¿La gota que colmó el vaso? Vidal y Rodríguez Larreta decepcionados con Macri
|El pedido de los gobernadores para que el gobierno nacional deje de financiar a la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal empezó a limar la sintonía entre Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
El traspaso de Aysa, las distribuidoras Edenor y Edesur, y los subsidios a las tarifas del transporte significan unos 100.000 millones de pesos, un 25% del ajuste que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La gobernadora está en pánico con el tema y lo que más le preocupa no es el traspaso de Aysa ni el de las empresas distribuidoras de energía. El punto nodal de las preocupaciones pasa por el transporte.
Según pudo saber LPO, los subsidios destinados al financiamiento de la tarifa tanto en la provincia como en la ciudad representan unos 60.000 millones de pesos.
Quien disparó el tema fue el cordobés Juan Schiaretti, quien elaboró un estudio en el que muestra que, a través de la SUBE, los porteños y bonaerenses reciben del Estado nacional el 96,4% del beneficio, mientras que el resto de las provincias recibe el 3,51%.
Vidal está frustrada con el tema. “Acá ningún esfuerzo alcanza”, suele decir en las reuniones de gabinete y en la mesa chica del gobierno nacional, espacio que integra junto a Marcos Peña, Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y Rodríguez Larreta. Desde su entorno creen que es un mensaje a mismísimo Presidente.
El razonamiento de la Gobernadora se apuntala en los logros de los primeros dos años de gobierno en los que se consiguió un acuerdo por el fondo del Conurbano por el que la provincia recibirá unos 40.000 millones que le permitirán estar más cerca del equilibrio fiscal. Sin embargo, como contracara ahora reciben un problema mucho más grave y a instancias del propio gobierno nacional.
Todo ocurre en momentos en que el Fondo del Conurbano le permitía a la provincia un oxígeno que hace años no tenía. Vidal analiza que de concretarse el pase de las distribuidoras, el transporte y Aysa, encarará un segundo mandato en una situación peor que la de 2015. Esta situación está empezando a generar roces entre La Plata y la Rosada.
Con el apoyo de la oposición
Vidal apela a lo que más sabe: la política. Por eso ya le pidió a los intendentes que salgan a defender a la provincia y se planten frente al traspaso de los costos de esos servicios.
Quien tomó el pedido de Vidal fue Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) que hoy salió a cuestionar el traspaso de Aysa. “Es una irresponsabilidad absoluta generar esta transición sin un esquema de recursos claros para hacer frente a las inversiones que requiere el servicio”, dijo el intendente a Infobae.
Pero Vidal cree que algunos intendentes del PJ celebran este escenario y que por eso no tomaron una postura pública. Es que en rigor, hasta ahora sólo Insaurralde salió fuerte contra el traspaso.
Para Rodríguez Larreta, la salida también va por ese lado: que la oposición sea una especie de ariete contra la jugada de Macri de avanzar con los traspasos.
Por caso, esta decisión explica el hermetismo de la reunión que Vidal, Rodríguez Larreta y Sergio Massa tuvieron días atrás en la parrilla La Brigada de San Telmo. Un encuentro desmentido desde todos los sectores.
La reflexión que hacen tanto desde la provincia como desde la ciudad de Buenos Aires es que el principal problema no está en la oposición -donde tanto Vidal como Larreta tienen acuerdos aceitados para gobernar- sino en Macri y Nicolás Dujovne.
En cuanto a Aysa, la empresa de aguas y saneamiento representará para la provincia unos 15.000 millones de pesos y para la Ciudad unos 7.000 millones.
En tanto, las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur, desde el gobierno hablan de un conflicto más político que económico. Es que hasta ahora el costo político lo pagó el Presidente con varios tarifazos que fueron mellando su imagen pública. De transferir esas empresas a la órbita provincial y porteña, será Vidal y Rodríguez Larreta quienes deberán hacer los anuncios y pagar el costo.