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¿Tenemos los políticos que nos merecemos?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Equivocadamente, tras el advenimiento de la democracia nos hemos acostumbrado a ver una amplia mayoría de políticos que han elegido desarrollar una carrera política y perpetuarse en la alternancia del Poder. Lo mismo ocurre en la Justicia, en sindicatos y/o en cuerpos colegiados diversos. Claro está… Nadie les impide ese proceso de mutaciones en cargos y algunos hasta se dan el lujo de eternizarse en sus funciones. De hecho, sobran casos. Y nuestra provincia es uno de ellos.

 

Ni siquiera los Centros de Estudiantes, las Seccionales Barriales son efectores de los cuales surjan nuevos referentes en un número adecuado a la demanda o a los escaños por ocuparse en legislaturas, en estados provinciales, municipales, Juntas de Gobierno, en Tribunales, en gremios, o en colegios.

Inevitable percibir la solapada existencia de una rigurosa zaranda o severo tamiz que evita la germinación de nuevos dirigentes que tengan la capacidad, la ilustración insoslayable de liderar democráticamente.

 

Discernimos ello con simpleza… Basta mirar con suma atención listas para elecciones de diferentes estamentos de nuestra sociedad. Son los mismos nombres, período tras período, con pequeñas mutaciones o enroques, e ínfimas irrupciones de renovación.

Sin embargo, eso no se legisla. De esto no se habla a la hora de reformas y es una coyuntura innegable.

 

Se habla de “ajuste”, pero donde menos se “ajusta” es en la cantidad de políticos, asesores y demás, que viven de manera imperecedera de este “arte”. Es axiomático.

No obstante, nos transmiten… el esfuerzo, el sacrificio, debe ser del Pueblo. Y lo paradójico es que el Pueblo los vota.

 

Claro está… hay políticos, hay funcionarios que honran sus responsabilidades, que se distinguen por la nobleza de sus actos. Pero… ¿cuántos son? La cantidad es exigua.

En verdad, las estadísticas nos dan la razón en cuanto a que abundan ejemplos de implicados en cuestiones o procesos legales de arduas tramas. Y los avales, las firmas que garantizan sus participaciones en comicios brotan de manera extraña, confusa, aunque están. Al igual que los sufragios…

 

Por ello somos una sociedad contradictoria, ilógica, discordante. Pretendemos lo que no exigimos, y más grave aún: no nos comprometemos a pugnar por una honda metamorfosis.

Así, espacios y referentes se repiten. Nombres que se presumían en retirada de la actividad política vuelven a ocupar lugares preponderantes.

 

Groucho Marx, con ese humor tan afilado e ingenioso que le caracterizaba, decía que solo se sentaría a la mesa de un político ‘si paga él’. Al igual que el cómico, son muchos los personajes históricos, más o menos ilustres, que quisieron opinar y hacer una sátira sobre ese extraño ‘perro del hortelano’ que es la política.

Ahora bien… considerada como un pilar fundamental de cualquier sociedad, la política y los políticos ocupan un papel más que significativo en la vida del ciudadano.

 

La historia ha otorgado a los pueblos griegos el título de padres de la democracia, aunque no se cumplía en la totalidad del Peloponeso. Mientras que Platón defendía el modelo político plasmado en su ‘República’, Atenas seguía un sistema ciertamente parlamentario que chocaba en extremo contra la férrea dictadura de guerreros que encabezaba Esparta.

El modelo feudal derivó el poder político en un rey que gobernaba ‘por voluntad divina’ siempre que los nobles se lo permitieran. A esta nobleza, como explicaba Marx (Karl, no Groucho), les tomaba la delantera una naciente burguesía que enarbolaba la bandera de la libertad y la democracia ilustrada.

 

Hasta nuestros días ha llegado un sistema basado en esos ideales pero propio de la sociedad en la que tienen que llevarse a cabo.

La política está en todas partes y es causa y consecuencia de los cambios sociales y económicos de todo el mundo. Es un juego complejo y retorcido que afecta a todo el mundo lo quiera o no

 

Para concluir les comparto mis frases preferidas respecto a lo que pienso de la política, procurando que mediten… Hasta pronto:

– La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa. Marco Aurelio Almazán, escritor

– Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo. Abraham Lincoln.

– La política debería ser la profesión a tiempo parcial de todo ciudadano. Dwight D. Eisenhower.

– La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos. Louis Dumur.

– Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione. Bernard M. Baruch.

– Los artistas mienten para decir la verdad mientras los políticos y los periodistas mienten para ocultarla. Alan Moore.

– Los políticos siempre hacen lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río. Nikita Jruschov.

– El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo. Winston Churchill.

– En política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno. Konrad Adenauer

– Las personas deben desempeñar cargos públicos y luego volver a sus negocios o profesiones y vivir bajo las leyes que aprobaron. Mike Curb

-Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto. George C. Lichtenberg

– El Congreso es tan extraño. Un hombre se pone a hablar y no dice nada. Nadie le escucha… y después todo el mundo está en desacuerdo. Boris Marshalov

– La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular. Edmond Thiaudière.-