Schiavoni entregó un prendedor de “no me olvides” a Urribarri
En el acto oficial organizado por el Partido Justicialista, el intendente nogoyaense Faustino Schiavoni entregó un prendedor de “no me olvides” al gobernador de la provincia, Sergio Urribarri, argumentando que “esa flor de no me olvides, supo ser portada en la solapa por compañeros de la “resistencia” y así, era obsequiada a quienes más allá de coincidencias, representaban los valores del buen compañero”.
Schiavoni comenzó por excusar al presidente del PJ, José Cáceres, quien por cuestiones de salud no pudo estar presente en el acto oficial del PJ, lo mismo que el compañero Calos Scelzi, “que tal vez por los años, no pudo salir a horario”.
“Para que no creamos que la historia comenzó con nosotros. Para que no olvidemos. Tal vez, por aquello de que “peronista se nace” o que “el peronismo es un sentimiento”, lo cierto es que dedicamos poco tiempo a la formación de nuestros compañeros.
Generalmente cuando nos va mal, apelamos con nostalgia y emotividad al discurso de la viejas luchas plagadas de actos heroicos, y cuando nos va bien, nos suele llevar demasiado tiempo el ver como “jodemos” a quienes hasta ayer eran los “compañeros del movimiento”.
Pero debemos siempre apelar al sostenimiento de valores permanentes. Un peronista debe ser orgulloso y enfrentar con dignidad cualquier circunstancia que le imponga la vida, no es un peronista quien no sea capaz de ser un buen amigo, de jugarse por la verdad. Alegría y coraje son atributos del buen militante, solidario es su corazón y firmes sus convicciones.
Estas razones me han llevado a recordar “esa flor de nomeolvides” que supo ser portada en la solapa por compañeros de la “resistencia” y asi, obsequiarla a quienes más allá de coincidencias, representen los valores del buen compañero.
De allí, estas líneas en homenaje a quienes ofrendaron su vida, siendo ejemplos de dignidad, de militancia, e inspiración de los mejores sentimientos: los compañeros “de la resistencia”.
Sentimientos recreados por la portación de una flor de nomeolvides en la solapa del saco-se me antoja gris y raído-, el de todos los días.
Cuentan que algunos la hacían de paño lenci, que alguien la recogió y la hizo hacer de metal; y que un día yo también tuve la suerte de recibirla de una antigua compañera y hoy la conservo con mucho amor y orgullo luego de haberla hecho reproducir para ofrendarla, para que no se olvide.
Pues bien compañero, si se te ha ocurrido portar esta flor y estás dispuesto a hacerlo, es un acto de amor, de responsabilidad, una decisión de hacerse cargo, como hacemos los peronistas”.