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Sionista-Gimnasia: complicado y aturdido

¿Le habrá caído la ficha a Sionista?…La pregunta del millón para quienes no nos bancamos verlo tan mal al team del Centro Juventud. A las 9 de la noche recibe a Gimnasia. Dirigen Roberto Smith y Javier Mendoza. Ante Obras tocó fondo. No pudo jugar peor y su última reserva anímica pareció agotarse. ¿Llegará hoy el revulsivo psicofísico?

Por la 6ª fecha de la 2ª fase Sionista recibe al “Verde” de Comodoro Rivadavia. Luego de la paupérrima exhibición ante Obras Sanitarias debe reconciliarse consigo mismo y con la gente que terminó asombrada por la casi nula respuesta temperamental.

Técnicamente, Sionista demostró que carece de identidad y peor aún, lució como rebelde a evidenciar un play book digno. Honestamente, pareció que sus jugadores se propusieron no jugar a nada. Así cada ofensiva no tuvo coherencia, no tuvo armonía, y cada decisión consistió en propuestas singulares, tirando mal, y no pasándose la bola (mucho menos hablemos de cortinarse) con la continuidad imprescindible hasta hallar los espacios y ángulos suficientes.

Pero lo más grave es la conducta pre-partido. Esa postura de “acá está todo bien…” o “con un par de victoria remontamos…”. No se puede ser tan necio, tan cabeza dura, o más feo… no se puede tener o dar la sensación de una escasa muestra de compromiso.

Y acá ponemos acento también en la dirección. Consideramos vehementemente que hace rato llegó la hora de poner orden y explicar que hoy Sionista está en riesgo de descenso.

Así tan simple como suena…Deseamos ver a Sionista bien arriba como en la anterior temporada. En sí, nos acostumbró a verlo pelear entre los mejores, por eso hoy duele más ésta penosa realidad de la que no hay tanto mérito ajeno como sí enormes defectos y elocuentes carencias propias, en especial de carácter.

Sionista está en deuda, y el principal débito es su falta de entrega. Las estadísticas van y vienen, pero la actitud es UNA y éste equipo -al día de hoy- no demuestra tener la necesaria compenetración. No da síntomas de querer reivindicarse al menos con fervor, con ímpetu, defendiendo su propia dignidad a partir de una charla de vestuarios, de esas donde se dicen TODO procurando un fin de bien común.

Sionista juega mal o directamente no juega a nada. Sabemos que éste es un concepto crudo y hasta cruel, pero es así. Invitamos a cualquiera a repasar los videos de Canal Once. Archivo indiscutible de las graves dificultades para sortear las defensas rivales y las groseras ventajas que luego de pésimas ofensivas se conceden en la conversión defensiva.

Sionista es un equipo disperso, sin línea colectiva y aparentemente sin voluntad de propender al cambio. No dudamos que en la intimidad haya suficientes ganas de revertir la mala campaña, pero llega la hora del juego y el símbolo en común es el estar absolutamente aletargado, como si la transformación vendrá milagrosamente por un designio divino y mientras “todo bien… no hay que dramatizar…”.

Gimnasia llega con un plantel compensado, donde nadie brilla, pero en el cual hay consignas y posee una filosofía más específica. Pero aparte, a diferencia del equipo paranaense, los tres foráneos le dieron una inyección distintiva, luciendo más equilibrado a la hora de pelear por los rebotes, y posea promedios de tantos a favor y/o en contra ostensiblemente mejores que los entrerrianos a partir de singularidades de tributos alternativos sin tener que depender de uno o dos que se peleen por ser los francotiradores o piezas resolutivas en exclusiva.

Casalanguida supo cohesionar una formación donde nadie descolla y le imprimió un espíritu combativo que incluye exteriorizar un semblante combativo donde no falta hasta el manifestarse estruendosamente buscando la combustión de reservas mentales imprescindibles para que aumente la convicción.

Gerald Brown es el base titular, Fernando Funes su escolta y viene eligiendo tres hombres potentes para desnivelar con porte y peso la discusión bajo los tableros con Hakeen Rollins, Chukwunike Okosa y Diego Romero.

Para el banco quedan el entrerriano Maximiliano Maciel, Federico Mansilla, Agustín Carabajal y Mariano Franco.

Nueve hombres parejos habitualmente enchufados, concentrados, listos para dar el zarpazo ante el error o negligencia ajena.

Ante éste elenco, Sionista debe recapacitar, debe caerle la ficha. No importa cómo, pero debe ganarle y el caso que no alcance la fibra, que se deje todo en la cancha para empezar a demostrar al menos DECORO y LEAL RESPETO con una dirigencia y hasta con una masa de espectadores que han dado muestras de una tolerancia, de una paciencia a prueba de fuego.

Sionista se acostumbró a perder. Bueno… Llegó el momento, ya es hora de un replanteo profundo en el seno del grupo. Mínimamente por respeto a lo que se les da profesionalmente, estando en uno de los clubes donde TODOS desean estar, dar el paso firme para que el sueño de una recuperación no se transforma en una utopía casi imposible de efectivizar.

Sionista está último con un plantel, si bien con carencias de las que fuimos EL ÚNICO MEDIO en advertirlas prematuramente, que no debería haber sufrido tanto. Hay hombres, hay nombres, hay prestigio, hay estructura. No se debería sufrir tanto. Ya es tiempo que algunas avezadas piezas contagien una fuerza íntima propia de quien anhela rehabilitarse, de quien pretende inscribir nuevas páginas de gloria y no quedarse con viejos registros.

Se los contrató por sus calidades, sus talentos, sus experiencias. Es tiempos que empiecen a responder y así eludir cuanto antes un destino hostil como el de luchar por no descender.

Fotos: Mariana Bourband.-