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Rulli, Pezzella y De Paul las calificaciones más altas en la pileta venezolana

La selección argentina pasó por Maturín y, aunque cosechó un empate que le permite seguir cómodo en la cima de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026, quedó la sensación que algo más podría haberse llevado si el campo de juego hubiese estado en óptimas condiciones. Volvió Messi y cumplió. Rulli, Pezzella y De Paul las notas más altas.

Sin dudas que Argentina fue la más perjudicada en el patético campo de juego venezolano. La selecciona campeona del mundo tiró destellos para imaginar que en una cancha dinámica podía desnivelar hasta con facilidad, no por menoscabar a los locales, pero en el balance de talentos, indiscutiblemente la Albiceleste cuenta con mayor virtuosismo y una disciplina táctica que le valió las últimas conquistas internacionales y ser el líder continental inobjetablemente.

A lo sumo, hubo singularidades que sufrieron más el estado de la cancha como Lo Celso, Almada, Álvarez y Montiel, las notas más bajas del boletín. Aunque, a la vez, creemnos que Scaloni, otra vez lució confundido a la hora de los cambios y “durmió” demasiado con los ingresos de Paredes y en especial de Lautaro Martínez. 

El uno x uno

Gerónimo Rulli (7): El arquero del Olympique de Marsella no desaprovechó la oportunidad de mostrarse en el arco de la Selección ante la suspensión de la FIFA contra Emiliano Dibu Martínez. Con una cancha difícil y la pelota mojada, el platense se mostró seguro en el primer tiempo, no dio rebotes y siempre estuvo bien parado. En el segundo tiempo, tuvo una atajada de clase mundial ante un cabezazo de Yangel Herrera. Poco pudo hacer en el gol de Rondón. No califica mejor porque le costó bastante la salida con los pies.

Nahuel Molina (6): Arrancó como lateral derecho y después pasó a la mitad de la cancha. En ambas funciones tuvo un rendimiento correcto. Primero anuló a Yeferson Soteldo y después se acopló bien al ataque. Lógicamente, su despliegue y el estado pesado la cancha ocasionó que concluya exhausto.

Germán Pezzella (7): Otro punto alto. Le tocó la más complicada: marcar a Salomón Rondón y le ganó el duelo con claridad tanto de arriba como en los uno contra uno. Llegaba tocado por la microfractura en la mandíbula, pero Scaloni apostó por él para reemplazar al Cuti Romero e hizo que al cordobés no se lo extrañara.

Nicolás Otamendi (6): El defensor marcó el 1-0 parcial en Maturín tras capturar un rebote en el área rival y lleva tres gritos en las Eliminatorias que ya valieron 7 puntos. Tuvo un buen partido en líneas generales, pero no califica mejor pues otra vez falló “en las alturas” ante rivales de mayor porte (gol de Salomón Rondón).

Nicolás Tagliafico (6): Otro que había faltado en las dos fechas anteriores (Chile y Colombia) por no llegar al 100 desde lo físico. En un campo de juego pesado, cerró su lateral ante Jefferson Savarino. Pasó poco al ataque y cuando lo hizo, fue uno a los que más le costó crear acciones ofensivas precisas por el estado del césped.

Rodrigo De Paul (7): El más destacado de la mitad de la cancha. El volante ex Racing se acomodó bien a pesar de que las condiciones del campo de juego atentaban contra sus virtudes. De todas maneras, se las arregló para ser el “motor” del equipo y metió un pase entre líneas en el segundo tiempo para dejar mano a mano a Messi. Clave. Otra vez, el “motorcito”, el “pulmón” de la selección. Notable su esfuerzo. Titánico.

Enzo Fernández (6): Le costó acomodarse en el primer tiempo en el lodazal, pero levantó su nivel en el complemento, cuando la cancha ya estaba menos cargada de agua. Aportó su capacidad física para relevar a sus compañeros y siempre intentó jugar. Como a Tagliafico, le costó en demasía dar buenos pases o proyectarse.

Giovani Lo Celso (5): El más perjudicado por el campo de juego. Al zurdo del Betis -que venía en racha goleadora en España- el agua le jugó una mala pasada y no se vio su juego prolijo y a ras del piso. Hasta pudo ser expulsado por la tendencia agresiva a ir al cuerpo antes que a la pelota. Voluntad le sobró por eso la nota no es más baja.

Thiago Almada (5): Otro complicado con el mal desplazamiento de la pelota. El ex Vélez y de gran presente en el Botafogo -semifinalista de la Libertadores- no pudo imponer su gambeta. Jugó sobre la izquierda como volante ofensivo, pero no logró desbordar. Era la gran apuesta de Scaloni para reemplazar a Nicolás González, uno de los lesionados, pero estuvo lejos de su mejor nivel.

Julián Álvarez (5): Jugó de 9, en el centro del ataque. El cordobés se diluyó entre los centrales venezolanos, que lo marcaron bien. Cuando salió a jugar, le costó imponer su ritmo por las lagunas que había en varios sectores donde la pelota se frenaba. Aportó la presión y el desgaste físico de siempre. No contó con situaciones netas de gol.

Lionel Messi (6): Pedirle más en ese bañado es ser injusto. El capitán argentino reapareció en el equipo después de la lesión en la final de la Copa América, el 14 de julio, y se mostró en forma. Fue dueño del equipo, como siempre y mostró pinceladas de su talento. Tuvo en sus pies el triunfo, pero el arquero Romo le ganó el mano a mano tras un pase mágico de De Paul.

Gonzalo Montiel (5): El lateral entró por Almada para cerrar el lateral derecho y liberar a Molina. Pasó bien al ataque, pero se durmió en el gol de Venezuela. Soteldo lo dejó parado con una gambeta y envió el centro para el gol de cabeza de Rondón. Falló en el momento clave y Argentina perdió dos puntos.

Leonardo Balerdi (6): El central izquierdo formado en Boca y de gran presente en Olympique de Marsella entró bien y se pudo mostrar en un partido oficial (el tercero que disputa, apenas). Es un proyecto de Scaloni que puede convertirse en una fija. En Venezuela dio una muestra de carácter en un momento complejo cuando se agrandó Venezuela.

Leandro Paredes y Lautaro Martínez no pueden ser calificados por una postura de Scaloni que se viene repitiendo: la de pénsar y repensar a quién poner para variar circunstancias o trámites de juegos. Estuvieron pocos minutos en el chiquero venezolano.

 

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