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Sionista no debe engañarse

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Parece que Sionista salió de la amnesia.  Ojo… Solo zafó de concluir último y/o de un simulacro de descenso. Se podrá, lógicamente, poner de relieve la autoestima recobrada y el enfrentar al n° 1 con el ánimo por las nubes. No obstante, la realidad es que, aún sin presiones o apremios, la campaña fue mala y soñar con un batacazo suena a utopía.

 

Más allá de esta saludable reacción, y de salir airoso de la Reclasificación, la temporada difícil que pueda revertirse debiendo ir a buscar la hazaña en “La Madre de las Ciudades”, donde ya perdió 94-68 (el 5 de noviembre) y 81-73 (el 6 de enero) ante una Fusión que en toda la Serie Regular solo perdió dos partidos como anfitrión, siendo el récord propio entrerriano de 5-21 en sus salidas a la ruta.

 

Pero aparte, deberá recibir a un Quimsa que como forastero ganó 19 de 26 presentaciones en feudo ajeno, registrando Sionista en su casa un 14-12 pobrísimo, de lo peor en su historia de Liga, y con el antecedente adverso de ser vencido por los santiagueños el 27/10 en el “Flesler” con un 67-83 y más recientemente, el 15 de abril, sufriendo el 4° traspié del Torneo ante este poderoso adversario, por 77-85.

 

“Sino cruzamos la línea entre la tranquilidad y la relajación podemos ser muy competitivos”, enfatizó Sebastián Svetliza. A ver… Como expresión de deseo es una frase bárbara.

La visión razonable, coherente, es que con el repunte anímico global y la cotización en alza del triunvirato extranjero, más un reencuentro con sus niveles aproximados a lo ideal por parte de Cantero, Saglietti y Pau, o la regularidad loable de Uranga, no sería descabellado apostar al “punto” contra la “banca”.

 

Pero eso de ser “muy competitivos…”; caramba… da la sensación de un “manijazo” poco mesurado.

No obstante, el head coach, cada vez más maduro, no deja de ser autocrítico al esgrimir que “No jugamos ni estuvimos cerca de jugar bien y lograr el resultado que queríamos en la Serie Regular”.

 

El positivismo, sin embargo, da otro giro de exagerado optimismo al invocar que “Para nosotros recién comienza la parte positiva”. ¿Y qué dirá si el primer juego demuestra palmariamente las diferencias entre uno y otro?

 

En una poco prudente auto-calificación, el técnico consideró que “Encontramos la forma de trabajar y de ganar y de esa manera lograr el resultado que pretendíamos. Con los mismos errores y virtudes de siempre pero con una estabilidad emocional que fue clave para ganar la serie”.

Y no avalamos ese posicionamiento porque si Fierro metía los dos libres en pleno cierre, hoy estaríamos hablando del pleno fracaso de Sionista.

 

Pero, aparte, suena a incongruencia el omitir que Libertad, desgastado psicológicamente por problemas internos (se habla de una posible renuncia a seguir en LNB) y con uno de sus foráneos con un pie en el avión por más que salieran airosos de estos Playoffs, sufrió desde el arranque el compromiso por faltas de Alejandro Alloatti y Jiri Hubalek.

 

Y nos referimos a esto al leer una auto-loa enfatizando que “el espíritu de conjunto fue lo más importante”, o que “también fuimos aplicados tácticamente y pudimos desarrollar el juego defensivo que nos habíamos propuesto”, desconociéndose los defectos propios de Libertad, en especial al buscar empecinadamente el tiro de Tres, amén de la incomprensible rotación de hombres a la que apeló Picatto.

 

O se enunció que “entendimos por dónde pasan nuestras vías de gol que son los tres extranjeros. Supimos abastecerlos y no ser egoístas”, cuando sin lugar a debates Millsap, Rodgers y Phillip se hicieron Camino al andar por decisiones singulares, o hasta ellos fueron quienes más asistieron al resto o se asociaron entre sí. Basta repasar el video para comprobar por qué refutamos esos dichos.

 

Contradictoriamente a lo que pensamos, Svetliza entiende que “éste es un momento para disfrutar. Para disfrutar de manera responsable y ambiciosa. Pero no dejar de disfrutar. Logramos algo muy importante”.

Mil disculpas por nuestra rigurosidad, pero… no hay nada que festejar. Repetimos… Hasta hoy solo se logró no ser últimos, no tener que decir “nos salvamos porque no había descensos…”. No se logró NADA importante.

 

“Vamos a ir a Santiago convencidos que se puede y Quimsa tendrá que esforzarse mucho para llevarse la serie”. Ahí podemos coincidir con lo de la fuerza anímica renovada y ni que hablar de la categoría individual de un plantel que muy escasísimas veces pudo aprovechar de la jerarquía particular de sus componentes, pues, a lo largo del certamen entre lesiones y bajos rendimientos hubo que soportar una campaña pobrísima.

 

No nos cabe la menor duda que se viajará a tierras chacareras con el corazón contento, lleno de alegría, pero toda vez que Sionista le jugó de igual a igual a favoritos al título fue solo cuando esos rivales o sufrían bajas o sus actuaciones resultaron un fiasco.

En muy pocos cotejos, contados con los dedos de una mano, el “Celeste” jugó elogiablemente.

 

Y si en algo concordamos es que los Playoffs son opuestos a lo ocurrido en la Fase Regular. Son historias distintas donde se pueden dar sorpresas.

Por ende, lo mejor que puede hacer Sionista en este momento, digamos, positivo, es admitir cuáles son las carencias, las limitaciones y procurar potenciar las escasas virtudes exhibidas.

 

Svetliza nos devuelve la serenidad cuando consolida la idea que “Estamos en deuda con la gente de Paraná”. ¡Vaya si están en deuda! Con los espectadores y en especial con una dirigencia admirable que a lo sumo, como defecto fundamental, exhibe una complacencia extraña a lo que se elija o haga desde el Cuerpo Técnico.

 

Marcos Saglietti nos perturba cuando acentúa “No somos inferiores a nadie”. Sí, lo han sido. Por algo terminaron como terminaron en la Serie Regular.

Y nos altera aún más cuando esgrime un poco recomendable orgullo desmesurado al sentenciar “Muchos creían que estábamos terminados, que ya no había chance de revertir el panorama”. Si bien no apunta a éste medio esa acotación, acotamos… Contemplar el record basta…

 

El ex otrora baluarte de Libertad indicó que “Fue como un desahogo para todos. El grupo lo festejó y mucho en el vestuario”. El punto es que no podemos olvidar todo lo sucedido después de victorias que parecían ser interpretadas como títulos consumados.

Digamos que a Sionista le faltó esa dosis de humildad que el mismo Saglietti reconvierte al rubricar: “esta clasificación no borra todo lo que sucedió a lo largo de la temporada. Somos realistas y sabemos que no tuvimos una buena Liga”.

Bien por Marcos… Sí, sí… aunque deseamos agregar que fue una MUY MALA Liga la de Sionista.

 

Ahora puede reivindicarse, es cierto, pero lo más equilibrado que debe hacer es poner los pies sobre la tierra y revisar cuáles fueron los hándicap otorgados en cada match con Quima.

Si quieren los ayudamos, aunque… tan poco caso históricamente se hizo a nuestros consejos, visiones, apreciaciones…

 

Es inevitable captar una sensación relativa a que en el Centro se ha renovado la consigna “lo pasado, pisado…”, y ello sería un absurdo mayúsculo, pudiendo encararse lo que resta de la Campaña con sana humildad, no exenta de profundas convicciones.