Ramat: “Esto representa una nueva oportunidad para hacer justicia”
|La detención de Carlos Carvallo resonó no sólo en Misiones, donde el locutor supo trabajar durante largos años y gozar de una importante audiencia que lo seguía al otro lado de los micrófonos, sino también en Entre Ríos, donde, en contrapartida, era conocido por su costado más sombrío.
La vinculación de Carvallo con los delitos de lesa humanidad surge a partir de la aparición de su nombre en un listado del Batallón 601 como ‘agente de reunión’ y ‘persona de civil inteligencia que prestó servicios entre 1976 y 1983’. En el documento del Archivo Nacional de la Memoria figura con el nombre de Carlos Luis Gómez Carvallo y se indica que dependía de Santa Fe.
Pero lo más fuerte en su contra se da a partir del testimonio de Manuel Ramat, quien lo sindica en forma directa como uno de los oficiales que en 1976 encabezó el allanamiento en su casa de Paraná, Entre Ríos, y que luego intervino tanto en su detención como en las sesiones de torturas sufridas durante su cautiverio.
El hombre, cuyo hermano fue asesinado por los militares meses antes de su detención, dialogó ayer con El Territorio y calificó a la captura de Carvallo como “una nueva oportunidad para hacer justicia”.
“La detención por un lado transmite la sensación de que de alguna manera esto nos devuelve la confianza hacia el juez que se había comprometido a hacer justicia por este caso y, por otro, la satisfacción de saber que se detuvo a este tipo de persona que había cometido graves delitos durante la época de la dictadura”, señaló al principio de la entrevista telefónica Ramat, que es docente, delegado de ATE y hasta hoy continúa defendiendo de sus ideales y participando constantemente en charlas para los más jóvenes.
Y continuó: “Esto de algún modo representa además una nueva oportunidad para hacer justicia, porque hay muchas personas que aún están desaparecidas o sufriendo por culpa de ese grupo que él -por Carvallo- formaba parte”.
Respecto del tiempo que el ahora detenido permaneció en clandestinidad, Ramat fue contundente: “Él contaba con una evidente protección porque si no, no se explica de qué forma pudo mantenerse tanto tiempo prófugo y menos en una ciudad pequeña, donde se conocen entre todos. Es un razonamiento lógico pensar que contaba con protección porque si no, no podría haberse sostenido así sin trabajo, sin lugar donde acogerse y demás”.
Además, reflexionó en cuanto al hecho de convivir en sociedad con una persona acusada de delitos de lesa humanidad. “Me parece que es un evidente problema el hecho de que una persona que figuraba como agente de la dictadura haya seguido operando en otras provincias y luego hasta haya sido premiado por sus labores en radio, siendo que cargaba con todo esto detrás. Hay una historia oculta que hay que terminar de develar”, puntualizó.
Raúl Ramat, el hermano de Manuel, fue asesinado en Campana, Buenos Aires, en junio de 1976, tras lo cual una brigada irrumpió en la casa de sus familiares en Paraná, Entre Ríos. Allí estaba presente Manuel y aún recuerda ese día.
“El oficial Carvallo”
Recordó brevemente -en el diálogo con El Territorio- ese momento en el que escuchó por primera vez la voz de Carvallo. “Él apareció cuando mi hermano fue asesinado y después vinieron a mi casa a hacer un allanamiento. Ahí él se presentó como el oficial Carvallo”.
El hombre señaló que luego “me llevaron detenido y después me movieron en el baúl de un auto hasta Santa Fe y después de nuevo a Paraná, a la comisaría de El Brete. Ahí cambió violentamente el trato para conmigo y él participaba de los traslados, interrogatorios, torturas y todas las actividades que realizaba ese grupo. Yo lo reconocí a él porque varias veces mencionó su nombre y recuerdo su voz”.
En dicha comisaría, Ramat permaneció más de 40 días en condición de desaparecido, período en el cual fue víctima de sesiones de tortura realizadas en un sótano del lugar, simulacros de fusilamiento e incluso era obligado a escuchar los gritos de otros torturados.
El ex preso político declaró en la cuarta audiencia del juicio de la causa Área Paraná en Entre Ríos y en esa instancia sindicó a Carvallo varias veces como uno de sus secuestradores y torturadores.
“Él (por Carvallo) se presentó como oficial. Estaba a cargo de un grupo de tareas, y participó y dirigió activamente las torturas que recibí (…) Todo el tiempo me decía que se había preparado un año para esto. Que respondía órdenes. Fueron entre 45 y 50 días. Fue muy difícil para mí, pero lo cuento porque es una deuda pendiente hacia los que estuvimos ahí, y hacia los que ya no están”, había dicho Ramat a la prensa tras librarse el pedido de captura en contra del locutor en 2014.
Cuatro años después, Ramat volvió a recordar el calvario sufrido, pero con una sensación distinta. Sabe que Carvallo, por fin, será puesto ante la Justicia para responder por las acusaciones que pesan en su contra.