Salud es un volcán a punto de estallar
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- No es la primera vez que hablamos del rol del Estado en materia de Salud. Nos preocupa lo que viene ocurriendo en distintas esferas de una Cartera trascendente. Y de modo esencial nos inquieta pues conocemos las buenas intenciones de un ministro que ha sabido captar la atención del vecino entrerriano con una labor elogiable al frente del Ministerio de Desarrollo. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de su otro compromiso, en especial al no poder controlar una pesada herencia, reordenar un déficit profesional notable en todas las áreas, y desactivar drásticamente una estructura operativa con negligencias por incapacidad, carencias orgánicas o conductas espurias.
El celular de Carlos Ramos suena y suena… O de repente, luce apagado. Tratamos de ubicarlo. No nos equivocamos de número (termina en 032…). Lo hemos cotejado con amigos íntimos del ministro, y hemos cosechado en forma unánime la frase: “Carlitos podría al menos devolver el llamado, el mensaje. Algo le pasa…”. O sea… No es que no atiende a Cuestión Entrerriana. Y eso sí nos alivia.
Es paradójico… Ramos ha exhibido pleno desvelo en lo inherente a estar en contacto con las necesidades del ciudadano y promover el progreso de pequeños emprendedores a partir de un abordaje sólido de su responsabilidad como ministro de Desarrollo.
No se le puede discutir su tacto en la coordinación de políticas sociales, economía social, organización y capacitación, gestión y articulación de acciones, políticas alimentarias, todo ello a partir de una marcada búsqueda de equidad territorial y de plena justicia social.
El ministro de Desarrollo ha logrado orientar, programar, promover, coordinar, ordenar y fiscalizar acciones tendientes a la promoción y protección de la familia, la sociedad civil y las organizaciones de la comunidad, en especial a los sectores comunitarios vulnerables o en riesgo social, compenetrado en el diseño, aplicación y evaluación de políticas para la promoción del desarrollo local con integración regional, favoreciendo la plena inclusión de las comunidades y los actores sociales, y revalorizando el territorio y las economías regionales.
Si bien nos quedan dudas acerca de la coordinación del acceso al crédito destinado a los emprendimientos de los grupos con menores recursos económicos, apoyando su articulación con los demás sectores de la sociedad, o el promover desde subsidios, créditos y políticas de gestión, el financiamiento de proyectos de inversión social, en Localidades y Municipios de extrema pobreza, que den respuesta a las necesidades más apremiantes de la comunidad gestionando convenios para la provisión de fondos con las Provincias o Municipios, ha esgrimido una loable conducta en cuando a la elaboración de políticas de formación, capacitación y asistencia técnica, a fin de fortalecer la gestión social a través de la capacidad de gestión de los actores sociales, fomentando espacios de intercambio y cooperación de saberes.
La Salud, Talón de Aquiles
La importancia estratégica de las funciones esenciales de salud pública (tales como vigilancia, monitoreo y promoción de la salud) radica en la generación, por parte del sistema de salud, de una respuesta efectiva, eficiente y de calidad a intereses colectivos en materia de salud.
Las funciones esenciales de salud pública que atraviesan el desempeño de los programas priorizados de salud pública deberían ser:
– Evaluación de la situación y las tendencias de salud provinciales y de sus factores determinantes, con atención a las desigualdades existentes entre los distintos grupos.
– Manejo de estadísticas vitales y de la situación de grupos de riesgo.
– Generación de información para la evaluación de desempeño de los servicios.
– Identificación de recursos disponibles que puedan mejorar la promoción de la salud y la calidad de vida.
– Desarrollo de la tecnología para el manejo y difusión de la información.
– Definición y desarrollo de mecanismos de evaluación de la calidad.
– Capacidad para llevar a cabo la investigación y vigilancia de brotes epidémicos y los modelos de presentación de enfermedades transmisibles y no transmisibles, factores de comportamiento, accidentes y exposición a sustancias tóxicas o agentes ambientales perjudiciales para la salud.
– Desarrollo de infraestructura apropiada para conducir la realización de análisis e investigación epidemiológica en general.
– Instalación y apoyo a laboratorios capaces de realizar análisis rápidos y de procesar un alto volumen de pruebas para la identificación y el control de nuevas amenazas.
– Desarrollo de programas activos de vigilancia epidemiológica y control de enfermedades infecciosas.
– Fomento de los cambios en los modos de vida y en las condiciones del entorno para impulsar el desarrollo de una cultura de la salud.
– Fortalecimiento de alianzas intersectoriales para hacer más eficaces las acciones de promoción.
– Evaluación del impacto en la salud de las políticas públicas.
– Desarrollo de acciones educativas y de comunicación dirigidas a promover modos de vida, comportamientos y ambientes saludables.
– Reorientación de los servicios de salud con el fin de desarrollar modelos de atención que favorezcan la promoción.
– Definición de objetivos de salud pública en todos los niveles, que sean medibles y congruentes con un marco de valores que promueva la igualdad.
– Desarrollo, seguimiento y evaluación de las decisiones de política sanitaria a través de un proceso participativo coherente con el contexto político y económico en el que se desarrollan.
– Capacidad institucional para la gestión de los sistemas de salud pública, con especial interés en los procesos de construcción, ejecución y evaluación de iniciativas dirigidas a resolver los problemas de salud de la población.
– Desarrollo de competencias para la adopción de decisiones, basadas en pruebas que incorporen su planificación y evaluación, la capacidad de liderazgo y de comunicación eficaz, el desarrollo organizativo y la gestión de los recursos.
– Capacidad para generar nuevas leyes y reglamentos dirigidos a fomentar el desarrollo de entornos saludables.
– Promoción de la equidad en el acceso efectivo de todos los ciudadanos a los servicios de salud.
– Desarrollo de acciones dirigidas a superar obstáculos de acceso a las intervenciones y a facilitar la vinculación de grupos vulnerables a los servicios de salud.
– Educación, capacitación y evaluación del personal con el fin de prepararlos para identificar las necesidades, enfrentarse eficazmente a los problemas prioritarios de la salud pública y evaluar adecuadamente las acciones en materia de salud pública.
Pocos, muy pocos de estos puntos están controlados adecuadamente en Entre Ríos, en especial, en la “Entre Ríos Profunda” de la cual tanto se llenan la boca nuestros gobernantes.
Digamos que es la gran deuda de la Gestión Ramos. O en realidad, es la gran deuda que él heredó y no supo o no pudo hasta hoy transformarla en superávit o como mínimo en EQUILIBRIO.
¿Sabrá Ramos cuántos médicos desde hace muchos años se desempeñan con adscripciones, sin cobrar salario alguno?
¿Sabrá Ramos que en la mayoría de los nosocomios del Estado, hospitales, centros de salud, salas de primeros auxilios los consultorios funcionan en horario comercial y las guardias lucen atiborradas de pacientes, con médicos y enfermeros que no dan abasto ni se sienten motivados o impulsados a cumplimentar su juramento hipocrático por las condiciones en las cuales desarrollan sus deberes?
¿Sabrá Ramos que hay ciudades importantes de la provincia en las cuales no se cuenta con gastroenterólogos, neonatólogos, parteras, anestesistas?
¿Sabrá Ramos que es cada vez más notoria la falta de insumos en los efectores como se agrava la situación de precariedad de instrumental y aparatología tecnológica o hasta de riesgos por deficiencias edilicias críticas o falta rotunda de mantenimiento?
¿Sabrá Ramos que se siguen postergando operaciones, intervenciones quirúrgicas en forma cada vez más evidente por quirófanos en condiciones poco ideales, o sobre todo por falta de prótesis para operaciones de suma complejidad?
¿Sabrá Ramos que se dilatan intervenciones, o se suspenden, por concurrencia urgencia de heridos en accidentes de motos, por heridos en riñas de todo calibre y/o proporciones, por intoxicados de alcohol y drogas?
¿Sabrá Ramos que las ambulancias tienen graves inconvenientes mecánicos o cuando van en busca de heridos suelen no portar médicos y sí enfermeros o camilleros?
¿Sabrá Ramos que médicos, enfermeros, camilleros suelen ser amenazados de muerte por la falta de Seguridad adecuada en los efectores?
¿Sabrá Ramos que las estadísticas no condicen con la realidad, quizás por trabajos de campo precarios o sin el rigor ideal?
¿Sabrá Ramos cuántos médicos y enfermeros hay en hospitales que trabajan con verdadera vocación y no se los reconoce debidamente? O viceversa… ¿Sabrá Ramos cuántos médicos hay que realizan atención primaria en los nosocomios Públicos y los derivan a sus consultorios o clínicas Privadas?
No basta con hacer hospitales, sino que hay que lograr que en los existentes se pueda trabajar bien, y eso es un saldo pendiente de la Gestión Oficial más allá de las indudables buenas intenciones de Urribarri. No hay evidentemente un recurso humano formado en función de un plan estratégico, que vincule recursos humanos con estructura.
Falta de recursos humanos, falta de médicos especialistas en distintas áreas, falta de enfermeros especializados, falta de equipamiento, malas condiciones de instalaciones figuran entre las principales quejas de los usuarios de la red sanitaria pública entrerriana.
Ramos debería salir a la palestra y exponer cuál es la razón de tan delicada coyuntura, Explicar si la raíz del problema está en limitaciones presupuestarias, mala gestión, o qué.
¿Faltan médicos en el país? ¿Faltan médicos en la provincia? La respuesta es NO. Están mal destinados y los facultativos saben que el sistema público no conviene para nada viendo lo que ha pasado con sus antecesores.
El plantel de profesionales se sigue achicando por falta de presupuesto, y los médicos, enfermeras y personal de mantenimiento que hay no dan abasto para atender la alta demanda de la población, que colma las salas de espera de los hospitales a lo largo y a lo ancho de la provincia.
Además, los bajos sueldos atentan contra la excelencia médica en los nosocomios públicos, ya que hacen que los profesionales se dediquen más a la atención privada que a la pública, lo que pone en serias deficiencias de competencia entre ambas.
Pero lo que sí está en discusión en estos momentos es saber cuánta es la importancia que le dan los políticos a la Salud no solo en Entre Ríos sino en todo nuestro país, ya que en momentos de campaña todos hablan y ofrecen proyectos de cómo van a mejorar la atención sanitaria de los argentinos, pero una vez llegados al poder parecen olvidarse de sus palabras y la Salud sigue siendo una enorme deuda gubernamental, como la Educación.
Daría la sensación, la impresión que los políticos dan la espalda hacia la situación que tienen que padecer cientos de miles de entrerrianos diariamente en los nosocomios públicos, y hacen muy buenos discursos de campaña en los que prometen soluciones rápidas a los problemas de salud, pero que una vez que llegan al poder, se olvidan de lo prometido y comienzan una nueva etapa de excusas que sólo sirven para seguir empeorando el deteriorado y decadente sistema sanitario provincial.
Sólo con una fuerte política de Estado que tienda al mejoramiento gradual y sustancial de los hospitales públicos, que lleve a un mejoramiento de las condiciones edilicias y laborales, que procure atender las causas y no que atienda los hechos consumados, el sistema de Salud argentino podrá volver a recuperar la excelencia que supo tener en una época, y evitar que se siga cayendo en el desgaste y deterioro de las últimas décadas.
Ramos no debería seguir callado. Este progresivo detrimento, es el resultado de un proceso de abandono de décadas por la negligencia de los sucesivos gobiernos en la defensa de la sanidad pública en beneficio de las coberturas privadas.
Estamos convencidos, conociéndolo, y viendo su gestión en Desarrollo, que puede hacer MUCHO MÁS por la Salud entrerriana.
¿Dónde debe empezar para éste cambio? En que no haya más profesionales de la medicina adscriptos, sin designación formal, sin concursos, sin percibir salarios, sin horarios predefinidos;
-en que no haya tantos enfermeros auxiliares y sí enfermeros profesionalizados a partir de una férrea capacitación en lo técnico y sobre todo en lo humano;
-por ende en modificar el grado de inversión en recursos humanos;
-en corregir los porcentuales de presencia de médicos especialistas en distintas áreas; en renovar instalaciones precarias;
-en transformar el egreso por adquisición de insumos, prótesis, equipamiento, tecnología diversa.
Hablando de Administración Central y Programas… ¿Sabrá Ramos cuántos empleados enquistados hay en el Estado que hacen todo por INERCIA, sin la más mínima reflexión o poder de discernimiento y solo aceptando órdenes, algunas de ellas controvertidas, o están aquellos que “camaleónicamente” fueron mutando sus colores partidarios o simpatías con el jefe de turno en una muestra categórica de execrable falsedad?
¿Sabrá Ramos cuántos empleados/empleadas fieles, leales, gestionan permanentemente en favor de la gente y no se los reconoce apropiadamente o hasta se los relega por personal incapaz pero MILITANTE o de “ABSOLUTA CONFIANZA”?
¿Sabrá Ramos que hay funcionarios que controlan de modo persecutorio a personal a su cargo y permiten que otros de su confianza hagan lo que quieran, ocurriendo lo mismo hasta con profesionales de la Salud que SÍ COBRAN y no asisten a los nosocomios públicos dónde están designados?
Por último, ¿sabrá Ramos cuántos funcionarios de alto rango son REALMENTE rectos, nobles, evidencian FIDELIDAD en sus gestiones?
Ramos ha calificado positivamente en su rol como ministro de Desarrollo. Está concluyendo la gestión, quedan menos de 5 meses. Si no da un brusco giro y deja al menos una BÁSICA IMPRONTA, un SELLO REGISTRADO, su tarea en ésta Cartera concluirá sin pena, sin gloria y con cuestionamientos cada vez más remarcados.
¿No será un buen momento para que atienda el teléfono y escuche con atención todo lo que muchos amigos, afectos, aprecios desean decirle solo por su bien?