“Sexualidad y adicciones, desafíos de la labor educativa”… ¿solo eso?
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Exposiciones y declaración del Primer Congreso Provincial de Educación Católica hacen temer que en Concepción del Uruguay NO se haya tocado en PROFUNDIDAD ni se propicien conclusiones acerca de un tema tan candente como la VIOLENCIA ESCOLAR en Colegios Privados Católicos. Detallamos puntos elocuentemente NO tratados lo cual genera honda alarma.
En el marco del primer Congreso Provincial de Educación Católica, que se desarrolló en la ciudad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, los días 25 y 26 de abril, una exposición se dedicó a reflexionar acerca de los desafíos que presentan a la tarea educativa la sexualidad y las adicciones en la cultura contemporánea. Sus disertantes fueron la licenciada María Inés Frank y el padre Fernando Cervera SJ.
La licenciada María Inés Frank abordó la cuestión de cómo las visiones actuales de la sexualidad se transforman hoy en factores de riesgo para niños y jóvenes. En este sentido, señaló que “hay un cambio entre las anteriores épocas. Ahora la sexualidad no es un tabú (…) por el contrario, estamos hiperestimulados en relación con lo sexual. Y lo que para un adulto puede ser bastante fácil de “digerir”, de elaborar, no lo es para un niño, y tampoco para un joven”. A esta hiperestimulación, señaló, se suma “la hostilidad y la no comprensión de los valores cristianos”.
Como un factor clave, señaló que la sexualidad es separada de un proyecto de vida y de la naturaleza: “Esto pone en riesgo a nuestra infancia y adolescencia. No solo en lo moral y afectivo, sino también en el riesgo de enfermedades, del embarazo adolescente, y sobre todo, del aborto.
Luego se hizo esta pregunta: “¿Cuáles son los factores de riesgo que debemos combatir como educadores?”. Respondió diciendo: “El alto nivel de promiscuidad que hoy se ve fomentado, la falta de un modelo de familia. Si la educación no prepara para esto, el joven está en riesgo. Porque la falta de sentido es lo más disolvente de la personalidad”.
A continuación, el padre Fernando Cervera, especializado en la prevención y tratamiento de adicciones, se preguntó: “La escuela ¿puede prevenir las adicciones?”. Antes de ensayar una respuesta, señaló que los tiempos han cambiado: “Hace unos años era una tarea, hoy es una tarea diferente. Las adicciones brotan de una situación cultural; en nuestra cultura no estamos acostumbrando a los niños y jóvenes a decir no”.
El sacerdote estimó que la prevención en la escuela “consiste en estimular todo lo que ayude a la persona a valorar sus recursos vitales”, ya que ésta “no puede evitar de modo absoluto” que los jóvenes caigan en una adicción. Pero si un joven cae en la adicción, y algún día quiere recuperarse, necesita tener de donde “agarrarse”, precisó.
El padre jesuita calificó a la actual cultura como “adictiva”, inserta “en un consumo permanente”. “Esto genera personas inseguras y un ‘vacío’ que queremos ‘llenar’”. Insistió además, en la necesidad de que el docente sea apasionado por lo que hace: “Si no lo es, hará lo posible para no comprometerse. El vínculo fuerte con el joven es un modo enormemente importante de prevención”.
Coincidencia hasta un punto…
Podemos estar de acuerdo en lo aquí expuesto por la profesional y el clérigo. Pero, al parecer, salvo que reste propagar mayor contenido, ni la Declaración del Congreso Provincial de Educación Católica, ni éstas exposiciones, sin duda ilustradas, abordan temas de notable actualidad como:
-la violencia escolar,
-la agresividad física y verbal imperante,
-el manejo de la ironía al borde de la humillación por parte de cierta clase de alumnos a otros que no saben o no se animan a defenderse adecuadamente,
-la pasividad de los docentes,
-las medidas “aleccionadoras” inequitativas del cuerpo directivo,
-la preocupación acérrima de las Instituciones por formalidades como vestimenta/calzado y NO por la falta de UNIÓN en cursos,
-la falta de diálogo fecundo entre autoridades y padres,
-las puertas cerradas de colegios a los padres VERDADERAMENTE PREOCUPADOS por la coyuntura y las puertas abiertas para los que forman la elite de Comisiones de Padres o padres BENEFACTORES,
-el obrar oscuro, de padres “PROTECTORES” del Colegio quienes “cubren” actitudes de sus hijos con “FAVORES” y así NUNCA se hace Justicia ante situaciones violentas y/o se propician microclimas en el aula donde esos hijos se convierten en LÍDERES pues la Institución NO LOS PENA JAMÁS.
Estos y otros puntos más evidentemente NO tuvieron un tratamiento ESPECÍFICO. Como si se DESCONOCIERA. Y preocupa. A quienes enviamos a nuestros hijos a Colegios Religiosos nos genera una INQUIETUD inmensa.
¿Qué se estará esperando? ¿Un episodio dramático? ¿NADIE puede intervenir “de Oficio”? ¿O se necesitan DENUNCIAS FORMALES y así poner en riesgo la continuidad de nuestros niños en dichos Establecimientos?