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¿Qué patología presentaba Varisco imposible de tratar en Paraná?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Cerca de las 18, una ambulancia de alta complejidad privada partió desde la cochera del Sanatorio La Entrerriana, en la cual se trasladó al intendente de Paraná, Sergio Varisco, con destino al edificio central de la Fundación Favaloro, sito en Avda. Belgrano al 1700 de la CABA, donde quedará hospitalizado con el fin de profundizar estudios inherentes a la supuesta patología cardiovascular que motivó su internación primaria en el Hospital Militar y luego en el precitado nosocomio de calle Buenos Aires. Galería de fotos exclusivas.

 

A fines de abril de este año se realizó una histórica intervención coronaria en el Hospital San Martín. Especialistas de nuestra ciudad y un experto de la Fundación Favaloro concretaron una cirugía de vanguardia a través de una técnica utilizada por primera vez en Entre Ríos.

La noticia trascendió en medios nacionales, elogiándose la pericia, la aptitud de los cardiólogos intervencionistas apelándose a flamantes tecnologías.

 

Horas atrás, el intendente de Paraná, Sergio Varisco, fue derivado desde el prestigioso Sanatorio La Entrerriana a la Fundación Favaloro en una ambulancia privada. De modo inevitable surgieron preguntas elementales: ¿Por qué no se dieron precisiones acerca de su estado y todo fue tan hermético? ¿No se confió en la capacidad indiscutible de los galenos locales? ¿Carece la Capital provincial de la aparatología imprescindible?

 

Si su evolución había sido tan favorable, lo cual posibilitó bajarle la medicación; si no había sufrido un infarto agudo de miocardio; si no hubo secuelas; si se trató apropiadamente la arritmia de alta frecuencia y el estado general cardíaco y la mejoría registrada permitió concretar estudios exhaustivos, ¿por qué se apeló a la drástica medida de trasladarlo a Buenos Aires sin aportar un informe pormenorizado acerca del cuadro real del presidente comunal?

 

Fuimos muy enfáticos en reprobar la metodología comunicacional instrumentada desde el primer momento de conocerse la adversa coyuntura atravesada por el presidente comunal paranaense.

Y más allá de la buena voluntad del Dr. Grieve, del médico de Guardia, Lucas Gutiérrez, o la amabilidad del personal de la prestigiosa clínica y la del propio responsable del área de Prensa municipal, Rodolfo Cisilin, faltó una difusión clara, precisa, pormenorizada sobre tan comprometida problemática.

 

Grieve resaltó que Varisco ha estado perfectamente lúcido, habiendo dialogado y poniéndose en conocimiento acerca de cómo se encuentra su corazón y arterias, demostrando un sano interés en revertir la coyuntura “para volver a trabajar con la normalidad imprescindible”.

¿Por qué entonces tan inapelable o irremediable decisión de trasladarlo a la Fundación Favaloro? Entiéndase que es inevitable ingresar en el terreno de la subjetividad.

 

Por ello invitamos a la reflexión relacionando o comparándose este caso con otros de resonancia pública nacional, y reafirmando que esta clase de circunstancias requieren de una coordinación aceitada entre instituciones, para no minimizarse la gravedad del episodio que involucra nada menos que al presidente del Ejecutivo municipal.

 

Es inaudito se siembre un manto de suspicacia, dando lugar a versiones infundadas, a trascendidos sin base científica. Es como que se desconociera que a lo largo y ancho de la ciudad son incalculables las teorías con eco en medios nacionales de envergadura.

Sin datos fidedignos o estrictos, se dio rienda suelta a trascendidos de toda índole.

 

Por ello acentuamos el criterio que no se puede alimentar con divagaciones el imaginario social, y sí debe prevalecer la notificación irrefutable. O sea, la revalidada por los galenos representantes de la entidad médica en la cual fue tratado convenientemente.

 

Con la ausencia de ese parte, las farsas tienden a ramificarse tóxicamente por lo cual la “reserva”, o el secreto derivan en una incógnita discordante.

Ni siquiera en la web oficial de la Municipalidad se ha tributado un espacio acorde a la preocupante circunstancia.

 

De este modo, las vacilaciones son inconmensurables no solo en cuanto al estado del intendente sino hasta con respecto al ordenamiento institucional de la Comuna con esta peculiar complicación inesperada, sumado a la relación poco fructuosa entre Varisco y su viceintendenta, Josefina Etienot.

 

De más está subrayar la dificultosa problemática concomitante a la causa que vincula al presidente municipal con la Justicia Federal, en relación a una tumultuosa causa por narcotráfico.

De la inculpación relativa a la situación procesal de Varisco, hoy más indefenso que nunca en su convalecencia, se ha pasado a tejer múltiples hipótesis en medio de un hermetismo inoportuno.

 

Pero más allá de la susceptibilidad instaurada peligrosamente por este silencio inconveniente, está el enigma, el misterio sobre si la salud entrerriana, si los galenos entrerrianos, si las herramientas tecnológicas con que se cuentan, inclusive las propias instalaciones sanitarias, privadas o públicas, no estaban a la altura de la dolencia que aqueja al intendente de Paraná.

 

Una comunicación incuestionable, irrebatible, axiomática hubiese sido valiosísima. Se optó por el mutismo absolutamente imprudente, contraindicado, desaconsejable. ¿Propio de la Era Cambiemos…?