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Suplentes Extraordinarios de Salud se sienten desamparados

Hace pocas horas dimos a conocer una información, con aspectos subjetivos propios de esta Editorial, relacionada al inminente pase a planta de trabajadores de Salud que se desempeñan en sus distintas funciones con un año o más de antigüedad y comprendidos en los acuerdos paritarios inherentes a Contratos de Servicio. La noticia renovó el estupor de Suplentes Extraordinarios con dos o más años de ocupación, algunos de ellos ubicados en puestos claves de la Administración Pública.

Trataremos de ser lo más objetivos posible. No hay dudas que esta gestión ha propendido a regularizar situaciones heredadas desde hace una década (o hasta más…).

Sin embargo, éste mismo Gobierno es el que ha designado en los últimos años varios agentes con acordadas provisorias y en ciertos casos ubicándolos en posiciones de enorme responsabilidad, tales los casos de secretarios/as de funcionarios, coordinadores, asesores.

Justamente éste sector, el que más carga horaria cumple, pero que asimismo debe cristalizar una labor de inmenso compromiso, siendo clave en diferentes oficinas o ámbitos de la Salud entrerriana, y hasta invistiendo títulos Terciarios o Universitarios o una formación integral e imagen excluyentes, es el más castigado con la incertidumbre de no estar aun en Planta y así no solo disfrutar de mejores condiciones salariales sino también de líneas crediticias o hasta de ser garante para operatorias diversas.

La Suplencia Extraordinaria, de hecho, parece no estar contemplada a Derecho en los Sindicatos, y si bien cualquier empleado podría apelar a medidas judiciales para resguardarse ante coyunturas injustas, lo real es que para los Gremios pareciera valer mucho más la figura del Contrato de Servicio que la precitada relación.

Cuidado… No decimos que se abandona a los Suplentes… Pero es evidente que los acuerdos paritarios a resolverse a mediados de agosto no contemplan a los Suplentes que ganan por debajo de 3 mil pesos y ya no soportan la grave situación de inestabilidad laboral, observando que otros compañeros con menos antigüedad, desempeños menos complicados, de inferior aptitud y hasta actitud, SÍ se verán beneficiados.

Lo paradójico es que el fastidio que se percibe en distintos edificios de la capital donde el Ministerio de Salud posee despachos de diferentes Programas, Secretarías o Subsecretarías, NO tiene como blanco a las máximas autoridades gubernamentales sino primordialmente a los Sindicatos y la palabra que más se escucha es DESPROTECCIÓN.

Aunque SÍ, también son depositarios de las críticas, los funcionarios rectores de las distintas áreas de la Administración Pública en dicho Ministerio, los cuales -pareciera- se ven sometidos a la obligación de priorizar otros nombramientos por sobre sus propios colaboradores inmediatos, en una conducta complaciente que termina siendo perniciosa para sus propias metas pues el personal de confianza termina constatando que de nada sirve ser leal, fiel, disciplinado, ordenado, meticuloso, criterioso, ágil, altamente capacitado para su deber cotidiano, si luego se premia a personal con menor antigüedad o de inferior carga de responsabilidad.

Desde los Gremios se indica que es “clave” que cada director, secretario, subsecretario o coordinador eleven los expedientes del personal que reviste en provisorias y hasta precarias condiciones contractuales para ubicar cada caso en los respectivos parámetros fijados en paritarias y establecer los decretos correspondientes para de ésta manera cumplimentar la regularización posible.

Para muchísimos Suplentes Extraordinarios de Salud, desde hace años, la palabra “Gremio” o “Sindicato” ya causa prurito. El sentimiento de abandono, causa un desaliento insondable, indescifrable que ocasiona daño moral y psicofísico por sentirse día a día cada vez más discriminados.