¡Teléfono Varisco! Un día vamos a despertar rodeados de caca
|Es desoladora la imagen. Un conglomerado urbano donde el líquido cloacal brota en cada esquina, donde el diezmado caudal que logra llegar a una planta de tratamiento, luego de transitar redes colapsadas y caducas, debe ser vertido al río (fuente de vida para sus habitantes) casi sin tratamiento, porque dicha planta también está casi colapsada y caduca. Usted podría suponer con acertado criterio que se trata de una remota población de África o del Lejano Oriente… Pero no, esta es la penosa realidad de Paraná. Mientras, sus autoridades municipales persisten en su inmutabilidad. Fotos remitidas por nuestros lectores amigos. Jorge Newbery y División Los Andes. Barrio Santa Lucía. Miguel David y Artigas. Geisers de materia fecal. Sin solución desde hace semanas y MAL señalizados.
Las quejas se multiplican en Redes Sociales, y muy pocos medios de comunicación son los que reproducen los reclamos de los vecinos pues el área Prensa de la Municipalidad de Paraná supo seducir a ciertos hombres y mujeres de esta prostituida profesión para que mantengan inalterable su silencio cómplice.
Obviamente, de manera impune, no se procura una solución de fondo a una red cloacal que desde hace décadas no forma parte de una planificación integral.
Han pasado muchos años sin procedimientos concretos de renovación fehaciente del sistema global de cañerías y de la misma planta depuradora, emparchada en infinitas oportunidades pero sin lograr el tratamiento eficaz de líquidos y sólidos cloacales que llegan al río para contaminar las aguas sin piedad, obviándose el crecimiento poblacional y la desarrollada extensión a lo ancho (este-oeste) y largo (sur).
Mix complejo si lo hay… una red y una planta que no proyectó tan precipitado incremento urbanístico, amplificado exponencialmente sobre todo con la construcción de complejos habitacionales sin la más mínima fiscalización por parte de la Comuna.
¿Qué eficiencia de servicios se puede garantizar?
Nula. Hoy, vivimos en medio de aguas servidas, pero… es cierto… las sucesivas administraciones municipales nada hacen. Prometen, no cumplen.
Ya no sólo hay caños y bocas que desbordan sino zanjas que exhiben un grado de contaminación que amenaza la salud de todos.
En zona endémica del hantavirus, con presencia de mosquitos que transmiten el dengue, con entrega ocasional de lavandina para evitar “el cólera”, es casi un insulto a la población en pleno siglo XXI mantenerla con salud dentro de un sumidero desbordante de materia fecal.
“No tenemos presupuesto ni herramientas”, sostienen off the récord empleados municipales y hasta funcionarios de segundo y/o tercer orden mientras aguardan que se produzca un milagro. Pero… El área de Comunicación de la Municipalidad y el propio intendente DESinforman y/o no se refieren a lo que la ciudadanía quiere oír. Deben otorgar explicaciones, pero se cumplimenta un espectro comunicacional tendiente a desviar la atención con informaciones pueriles.
Ejemplo… ¿Qué trascendencia tiene un puente entre Paraná y Santa Fe cuando nos estamos ahogando en caca???
Es muy grave la situación o conflicto ambiental que vive Paraná. Estamos en presencia de la destrucción del ecosistema; el grado de contaminación es altísimo. Esto vuelve casi imposible la supervivencia de la fauna y la flora autóctonas con una planta cloacal desbordada, colapsada.
El paisaje urbano ha pasado a ser un nauseabundo foco infeccioso y una trampa para la seguridad de personas y vehículos circulantes.
Mientras, se siguen construyendo miles de conexiones domiciliarias nuevas (obras de bajo costo y alto impacto), a una red colapsada que no tiene capacidad de conducir los efluentes, llevándolos a una planta depuradora que carece de capacidad para tratarlos.
Es imprescindible una toma de consciencia del intendente y sus concejales. Debe ampliarse y renovarse la planta depuradora, refuncionalizar la red troncal y controlar las redes domiciliarias, prohibiéndose nuevas conexiones domiciliarias (ello incluye edificios) a la red si no estudiar métodos alternativos particulares, hasta que se aumente la capacidad de tratamiento y conducción, para recién entonces autorizar la conexión.
Nosotros somos claros. La Municipalidad SILENCIA lo que exhortamos de forma INDEPENDIENTE: la salud de la población de Paraná está en riesgo, por tener las aguas negras en las calles, porque se la expone a los agentes patógenos que se dispersan por todos lados por los desbordes cloacales.
El problema no es sólo de mantenimiento, sino de postergación de obras que se tenían que hacer y no se hicieron.
Y enfatizamos, a eso se suma que hay nuevos edificios, nuevos barrios con servicios a los que no puede adjudicarse obsolescencia; pero sí a deficiencias o vicios en la construcción.
Ahí hubo falta de controles, y problemas constructivos, y eso es responsabilidad de la Municipalidad de Paraná POR NO FISCALIZAR.
No lo quieren decir, pero estamos en una emergencia sanitaria y ambiental debido a una mayor probabilidad de contraer enfermedades por el incremento de derrames de aguas servidas en distintos puntos de la ciudad.
Solo hay que censar guardias de centros de salud, dispensarios, hospitales y clínicas para constatar la imparable evolución de casos de gastroenteritis o enfermedades de la piel.
El contacto con aguas negras o servidas está asociado con el padecimiento de diarrea, enfermedades parasitarias, infecciones de la piel, como impétigo, sarnas; y enfermedades causadas por la contaminación mineral del agua de las napas (nitratos, arsénico).
Debe reconocerse antes de lamentar una tragedia masiva. La presencia de aguas negras o servidas aflorando en superficie, tanto en la vía pública como en las propiedades privadas expone a la población en general pero de sobre manera a nuestros niños y a la población más vulnerable a enfermedades que pueden llegar a causar hasta la muerte.
Y somos MUY CLAROS… Este problema no se debe exclusivamente a la responsabilidad de la gestión municipal actual. Paraná ha venido postergando obras prioritarias de saneamiento desde hace MUCHOS, PERO MUCHOS AÑOS. Obras esenciales que son incómodas para los vecinos en muchos casos, pero fundamentales para la salud de TODOS los ciudadanos.
Fotos: Gentileza Gabriel Guzmán.-