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Se entregó uno de los prófugos de la mafia de los contenedores

El jefe de la unidad terminal 5 del Puerto de Buenos Aires, Mauro Del Mastro, se entregó a la Justicia. Era uno de los prófugos de la llamada mafia de los contenedores, la causa que investiga una asociación ilícita destinada a contrabandear mercaderías y destrabar containers bloqueados por los controles aduaneros.

 

El cuñado del exministro Julio De Vido, Claudio Minicelli; Néstor Freda, y Alberto Giacumbo siguen prófugos y tienen pedido de captura ordenado por el juez Marcelo Aguinsky.

 

Uno de los detenidos, Federico Tiscornia, pidió ingresar al régimen de “arrepentido”. También están presos el empresario paraguayo Oldemar Carlos Barreiro Laborda, exdueño de la empresa Lo Jack y Edgardo Paolucci, quien hasta hace dos meses fue una de las máximas autoridades operativas de Aduana.

 

En total, Aguinsky tiene en la mira al cuñado de De Vido y a otros 10 imputados. Una de las pruebas más determinantes en la causa son las escuchas telefónicas donde queda demostrada cómo era la operatoria ilegal. Desde falsificación de formularios informáticos, documentaciones apócrifas y pago de sobornos, hasta el traslado de containers que ya estaban judicializados, todo quedó registrado en los llamados.

 

Según consta en el expediente, se presume que la banda hacía tareas de “liberación o de desbloqueo de contenedores o mercaderías cuyo ingreso a territorio nacional, según se sospecha, habría intentado concretarse entorpeciendo o aun evadiendo íntegramente el control aduanero”.

 

La semana pasada, el juez les tomó declaración a los detenidos. Uno de ellos, Federico Tiscornia, pidió entrar al programa de protección de testigos y declarar bajo el regimen de “arrepentido”.

 

Tiscornia tendría información sustancial que puede ayudar a desentrañar cómo funcionaban las transacciones por las que se cobraba, al menos, 70 mil pesos por contenedor “liberado”. Además, su testimonio apuntaría directamente al cuñado de De Vido, a quien indicó que sería la “mano derecha” de Barreiro Laborda, experto informático y “lobista” de la Aduana.

 

Según el “arrepentido”, Barreiro Laborda le “daba plata para que se la entregara en persona a Del Mastro y a Giacumbo”, que trabajaba en la División Control y Fiscalización Operativa y sigue prófugo.