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Raúl Pelorosso, un clon de Campazzo, pero… ¿Necesitaba eso Echagüe?

Echagüe anunció ayer la contratación de Raúl Pelorosso para suplir a Carlos Buemo temporariamente. El joven base de Cañuelas es muy interesante, sin embargo se pone atrás de Jeremías Sandrini y pareciera desplazar a Alejo Cardoso (relevo temporal de Eugenio Zustovich), como restar lierazgo a Lisandro Ruiz Moreno en cuanto a posesión de bola y mandato ofensivo. Ni hablar que se esfuman las posibilidades de paulatino desarrollo de Jero Rosso.

 

Ignacio Barsanti continúa sorprendiendo con decisiones que asombran. Si bien uno sabe que Echagüe tiene un modo particular de distribuir sus recursos en el armado y/o recomposición de sus planteles, con decisiones que atañen a su historia, a su pasado, con administraciones deficitarias o gerencias austeras pero contradictorias, lo que causa estupefacción es haber vuelto fugazmente a Primera y que el paso efímero y en cierto modo lamentable, pareciera haber servido poco

Rápidamente de vuelta en Segunda, con un paupérrimo paso por el Nivel Superior, uno pensó, imaginó, que se armaría una estructura BÁSICAMENTE para competir sin dolores de cabeza y reflotar el tan anhelado propósito de conformar un equipo consustanciado con la ciudad o con la provincia, y potenciar la proyección de chicos desde la Cantera.

 

Poco de ello sucedió. Los tres juveniles no han sumado minutos, Lisandro Ruiz Moreno es el ÚNICO Mayor entrerriano, se contrató un extranjero al cual trajeron al país y hubo problemas para su ingreso/fichaje/visado. Se buscó otro y lo elegido dista de ser lo ideal teniendo en cuenta las características del resto.

Como si el club estuviera maldecido, se lesionó Eugenio Zustovich (apostando fuerte en cubrir la plaza U23 con el formado en Rowing, Alejo Cardoso) y luego Carlos Buemo, ahora sucedido por el cañuelense Raúl Pelorosso.

 

Repasemos… El guía, el “1” es Jeremías Sandrini, pero también se viste de cabecilla Lisandro Ruiz Moreno. Desde el banco está el precitado Cardoso (que tuviera un paso en Sionista como reclutado) y atrás, listo para saltar a la cancha Jerónimo Rosso.

O sea… desde este domingo, Barsanti tendrá 4 bases naturales y uno que por su actitud y virtuosismo se disfraza de “Point Guard” con asiduidad.

 

¿Qué pretende el joven técnico? ¿O desestima a alguno de los tres que estaba y procura limitarlo a Ruiz Moreno de “2”?

Cuando recibimos el comunicado este sábado, pensamos que vendrían luego palabras oficiales de Barsanti explicando la movida, pero no…

 

Se siguen adoptando medidas insólitas con el pretexto que “no hay nada en el mercado”, o “de acuerdo a las arcas del club” y se reafirma “esto es lo que somos y con esto debemos ganar”, suponiendo quizás que los próximos adversarios sean peores que el “Negro” pues así se va derechito a pelear por la retaguardia de la División Centro Norte y ni que hablar después con l Conferencia.

 

Ahora… es el turno del elogio… Pelorosso es un base bajo aunque fuerte para alguien de su estatura. Muy veloz. Puede anotar tanto a pie firme como desde el drible, siendo particularmente efectivo a la salida de los Pick and Rolls.

Su altura y el no tener la mecánica más rápida de tiro, limitan su tiro a media distancia.

 

A la hora de atacar el aro, es difícil de contener, gracias a su velocidad, agresividad y muy buenos instintos ofensivos. Muestra una enorme confianza en sí mismo.

Como definidor, obviamente tiene el problema de su falta de altura, sin embargo, es mucho más efectivo de lo que uno esperaría, debido al control de su cuerpo, capacidad para absorber contacto y creatividad, luciéndose con pases al mejor estilo Facu Campazzo.

 

Muestra una gran visión de cancha y sobresale en las asistencis por partido, beneficiándose por su poder de improvisación y/o repentización, más una confianza a prueba de retos.

La pierde menos de lo que uno esperaría de alguien con su estilo de juego.

 

Crea con el balón en las manos, algo importante para alguien de su edad. Peligrosísimo en el contragolpe.

 

En defensa es un “plaga” para los rivales. Su energía, agresividad y concentración es muy alta y combinado con su velocidad, logra poner mucha presión al contrario, incluso a cancha completa.

No da un centímetro de espacio cuando decide presionar.

Se caracteriza por ser un tiempista y estar atento a la toma de rebotes pese a la talla.

 

Como ven… También brindamos conceptos loables hacia la selección tomada. La cuestión es: ¿si Pelorosso la rompe, qué será de Cardoso, el mismo Zustovich o el pibito Rosso? ¿Sandrini se potenciará o se sentirá incómodo? ¿Le gustaría a Ruiz Moreno tener dentro de su propio plantel a alguien muy parecido en su modo de jugar con la pelota en sus manos?

Pero a la vez… Repasemos… Otra vez: Sandrini-Ruiz Moreno-Gaynor-Cardoso-Rosso-el mismo Varisco que por su peso físico y extrema juventud debe pensar en jugar afuera más allá que se crió “adentro”. Hasta allí el perímetro estricto.

 

¿Y abajo? Coleman (más abierto de “3” que de “4” y por ahora MUY, pero MUY lejos de ser lo que requieren sus compañeros)-García (otro que se tira más de “3” que de “Power forward”)-Cabello (el “4” más puro”)-Barroso (un “5” con notorios chispazos, momentos “de selección” y otros de ostensible intrascendencia)-Rattero (cero minutos para un chico al que le faltan kilos aún para jugar de espaldas al canasto, pese a todo lo bueno que promete).

O sea… ¿Se entiende? Si buscabas un sucesor de Buemo, procurabas un estilo similar, o hasta arriesgabas con dar mayor potencia al juego interno donde, a partir del tipo de foráneo aquirido, se observan flaquezas muy contundentes.

 

Echagüe ya no está para “grandes” desafíos o retos. Con todo lo vivido en Liga y la abrupta vuelta al TNA, es innecesario sufrir o experimentar nuevas frustraciones.

Ojalá que salga bárbaro y el pibe Pelorosso la rompa. Ahora… ¿Y si la rompe? ¿Qué va a pasar con Cardoso, con Buemo, con el mismo Zustovich?

 

Ya es típico… Echagüe, salvo sus números en orden desde hace unos años…, genera más incertidumbre, más angustias, que alegrías. Y el pobre hincha, el sufrido hincha, está harto. Quiere verlo ganador, o al menos que pierda por mérito ajeno y no por concesiones, carencias o defectos propios.