la sala habían sido corridas para que el espacio libre hiciera las veces de pista de baile y juegos. Durante más de una hora, Rafa Andrada, Alejo Distéfano, Luis Nesvara y Federico Luca, hicieron las delicias del público. Mostraron su capacidad musical, su histrionismo y simpatía en pos de un espectáculo distinto, fresco, que llevó a los chicos a cantar y a bailar de la mano de sus padres y abuelos, canciones que hablaban de cuentos, palabras mágicas contra el miedo a dormir solo, y de cómo sortear los temores propios de los más pequeños, los que especialmente recién empiezan a transitar la aventura de las pequeñas cosas sorprendentes de la vida cotidiana.
No bien hicieron su presentación musical, Rafa aclaró la primera y principal regla de juego: mover el cuerpo. Hacer palmas, mover la cola, saltar, consigna que tuvo inmediata respuesta entre todos los chicos que se ubicaron adelante en el espacio vacío, propicio para ver más de cerca a los simpáticos músicos que con su trato distendido, con sus consignas sencillas, entusiasmaron a todos para cantar y tararear canciones rockeras sobre el arte de pedalear una bici o un triciclo, usar “la pelela”, controlar a una chiva traviesa, el cuento de un pirata, entre otras estampas risueñas que despertó más de una sonrisa en los más grandes que recordaron cómo eran los juegos de sus propios tiempos de infancia.
Con la presentación de Tutú, el Ministerio de Cultura y Comunicación le dio el cierre a su agenda de actividades programadas para las vacaciones, en el marco de su política de inclusión y acceso a los bienes culturales en forma libre y gratuita. “Estamos muy contentos de que el gobierno de Entre Ríos nos convoque y de esta manera el público acceda gratuitamente a nuestro espectáculo. Estamos encantados de que así sea porque es también una forma de multiplicar nuestro arte, que nuestro arte, que nuestra propuesta llegue a todos los niveles de la población”, explicó Rafa Andrada.
“Nuestro recital es para toda la familia, los juegos no tienen edad y la idea es que participe tanto el chico como los papás, es más pretendemos que el papá vea cómo se jugaba cuando él era chico. Que ellos alguna vez también jugaron”, agregó Alejo Distéfano.
El proyecto de estos muy buenos músicos, reconocidos a nivel nacional tiene una faceta didáctica, no es casual, ellos son docentes y saben muy bien qué cosas gustan, inquietan e identifica a los chicos. “Nosotros trabamos habitualmente con chicos en las escuelas, tenemos en cuenta por nuestra formación docente, a la Pedagogía, y la forma de abordar nuestras canciones, lo cual para nosotros es muy importante el peso que tiene a la hora de bajar estos juegos y bajar estas canciones a los chicos, porque estos a su vez surgen de los propios chicos, surge del ida y vuelta con ellos cotidianamente”, comentó por su parte Luis Nesvara.
“Somos grandes amigos, se ha generado una química impresionante entre los cuatro, tenemos muchísimo en común, y eso ayuda a que todo eso se vea y se transmita en el escenario. Se genera algo especial entre los cuatro y lo compartimos con nuestro público en cada rincón del país que visitamos, y esta vez tenemos el gusto de hacerlo en Paraná”, expresó Federico Duca.
Algunos testimonios
Timoteo (9 años) “Me gusta la banda y los bailes que propusieron, vine con mi hermana y nos trajeron nuestros abuelos”.Anabella (11 años) “Me gustaron las letras de las canciones y de que pude convencer a mi mamá a bailar conmigo adelante con los demás”.
Juliana (10 años) “Me divertí mucho, me gustó que el cantante se bajara del escenario a bailar con nosotros, qué buena onda tenían”. Beba: “La pasé fantástico, lindísimo, traje mis nietas y bailé yo tanto o más que ellas, la propuesta me encantó, son alternativas diferentes para los chicos”. Alberto (27 años): “Vinimos con una amiga y su pequeña hija, qué buena propuesta de esta banda, hay pocos espectáculos así me parece, y que la entrada sea gratis”.
El grupo
El grupo, integrado por docentes, ha realizado presentaciones a lo largo del país y la vecina República Oriental del Uruguay, ganando importantes premios por sus presentaciones y proyectos musicales. Se trata de una banda de rock para niños y toda la familia, que busca rescatar lo lúdico del ser humano sea cual fuere su edad a través de canciones que incluyen participación del público en bailes y juegos.
El nombre de la banda proviene de un mito brasilero, Tutú Marambá, un personaje rodeado de atracción y misterio vinculado al mundo de la infancia. Se lo asocia con el miedo, algo así como el Cuco en la cultura popular rioplatense. Los docentes eligieron ese nombre como símbolo de los miedos que invitan a superar a través de la acción colectiva del canto y el juego grupal.
Tutú nació a mediados de 1999, cuando un grupo de músicos y recreadores dedicados a la docencia se reunieron para intercambiar experiencias en la articulación de la música con el movimiento corporal. Inmediatamente surgió la necesidad de profundizar en este campo y el trabajo se convirtió en un proceso creativo donde fueron tomando forma una serie de canciones, a veces partiendo de un juego, otras desde la música.