Torneo Unidad: así llegó al Bi el “Mondonguero”
|Belgrano es el Bicampeón de la Liga Paranaense de Fútbol. El “Mondonguero” dio la vuelta en Barrio San Martín, en el “Pedro Mutio” tras vencer a Atlético Paraná con gol de Leandro Lorenzón, a los tres minutos del primer tiempo. Fue una fiesta inolvidable para la familia “Albiceleste” y en sí para el fútbol liguista pues, pese a ínfimos detalles de grupúsculos de imbéciles que en toda cancha hay, en un 95 % reinó la paz.
Solo hubo que lamentar a tres o cuatro inadaptados que desde el paredón que da al Hipódromo lanzaron piedras hasta que velozmente fueron corridos por cinco uniformados; una trifulca que duró segundos entre unos jugadores “Decanos” y “Celestes” por una supuesta ironía de los bicampeones; y una intolerancia de ciertos simpatizantes “Rojiblancos” que cuando celebraban sus pares y daban la vuelta los nuevos reyes del fútbol local, también lanzaron unas piedras cuando eran desalojados de las gradas por el eficaz dispositivo policial.
No fue un buen partido aunque el temprano gol pudo ser la causa de que uno se desespere y el otro juegue con esa ansiedad.
La capitalización de Lorenzón torció el destino o mutó el rumbo de una historia que se palpitaba parejísima.
Todo comenzó con un desplazamiento ilegal de Fumaneri a Ramírez sobre el andarivel derecho y se transformó en gol por el oportunismo de Lorenzón que encontró el balón tras un rebote y le pegó de una manera tan extraña que sorprendió al arquero Vergara y mandó la pelota al fondo de la valla que da a la pista de turf.
Paraná sufrió un baldazo de rolitos y a partir de allí fue puro nervios. A su acelere, a su ansiedad, se le sumó un posicionamiento sagaz de la visita que contuvo en el medio y atrás se mostró expeditivo.
Buenas intenciones de Lencioni y Chiavaro no bastaron para reconducir los propósitos “Decanos”.
En tanto que Belgrano con el tempranero margen a favor, controló el traslado de la pelota con Fontana manejando los ritmos y cuidando los destinos de la misma, en especial cuando la trataron suavemente Donda y Pauletti en un campo que no ayudó mucho para jugar al ras del piso por determinadas irregularidades en su superficie.
A Lencioni y Chiavaro, se fue sumando las proyecciones de Banegas intentando usufructuar el juego aéreo, como se agregó Ramírez. Faltaba que Acosta se soltase más pero eso no sucedió seguido. Claro está. Había error propio y virtud estratégica ajena.
Vale la pena rescatar una acción llegando a la media hora: Chiavaro, con pelota dominada, ingresó al área belgranense y de atrás fue desestabilizado por Mohremberger, quien no quiso cometer esa infracción sino que mucho tuvo que ver la actuación del talentoso jugador quien sí no se zambullía podía seguir rumbo al gol.
Barcos, no juzgó el toque involuntario, pero toque al fin del zaguero belgranense y sí entendió que Chiavaro exageró por lo cual apeló al “siga, siga…”.
Y mientras en la huestes del anfitrión las protestas abundaron, Belgrano casi aumenta por intermedio de Pauletti.
Desde ese momento, hasta el cierre del primer período, los “Albirrojos” mantuvieron el firme propósito de avanzar pero con pocas ideas y mucho de tumulto, pura garra, pura entrega y dependiendo con cierta claridad de córners o tiros libres que hallaron al arquero visitante siempre muy bien parado o tomando decisiones acertadas en cada salida, salvo cuando a los 40’ Acosta se fue por izquierda, llegó al fondo mandó centro elevado que “sobró” al cuidapalos de Belgrano y un zaguero del “bi” sacó por línea final para evitar mayores trastornos.
Finalmente, a los 48’, Murgado probó desde afuera con cara externa y el balón salió acariciando el horizontal.
El balance dijo que el más oportuno ganaba con justicia, pues marcó prematuramente la conquista y luego jugó con la desesperación de su contrincante.
Pretensiones sobraron, pero…
En el complemento, los dirigidos por Roberto Ayala hicieron el gasto. Con entrega, amor propio y enorme sacrificio corrieron, mordieron en cada sector, pero al recuperar la pelota muy pocos intentaron pisar el esférico, hacer la pausa y buscar los mejores caminos para llegar a la igualdad.
Tanto fue el desorden que solo quedó Chiavaro para acariciar la redonda y darle buenos destinos. El resto, pura ansiedad y buenas pretensiones, pero anarquía y vértigo favorecieron el planteo de un Belgrano que minuto a minuto reafirmó su solvencia del medio para atrás.
Los de Giacinti lucieron un esquema compacto que solo tuvo sofocones ya en el momento “Decano” de mayor impaciencia, de mayor ansia por ver que se iba el tiempo reglamentario.
En los 5 extras agregados por Barcos (no estuvo tanto el juego detenido), Murgado envió un centro que conectó de cabeza Banegas y luego, a los 48’, un centro de Acosta no halló a nadie bien parado para someter al excdelente arquero de Belgrano.
Pitazo del juez y celebración a pleno “Mondonguera”. Por el gol y el dispositivo férreo, victoria indiscutible, título merecido.
Ayala más cerca del adiós que de seguir
Con el subcampeonato, aparentemente se terminó otro ciclo de Roberto Ayala como DT de Paraná. “No tengo tiempo para dedicarme de lleno a dirigir al equipo. Mis obligaciones laborales (Subsecretario de Deportes del Municipio) me impiden abocarme como quisiera para el Torneo del Interior. Así que voy a pensar bien que hago” señaló el querido ‘Chueco’.
En tanto que, desde la dirigencia de la entidad de barrio San Martín, se indicó que era poco probable que el ex zaguero de inolvidables épocas “Decanas” y papá de Roberto Fabián, continuase. “Un título lo hubiera motivado, pero llegó al vestuario y estaba muy triste, con bronca porque él confiaba en salir campeón. Es como que se quedó con las manos vacías… No creo que siga aunque él seguro que en la semana decidirá” confió un referente directriz de Atlético Paraná en la puerta de salida del sector de plateas. Otro reconocido ex dirigente reafirmó: “ya venía incómodo por no trabajar como a él le gusta y ésta derrota, lo conozco, y obviamente que lo inclinará más por dejar. El Chueco es un ganador y le ves la cara y te das cuenta que no está bien. La última palabra la tiene él pero ponele la firma: no sigue”.
Sus ex compañeros de esa maravillosa campaña de los ‘70/’80, Roberto Fálico, Eduardo Ortega y Daniel Martínez coincidieron en decir: “habrá que seguir esperando para ver a Paraná en el nivel que muchos deseamos. Materia prima hay, no se debe aflojar con el trabajo. Estos pibes nos van a dar grandes alegrías. Belgrano ganó bien. Marcó ese gol que en una final vale doble por anotarlo al comienzo”.
Consultados sobre si les hubiese gustado estar dentro de la cancha, no dudaron en decir al unísono “obvio, le hubiéramos dado una buena mano al Chueco”…
No hay dudas que con el ‘Chingo’ y el ‘Lali’ difícil que al dueño de casa le metían ese gol de entrada y de última, con el “Tarta” siempre había medio gol en cada avance.