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Todo al revés: Ya ni el Libre Deuda preserva garantías al jugador profesional de básquet

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Hablar de los números del básquet de Liga Nacional es sinónimo de contradicciones varias, profundizándose de modo consensuado -a lo largo y ancho del país- que se cuenta con una Asociación de Clubes “rica”, e instituciones empobrecidas. Pero a la vez, resulta incompatible que todos los años, previo a cada temporada, se rubriquen y presenten Libres Deudas, luego de sufrir los jugadores desfases inconcebibles incluyendo concluir las competencias varios meses abajo. Si algo le faltaba es exhibir dicha documental, y que los profesionales –paradójicamente- reclamen públicamente que no se ha cumplido con lo convenido.

 

El pasado domingo 2 de septiembre, Ariel Pau nos admitió -vía Twitter- que Petrolero Argentino de Plaza Huincul le quedó debiendo media temporada, y no ocultó su indignación porque dicha entidad haya logrado lucir la documentación de Libre Deuda sin verificar el acatamiento a sus últimas obligaciones, dándose el lujo de haber armado otro plantel con el aval de la AdC para insertarse en el “novedoso” Draft.

 

Desde la Asociación de Jugadores, aseveraron que “Estamos trabajando y hablando con ADC por tu caso @arielpau26 y el de algunos otros jugadores de @LigaNacional y @LigaARGbasquet que aún no cobraron la totalidad de sus contratos de la temporada pasada. También estamos chequeando Libre Deuda del @basquetfederal”.

 

Ahora bien, mientras la AdJ “trabaja, habla y chequea”, Petrolero se dedicó a “limpiar” por completo el último equipo, incluyendo head coach.

Así, pasó la escoba a Ariel Pau, a Federico Ferrini, Franco Vieta, Esteban Cantarutti, y Rodrigo Lavezzari, iniciando las negociaciones con Federico Brun (nuevo DT), Matías Bonavía, Facundo Escobar, Bruno Pallotti, Agustín Jure, el entrerriano Leo Catelotti, Xavier Carreras, José Figueras y John Thomas, sabiendo que se debía una cuantiosa suma de la Liga Argentina 2017/18, según lo que denuncia Pau y otros compañeros se animan a revelar.

 

La pregunta es elemental: ¿quién permite esta operatoria? ¿Por qué, tres décadas después del inicio de la Liga, los clubes se siguen manejando así?

Lamentablemente, es inevitable expresarlo: las instituciones tienen la complicidad de los propios jugadores. ¿Por qué se firman contratos por cifras impagables? ¿Por qué los clubes siguen dependiendo de gobiernos provinciales o municipales que suelen pagar con sensible retraso? ¿Por qué los clubes siguen dependiendo de campañas para saber si podrán pagar al día o no? ¿Hasta cuándo diremos a los gritos que la Liga es para el que puede, no para el que quiere?

 

Jamás criticaremos la cotización de los jugadores. Nunca. Cada uno es libre de pretender lo que conciba justo. Pero sí diremos que es POCO SERIO para las dos partes, e inclusive que la AdC y AdJ permitan, la rúbrica de contratos por sumas exorbitantes para la “Realidad País”, suscitándose esta clase de incumplimientos.

Y sabemos…, hay varias instituciones que -COMO MÍNIMO-, comienzan la temporada, pagan uno o dos meses y después inician una “bicicleta” promedio de dos a tres meses.

 

Claro… es obvio que actúan así con la condescendencia de los jugadores. En los ’80-’90 pasaba esto. Y a veces, el débito era escandaloso. Sin embargo, solían darse sublevaciones de varios jugadores que, con la aprobación de sus técnicos (y en casos por idea de ellos…), entrenaban pero amenazaban no viajar o no jugar, logrando reacciones dirigenciales para que “aparezca” de repente el dinero.

Los Libre Deuda propendieron a dar un mayor grado de seriedad, pero se sigue con la tendencia de consentir que los clubes no paguen en tiempo y forma sus compromisos contractuales, así se concluyen temporadas con deudas que podrían evitarse si hubiese una administración más seria, más eficiente.

 

Vale la pena seguir indagando… A ver si la AdJ nos responde, o si quiere algún jugador… ¿Los clubes que deben a sus jugadores, pagan esos compromisos con intereses? Más allá de conocer las vicisitudes que sufren a la hora de la “recaudación” general, tranquilamente, uno podría imaginarse o no es descabellado suponer oficios contables especulativos. Todo puede pasar…

Entonces, ¿cuándo llegará ese día en que los jugadores aprendan a hacerse respetar? ¿Y qué dicen de esto los agentes? ¿Por qué la AdJ no esgrime una postura más firme? ¿O será que con los sueldos que se pactan, los jugadores siempre ganan o manejan sus finanzas onda “Plazos Fijos”?

 

¿Por qué en la Argentina se sabe lo que gana un docente, un empleado público, un empleado de comercio o hasta el presidente, gobernador, intendente, legisladores, jueces, etc, y los contratos de los jugadores son Top Secret? ¿Por qué conocemos lo que percibe una estrella de la NBA y acá NO? ¿Será porque hay montos que honestamente asombran? ¿O habrá algún vericueto fiscal que se busca sortear?

Mantenemos la idea… Entrenadores y jugadores tienen TODO EL DERECHO A PEDIR LO QUE ENTIENDAN APROPIADO. Sería un atrevimiento y un entrometimiento de nuestra parte opinar sobre lo que aspiran a percibir en cuanto a salarios.

 

Pero, aparte, somos conscientes que para la mayoría no es muy largo el lapso de la carrera o el período en el cual pueden sellar los mejores contratos por las cifras máximas. Y son pocos los que pueden jugar hasta los 40 años. Por consecuencia, no está mal que cada jugador aproveche y trate de sacarle el jugo a lo que pida o crea necesario que debe cobrar.

Lo que está MAL es que se pacta y esos arreglos no se cumplen debidamente. O más grave resulta que, aparentemente, cuando concluye el acuerdo, no se cumpla con lo prometido, y los mismos clubes terminan armando nuevos planteles sin saldar deudas preliminares con garantías o fianzas que no se clarifican.

O sea, no es atrevido expresar que indudablemente es un despropósito sellar estipulaciones de paga o haberes, y que no se cumplan de manera apropiada.

 

De hecho, lo seguiremos sosteniendo, amén del ejemplo excepcional de San Lorenzo, invertir mucha plata en sueldos no te garantiza nada, sí te eleva la vara para que todos sigan apostando y evolucionando.

Ahora, de una buena vez por todas, es imprescindible pensar en otra Liga, con estadios llenos no solo en Playoffs, con escenarios cómodos, con rectángulos que ofrezcan las máximas garantías, con variados espectáculos paralelos a la contienda, con show, con una eficaz comunicación y marketing, y así podríamos ampliar la lista de necesidades que deberían modificarse al tener en cuenta los contratos singulares que se sellan y, reafirmamos, se quebrantan espuriamente.