Que haya un Santo optimismo
|El fútbol de Paraná vive horas de notable expectativa, de sobresaliente, -digamos-, desmesurado optimismo tras el debut de Patronato. Y hay que ser realistas: la temporada acaba de comenzar y en pocas horas llega la primera presentación como forastero. Específicamente, en Córdoba ante Instituto. No pequemos de exististas, tampoco de pesimistas, -obvio-, pero es importantísimo poner los pies sobre la tierra y recuperar el sentido básico de entender que la primera misión es mantener la categoría.
No se puede negar que por pasajes, Patronato pasó por encima un rival que a priori es candidato y es uno de los grandes del balompié argentino. Como también es innegable y loable la actitud de ir al frente de modo decidido, sin perder una línea, luciendo compacto, sin dejar brechas peligrosas, intentando sobriamente llegar al arco contrario, sin desesperación, despojándose rápidamente de una incipiente ansiedad, con paciencia y sagacidad para golpear en el momento justo más allá de perderse algunas ocasiones muy claras de anotación, algo a revisar con profundidad para evitar futuros dolores de cabeza.
De igual manera, también suena a obviedad que siempre se trabaja mejor cuando conseguís los tres puntos de movida pero es insoslayable reconocer a tiempo que ya desde éste arranque triunfal, se debe pensar en la segunda contienda sin una pieza de notable trascendencia como Mariano Echagüe, aunque también es duda Gabriel Roth por la lesión en el Talón de Aquiles que obligó al relevo ante los Piratas, o que el o los refuerzos requeridos por el DT no se completaron.
Se erige en postura clave el no perder la humildad, en saber discernir que se ha armado una formación interesante pero que al lado de otros presupuestos es humilde aunque de corazón enorme y de mentes aplicadas a lo que pretende su entrenador.
Por ello debe interpretarse con sabiduría excelsa que a Patronato no le sobra nada y por ende sería suicida excederse en las consideraciones o calificativos de abundante elogio solo por un partido jugado.
Paso a paso, diría Mostaza. Falta muchísimo. Está bueno sonreír, sentirse feliz por éste buen inicio, pero a no abusar de las ponderaciones que se tornen a futuro contraproducentes. Y estaría mucho mejor aún que Zielinsky esté satisfecho con la plantilla que termine de armarse para así concluir el bosquejo de ésta campaña y ser más que nunca concientes de que es lo que se tiene y que es lo que se debe disimular.