¿Qué le pasa a la nueva gestión del IOSPER?
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Ir a la Obra Social de la Provincia implica desde hace unos meses toda clase de disgustos y crece la bronca entre los afiliados. Ahora, las quejas apuntan a las prestaciones kinesiológicas.
Son innumerables las demandas, los reclamos no solo de afiliados sino de los propios prestadores médicos contra el IOSPER. La nueva gestión pareciera que va en contra de su propia imagen y adopta resoluciones polémicas, controvertidas contra los intereses de la ciudadanía entrerriana.
Los kinesiólogos colegiados hoy están en estado de alerta por una modificación inconcebible: hasta el próximo viernes, el afiliado iba al traumatólogo o galeno respectivo quien prescribía siete sesiones ante diferentes cuadros de dolencias, totalizando 21 sesiones al año, aunque pudiéndose ampliar mediante historias clínicas adecuadas a cada caso y/o patología.
Desde el lunes, se implementaría la obligatoriedad de concurrir A DIARIO, o toda vez que el afiliado va a realizarse dicha práctica. De tal modo que, una sesión, una orden.
Los kinesiólogos repudian la decisión y no es descartable que dejen de atender hasta tanto se rectifique la asombrosa disposición.
Por el momento, no se ha dado argumento sólido al respecto y ni siquiera se ha detallado la modificación. Sin ir más lejos, se debe recordar que una cosa es la atención de patologías de partes óseas/musculares y otra por problemas neurológicos. Ni que hablar de la situación de ancianos o personas con capacidades diferentes o incapacitados por distintas vicisitudes.
Lo peor de todo es la INCOMUNICACIÓN. O sea… que el verdaderamente perjudicado, el paciente, se enterará cuando llegue a la ventanilla y le digan que tendrá que ir todos los días, o los días de sesiones, resignándose a hacer cola y en diferentes turnos soportar estar un largo rato en la Obra Social pese a la amable atención de las cajeras que -asimismo- verán incrementarse su trajín diario, de por sí ya extremadamente intenso pese a la implementación del sistema de tarjeta y sacado de órdenes mediante la misma.
¿Por qué de recurrir a esa metodología no se aceitaron mecanismos para que los pacientes asistan a los consultorios y pasen su tarjeta abonando cada sesión allí mismo?
Es increíble que avanzado el Siglo XXI el IOSPER profundice su burocracia, recargando de tareas a sus empleados, y llenando de papeles sus dependencias (con todos los papeles hoy obrantes).
Varios pasos atrás viene dando esta nueva gestión. Esperemos que el próximo gobernador intervenga drásticamente y ponga el debido, el indispensable orden y rectifique a tiempo todas éstas insensateces que se vienen pergeñando desde la asunción del nuevo directorio.