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SADRA Básquet desembarca fuerte en provincias y profundiza inserción en AdC y CABB

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- El Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA) desde hace algunos años da su fianza para que la Asociación Argentina de Árbitros de Basquetbol exhiba aval sólido en la mesa de negociaciones con los dirigentes de la Asociación de Clubes y ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, esencialmente en lo inherente a acuerdo salarial para que los jueces puedan tener convenidos -previo a cada temporada- los honorarios arbitrales de Categorías A y TNA. No obstante, una rara particularidad enmarca este acuerdo.

 

Tal vez la memoria nos falle y el arrastre sea de varias temporadas más atrás, pero allá por septiembre de 2007, se habló muy fuerte sobre la OBLIGACIÓN de blanquear el trabajo de los árbitros. Por aquellos años, Guillermo Marconi, capo del SADRA influyó en el pacto.

 

Quizás los años nos jueguen en contra y sinceramente no tuvimos tiempo de recurrir a los archivos, pero sí recordamos la postura de la AdC en lo concomitante a amenazar con traer jueces uruguayos demostrando un manejo político controvertido, aliándose con la CABB.

El tono de los árbitros fue conciliador pese a la presión de la Asociación de Clubes y la AdC ganó la pulseada en cuanto a seguir postergando el blanqueo laboral y por consiguiente el reconocimiento a todos los años de trabajo de cada árbitro como si estuvieran en relación de dependencia.

 

Ante el Ministerio de Trabajo -en carácter conciliatorio-, comenzó a tallar el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA), desde donde se dijo “¿Si el fútbol se adhiere a un convenio colectivo, por qué el básquet no? Debe concertarse un marco de regulación jurídica totalmente garantizado”, palabras más… palabras menos…

 

Y desde dicha agremiación no exageraban… La mayoría de las actividades por esos años lucían una regulación a través de un convenio colectivo de trabajo o por un marco de actividad gremial que el sindicato justamente lo cubre y precisamente insertados en un marco regulatorio no hay otra alternativa que no sea el SADRA pues la Asociación Argentina de Árbitros de Básquet no es un gremio, es una asociación civil, es como si fuera un club, de tal manera no puede tener negociaciones paritarias en el marco del Ministerio de Trabajo justamente porque no tiene la autorización de esa Cartera como si la tiene el SADRA para negociar estas cosas.

 

Y por esos días, también desde el SADRA reconocían que “solo se puede regular de hoy para adelante, pero no de hoy para atrás”.

 

Uno o dos años después, lamentamos nuestra fragilidad de memoria, nuevamente por el mismo dilema, se sentaron a la mesa deliberativa como partes intervinientes el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina y Asociación de Clubes de Básquetbol, compareciendo ambas entidades ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social – Dirección Nacional de Relaciones de Trabajo y miembros integrantes de la Comisión Paritaria Constitutiva de la Convención Colectiva de Trabajo.

 

Eduardo Bazzi, en representación de la Asociación de Clubes de Básquetbol y Guillermo E. Marconi, secretario General del SADRA, presidieron la negociación refrendando el acta en la que se constaron diversas cláusulas comprendiendo a todos los árbitros de básquetbol que en carácter de tales actúen en LNB, TNA y por ese entonces Liga B, aún “en poder” de la AdC.

 

Así, la Asociación de Clubes de Básquetbol concertó con el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina, a nivel nacional, los honorarios, viáticos y gastos de traslados correspondientes, a los partidos de la Liga Nacional de Básquetbol Torneo Súper Ocho, Copa Argentina, Temporada Categoría “A”, Torneo Nacional de Ascenso y Torneo de Categoría “B”.

 

Y hete aquí una peculiaridad. Por esos tiempos de acuerdos, la Asociación de Clubes de Básquetbol procedería a retener a sus árbitros oficiales afiliados a SADRA, las cuotas sindicales ordinarias y/o extraordinaria dispuestas por el Congreso Nacional de dicho Sindicato, en forma mensual y procediendo a su depósito a cuenta y orden de la organización.

A tal efecto el SADRA debería comunicar de modo fehaciente a la AdC la nómina de árbitros afiliados y monto de la retención a efectuarse mensualmente por su parte.

 

Asimismo, el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina por medio de su Consejo Directivo Nacional designaría un representante de la misma ante a Asociación de Clubes de Básquet a efectos de participar en todo aquello que tenga relación con la actuación de árbitros oficiales.

 

Quedaba claro que la Asociación de Clubes de Básquetbol reconocía al Sindicato de Árbitros de la República Argentina como la única entidad representativa de los árbitros oficiales de LNB, TNA y Liga B.

Poco a poco, todo diligenciamiento de ésta índole quedó sumergido en aguas poco claras, confusas, en especial por la particularidad que ningún árbitro de la AAAB se enrolaba en el SADRA y NO SE CUMPLÍA con la puesta en funcionamiento de la Escuela Nacional de Árbitros del Sindicato bajo apoyatura de los jueces de la AAAB que daban la impresión de tirar la pelota atrás de la baranda.

 

La escasa claridad se remarcó hace pocos años (2 o 3 no podemos especificar hoy, pero prometemos ser más cabales en próxima nota), cuando autoridades de FeBAMBA y SADRA (Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina) se reunieron para establecer un convenio de colaboración y  cooperación institucional.

 

Estuvieron presentes Sergio Pezzotta, secretario general de la sección Santa Fe del SADRA y secretario gremial a nivel nacional, Miguel Ángel Celi, secretario gremial de la sección Santa Fe, Leonardo Minervini, vicepresidente de FeBAMBA, y Daniel Wolanik, abogado de FeBAMBA.

 

El cónclave se encuadraba coincidentemente con el lanzamiento de la Seccional Capital Federal del SADRA, en cuanto a la rama árbitros de básquetbol. Sonó fuerte por esos días el nombre de Carlos Presas como capacitador de lo que se pretendía gestar, una nueva Escuela de Árbitros. La palabra CAPACITACIÓN era clave.

 

Ya en el 2012 recrudecieron los conflictos y se intensificaron las negociaciones con cada parte defendiendo sus posturas, lo cual estancaba la resolución por las cifras manejadas, explicando la dirigencia que con tanta exigencia por parte de los árbitros ellos representaban un costo fijo cada vez más complicado de absorber.

 

Desde la otra parte, meditaban  que la AdC siempre fija el arancel al comienzo de la temporada, pero como la Liga abarca dos años distintos, cuando se hacen los ajustes salariales en nuestro país los árbitros siempre terminan un año atrás, amén de su dedicación full time a lo largo de ocho meses y la coyuntura a nivel impositivo.

 

Sobre ello, cabe destacar que los árbitros invocaban que “la AFIP no va a ir contra la AdC va a venir contra nosotros”

Ya con ese microclima denso, el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina (SADRA) manifestaba tener varios árbitros de básquet afiliados a disposición de la Liga Nacional.

 

¿Y ahora….?

 

Buena pregunta… A fines de septiembre, una vez se sentaron a negociar en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, ante autoridades de la Dirección Nacional de Relaciones del Trabajo, Departamento de Relaciones Laborales N° 3, Sergio Pezzotta, en su carácter de apoderado y secretario del SADRA, y Pedro Daniel Wolanik, asesor legal de la Asociación de Clubes de Basquetbol.

 

Para abrir la temporada 2014/2015 se acordó un incremento del 15 % de los honorarios a partir del 1° de julio y hasta el 31 de diciembre de este año; mientras que desde enero del 2015 se incrementará otro 15 %, suba de carácter no acumulado.

 

O sea… Para los árbitros de LNB, desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre de 2014, se fijó este arancelamiento:

Categoría A $ 4025

Categoría A1 $ 3392.50

Categoría A2 $ 25878.50

Categoría A3 $ 2300.

Ahora, desde el 1 de enero de 2015, los emolumentos serán:

Categoría A $ 4550

Categoría A1 $ 3835

Categoría A2 $ 2925

Categoría A3 $ 2600

 

Hasta allí, todo bien. Sin embargo, se acentúa una controversia. El SADRA sigue exhortando a los jueces de LNB y TNA a que se afilien al Sindicato pero los nucleados ante la AAAB hacen caso omiso y se configura una enorme contradicción.

Aunque, hay un mensaje ultra condimentado en el acta firmada por la parte empresarial, por la parte sindical y el funcionario del Depto. de Relaciones Laborales en representación ministerial: allí manifiestan que conforme lo acordado años atrás, la AdC procederá a la puesta en funcionamiento de la Escuela de Árbitros Nacionales del SADRA durante el desarrollo de la presente temporada.

 

¿Se viene la revolución?

 

Y hete aquí que comienzan a tallar las filiales del Interior, como por ejemplo en la provincia de Santa Fe, con afiliados de Asociaciones como la del Oeste Santafesino, Venadense, Cañadense y Rosarina, estas dos últimas de las más entusiastas con voluntariosos jueces inquietos por propender a la capacitación y/o perfeccionamiento, de hecho que en éstas últimas horas se llevó a cabo una Clínica dirigida por el ex juez FIBA y uno de los mejores docentes del país en la materia, el mendocino Claudio Vaisman.

 

Además, en Capital Federal sigue creciendo la matriculación de árbitros al SADRA en tanto que en Mendoza ya hay un grupo de 4 jueces que vienen bregando por contagiar a un resto muy enquistado en la “Vieja Escuela” de árbitros bajo el ala de Mario Aluz y Juan Quesada, junto al respaldo de Ricardo Oyarce, presidente de la Federación mendocina.

 

La noticia que sacudió nuestra Redacción se vincula a que en las próximas horas podría comenzar un cisma en el referato paranaense.

Hay jueces contrarios a continuar bajo liderazgo de Darío Rodríguez, Mariano Atance y Julio Soto. Si bien hay árbitros destacados como Franco Giorello, Martín Tesoro, Ernesto Botazzi y Stella Maris Manzo, que apoyan el ya añejo mandato del trío aludido, más otros jóvenes promesas como Valentín Elena y Florencia Pérez, existiría un microclima disidente en especial con lo relativo a designaciones y hasta trato que se dispensa a un grupo que no se somete a una especie de “apostolado” de quienes conducen la Filial Paraná de la AAAB.

 

Adrián Fonzo, máximo referente del SADRA en Paraná, ya estaría en contacto con algunos jueces de la Región procurando concientizarlos acerca de la trascendencia indiscutible de agremiarse a una estructura sindical fiable, que garantiza la representatividad ante cualquier conflicto o injusticia recaída sobre sus afiliados, pero asimismo tiene por meta una capacitación superadora a la que se promociona desde AAAB con Oscar Sosa a la cabeza y el propio director de la Escuela, Alejandro Amiconi.

 

Por ello, Sergio Pezzotta estaría en la capital de Entre Ríos en una o dos semanas, sobre todo para ratificar esta movida del SADRA, inicialmente tendiente a hacer valer lo acordado ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, e informar sobre el saludable acercamiento del Sindicato a la AdC y a la CABB, lo cual no solo podría implicar un relanzamiento de la Escuela Nacional de Árbitros del SADRA, sino también una profunda investigación de ciertos acontecimientos absolutamente contrapuestos al espíritu del Sindicato, en perjuicio de colegas que han sido y siguen siendo discriminados en ciertas provincias con una arbitrariedad preocupante, de hecho que desde el SADRA han comprometido el envío en el día de mañana de documental probatoria de un grave hecho de discriminación en Paraná contra árbitros santafesinos.

 

La movida sería tan pero tan profunda que amenaza con provocar sensibles cambios como por ejemplo en la Comisión Técnica de la Asociación.

El punto fundamental reside en que, sin la mediación o intervención del SADRA ante el Ministerio de Trabajo, ya no habría más paritarias o simples negociaciones con el formal aval pertinente.

Por lo cual, de persistir la AAAB en su intransigente postura, los jueces de LNB, TNA y TFB se quedarían sin respaldo legal y la ruptura podría conllevar a una escisión alarmante que podría traer aparejado insospechables efectos para el básquet argentino, sobre todo para la competencia profesional.