Se acentúa la bronca en LLA: a Abdala no lo bajan, pero sí le exigen se deshaga de asesores
El Gobierno rechaza desplazar al presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, pero busca ordenar el conflicto por los “más de 15″ asesores que reconoció que tiene. “No podemos seguir echando gente. Fue un error y se va a ordenar, pero la idea es que siga en el espacio”, expresó un funcionario.
El senador reconoció que su personal trabaja en la provincia de San Luis para su proyecto de campaña para llegar a la gobernación en las próximas elecciones. Lo hizo en el programa de TN ¿La ves?.
“Estoy usando mis módulos”, se justificó el legislador de La Libertad Avanza. “Tengo muchos en la provincia”, explicó. Y explicó: “Vienen conmigo y te doy mi palabra de que se van a ir conmigo”. “Muchos de ellos colaboran conmigo dándome ideas sobre lo que sucede en el territorio. Cuando llego a San Luis tengo que interiorizarme, gente que te ayuda con las reuniones”, indicó el legislador.
El Gobierno le está pidiendo a Abdala, para tratar de sacarlo del ojo público, que reorganice su planta de asesores y se deshaga de algunos. Aún no está confirmado si además deberá hacer una declaración pública sobre el tema.
Lo cierto es que sus dichos molestaron mucho internamente porque choca directamente con la narrativa de ajuste que lleva adelante Javier Milei. Sin embargo, reconocen en el Gobierno que no hubo intención de generar daño por parte de Abdala.
Los 72 senadores del Congreso poseen 1131 asesores, según los registros oficiales de cada despacho: mes a mes, esto representa al menos $840 millones en salarios. La cifra en rigor es mucho mayor y difícil de calcular. Según la página oficial, los asesores legislativos son técnicos o profesionales especializados, que deben estudiar, analizar, opinar y aconsejar sobre los casos pedidos por los senadores. Son las figuras que se encargan del trabajo de campo y la redacción de los proyectos que luego se presentan.
Hay dos clases de asesores: los de planta transitoria y lo de planta permanente. Para primeros -que suelen ser los de más confianza- cada senador tiene un presupuesto mensual de $11.676.000. Son 7000 módulos con un valor de $1668 cada uno. El legislador decide cómo repartir ese dinero y no tiene tope de designaciones, es decir, puede nombrar a 10 personas con salarios de más de un millón de pesos o a 20 con sueldos de alrededor de $500.000.