Ribeiro pidió el proceso preventivo de crisis
|La fuerte crisis que vive el consumo continúa alentando a más empresas a pedir al Gobierno el procedimiento preventivo de crisis. Esta vez, fue la cadena de venta de electrodomésticos Minicuotas Ribeiro, que inició hoy ante la Secretaría de Trabajo de la Nación la solicitud para acogerse a ese proceso, previsto en el decreto 328/88. Desde la empresa aseguraron que, a través de ese procedimiento, no tienen previsto cerrar locales ni el despido masivo de empleados.
“Tenemos un diálogo amigable con los gremios, Comercio y Camioneros. También con la Secretaría de Trabajo y decidimos solicitar el procedimiento para acogernos a los beneficios de la ley para poder continuar con el proceso de transformación y modernización que venimos encarando desde hace dos años y mitigar, así, los efectos sobre la empresa en su conjunto del difícil contexto”, comentó Dan Attie, director Comercial de Ribeiro. “En principio no tenemos previsto ni cierre de sucursales ni despidos. Las partes decidimos que el mejor modo de enfrentar la transformación de nuestro negocio era sentarse a negociar, con el aval del Estado”, aclaró.
En la práctica, Ribeiro apunta a acogerse a ciertos beneficios de la ley, como en cargas sociales y en otros otorgados a los gremios, que a través de la negociación puedan “flexibilizarse”, explicó Attie, pero aclaró que no apuntan a una reducción salarial.
El año pasado, la empresa cerró cinco locales en el interior del país, en ciudades donde tenía más de una sucursal (como San Nicolás, Resistencia o Sáenz Peña), para contar solo con uno por plaza, a excepción de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, donde tiene 13, y optimizar el modelo de negocio. “Hubo desvinculaciones de parte del personal de la empresa, pero fue algo paulatino y negociado, no en forma abrupta”, destacó Attie. A nivel país, tiene 1550 empleados y 85 sucursales; además de electrodomésticos y tecnología, vende y financia muebles, bazar, juguetes, máquinas, herramientas, rodados, artículos de camping y regalos, entre otros. En el último tiempo, también sumó la venta de pasajes en micro de larga distancia y asistencia al hogar y a la tercera edad.
“El mercado cayó cerca de un 35% en unidades en lo que va del año. Sólo mejoró cuando hubo eventos digitales, como Hot Sale o Electrofest. Esperamos que ahora mejore un poco el consumo, con los planes Ahora 12, por el impacto de cuotas sin interés y que eso contribuya a continuar con el proceso de transformación de la compañía”, comentó.
En los hechos, la empresa sigue potenciando la venta por Internet, que sigue creciendo fuerte: en mayo, aportó el 27% de la facturación de Ribeiro. “Es una compañía de 109 años; la demanda cambió y la tecnología ofrece grandes avances, generando experiencias de compras más sólidas que en el pasado; permite operar con menos capital de trabajo, con trazabilidad de la mercadería y conocer más a los clientes. Pero esto no quiere decir que cerremos sucursales, porque los locales físicos también se potencian, por ejemplo como puntos de entrega”, explicó Attie.
En su comunicado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la empresa había argumentado su pedido: “La adopción del mencionado procedimiento se debe a circunstancias ajenas a la voluntad de la sociedad, con el fin de tomar una serie de medidas tendientes a adecuar y reestructurar las diferentes estructuras internas de la empresa de manera racional, ordenada y planificada optimizando sus recursos y reduciendo los costos con el objeto de mitigar los efectos que este produce en la sociedad en los tiempos que atraviesa nuestro país en la actualidad”.
Ribeiro nació en 1910, como empresa familiar, en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis, donde comenzó como joyería y relojería. Hoy, la dirección de la empresa está integrada por los miembros de la tercera generación familiar.
En el primer trimestre de este año, la compañía registró una pérdida integral de $ 683,63 millones. En los últimos nueve meses, ese rojo acumula $ 1174,89 millones.
El último balance anual de Ribeiro, al 30 de junio de 2018, da cuenta de una pérdida integral del ejercicio bastante menor: $ 1,22 millones, en 12 meses.