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Seba Uranga la tiene clara, pero… En Paraná deberá supervisar con extremo rigor

ESPECIAL.- Sebastián Uranga es el nuevo protagonista de “La entrevista de la semana”. Cuenta cómo vive estos primeros meses como director Deportivo de la CABB, analiza cuestiones sobre las formativas y se muestra firme. Defiende este proyecto a rajatabla. No tiene ningún tipo de duda que hay que apuntar a relegar el resultado a segundo plano, mejorar la técnica individual del jugador, a manejar el tema conceptual y a mejorar su físico a estándares internacionales. Debería reunirse urgente con los entrenadores de Paraná y/o de toda la Provincia para bajar línea con claridad, cortar de raíz nefastas actitudes y dejar de perder tiempo como frustrar a tantos chicos que dejan hartos de la torpeza de sus técnicos, fomentada por dirigentes que no tienen idea del básquet.

 

Una espléndida nota. Sirve, vale, para apreciar que el espíritu de Sebastián Uranga se mantiene inclaudicable. Expresa muchos conceptos similares a los vertidos en una charla que mantuviéramos el año pasado en el bar del ACA en Paraná. Conserva y hasta apuntala su convicción en especial respecto al básquet Formativo. Solo resta esperar que se rodee de manera conveniente para lograr ejercer un fuerte control, una rigurosa supervisión de lo que ocurra a lo largo y ancho del país.

De hecho… el paranaense tiene un deber preeminente: lograr que en su propia tierra, en la capital y en toda la provincia, se cumpla con su consigna. Han sido MUCHOS los años perdidos y DEMASIADOS los chicos que dejaron el básquet por la patética conducta de tantos entrenadores “resultadistas” que hoy siguen haciendo enorme daño.

 

-¿Cómo vienen estos primeros meses de trabajo en el nuevo cargo? ¿Se disfruta en medio de tanta responsabilidad?

-Hay múltiples tareas y funciones para cumplir en una institución tan importante como la CABB. Y no es una queja, todo lo contrario. Se habla todo el tiempo de básquet y siempre buscamos hacer cosa hacia arriba, que nos lleven a un mejor lugar. Y eso se disfruta más allá de dedicarle muchísimas horas al día.

 

-¿Cuál es el foco principal en estos primeros meses de trabajo?

-Deportivamente hablando, acá existe un proyecto. Hay una idea clara de los caminos a recorrer, tanto en lo que son las distintas competencias, el área de selecciones y el área formativa. En todos lados hay un horizonte bastante claro. Y a partir de tanta gente que ha ayudado a generar ese proyecto, creo que mi tarea principal es velar por él y tratar de estar atendiendo todas las situaciones para que esto funcione de la mejor forma, entendiendo que es el inicio de muchas cuestiones, que en esto hay subidas y bajadas. Hay que aceitar la maquinaria para que esto luego fluya. A uno le prestan un lugar por un tiempo, y hay que tratar de dejar una base importante desde todo punto de vista para cuando venga otro. Acá se está generando una estructura que pueda funcionar de la mejor forma posible esté quien esté.

 

-Hay un tema clave en esta época que son las formativas. ¿Hacia adónde apunta la CABB en este aspecto?

-Hay varias aristas. Por un lado está el tema del rastrillaje y control. A partir de lo que se está instrumentando con el Programa Nacional Formativo, nosotros vamos a tener un mejor y más profundo rastrillaje de todas las clases, vamos a tener un seguimiento muy cercano en donde todos hablamos el mismo idioma y donde habrá pautas similares para hacer el seguimiento hacia los lugares donde buscamos, siempre con la mayor proyección posible. Después está el tema de las selecciones nacionales como un lugar referencial, donde se está empezando a mostrar un camino de proyección, con estándares internacionales, donde se intenta mostrar hacia el país basquetbolístico que no estamos en búsqueda del resultado inmediato, sino de entender que el éxito verdadero está en poder nutrir a las futuras selecciones mayores de una cantidad más grande de jugadores con proyección internacional.

 

-¿Esa es la línea que se baja para los diferentes entrenadores, la del resultado en un segundo plano?

-Absolutamente. Yo estoy velando por el proyecto, defiendo esto a rajatabla. Siempre entendiendo las bases del rastrillaje, cómo son las políticas de armado de selecciones, métodos a jugar, el camino a desarrollar con respecto a cada una de las clases en relación a lo que pasa en el mundo, y -obviamente- un fuerte seguimiento de todo. Lo que hay que entender es que el proyecto está por encima de todos nosotros, hay que protegerlo y defenderlo sea la circunstancia que sea. Lo que se busca con las diferentes selecciones es ir con los jugadores de mayor proyección, que no siempre son los mejores de la actualidad. Hay que buscar la proyección internacional. Después está el riesgo, sobre todo popular, de tener en el próximo lustro o década peores resultados que en los últimos años. Pero en esa política deportiva estamos absolutamente convencidos.

 

-¿En qué lugar está parada cada clase? ¿Qué material de proyección ves?

-Argentina tuvo, tiene y va a tener grandes jugadores, porque es un país basquetbolístico y nuestro básquet es maravilloso en cualquier nivel. En las diferentes clases vas a encontrar buenos jugadores. Nosotros hoy tenemos una gran tarea en sostener a los hombres grandes que vayan apareciendo. Hay muchos que se sorprenden con la cantidad de hombres grandes que van saliendo en las selecciones nacionales, y hay que sostenerlo. No es que antes no había, sino que a veces no se los sostenía lo suficiente y dejaban de jugar, se iban perdiendo. Hay que entender, además, lo que sucede alrededor del mundo en cuanto al biotipo de jugador, no sólo para los internos sino en todas las posiciones. También hay que entender la importancia que tienen los tres grandes ejes para la formación de jugadores: el desarrollo individual, el desarrollo grupal o colectivo y el tema físico. Creemos que en Argentina se hace de todo, aunque quizás no con la profundidad que estamos queriendo plantear en cada lugar que tenemos influencia directa.

 

-¿Cómo ves estas primeras semanas del Programa Nacional Formativo?

-Es algo muy nuevo para la la Secretaría de Deportes, y para nosotros era algo que veníamos haciendo hasta la etapa regional. Son muchas situaciones que se están acomodando, pero es algo que ilusiona mucho. Veo gente en la Secretaría de Deportes con mucho entusiasmo y ganas, gente del deporte que habla el mismo idioma. Creo que es una gran oportunidad, en este caso para el básquet pero también para el deporte en general, de generar algo que para mi es decisivo para llegar a cada uno de los rincones en un país tan grande, que es el valor de la cercanía más lo referencial. Es el gran combo que tiene cualquier desarrollo, que sepan qué es lo que se hace y que los que lo intentan proponer están cerca.

 

-¿Es muy difícil trabajar en esta época formando chicos, pensando quizás en las complicaciones que pueden generar las distracciones que aparecen?

-Seguramente todos tengan diferentes opiniones. En mi corta experiencia veo que si nosotros lo comparamos con la gente de mi edad o algo más jóvenes, el club era algo obligatorio porque no había otra cosa para hacer. Desde ese punto de vista sí, quizás es complicado conseguir eso hoy. Pero por otro lado, yo hice muchas entrevistas con jugadores de mediano nivel hacia arriba para saber cómo son sus días, y me sorprendió mucho con la clase 2000, donde encontré que tenían cuatro horas por día entrenando en el club. A los 15 años, hablar de 20 horas semanales es muy bueno para los estándares internacionales, que obviamente tiene que empezar a crecer para llegar a la época de 17/18 años con 30 horas de entrenamiento. Entre las cosas que busca el PNF está el hecho de ver cómo se organizan esas horas de trabajo. Quiero ser cuidado al hablar de esto, pero me parece que a veces se gasta demasiado tiempo en cuestiones tácticas pensando sólamente en el próximo partido y no tanto tiempo en ser parte, en disfrutar de ser parte de un eslabón de la cadena de formación de un jugador.

 

-¿El pensar en el resultado es la mayor traba que tienen las formativas?

-Hay que ser sinceros, ganar nos gusta a todos. El que te dice lo contrario, miente. Pero a nosotros, a la hora de conducir, nos toca indicar el camino que recorremos para ganar. No tengo ningún tipo de duda que hay que apuntar a mejorar la técnica individual del jugador, a manejar el tema conceptual y a mejorar su físico a estándares internacionales… Y hay muchísima gente en el país preparada para hacerlo. Si entendemos que ese es un camino a recorrer que nos va a llevar a ganar, probablemente nos lleve un poco más de tiempo, pero nos va a llevar a ganar de una manera sólida, para siempre. Además, claro, de estar ayudando a la formación del jugador a punto tal que después puede venir el entrenador que quiera y con la táctica que quiera que ese jugador se va a adaptar porque tiene una cuestión física, técnica y conceptual preparada para cualquier sistema.

Fuente: Leandro Fernández – prensa@cabb.com.ar