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Puertas abiertas para la Casa de la Cultura

Este miércoles queda reinaugurada la obra de ampliación, restauración y puesta en valor de la Casa de la Cultura en un acto encabezado por el gobernador Sergio Urribarri. Los trabajos, iniciados en abril de 2011, se realizaron con fondos provinciales y demandaron una inversión de más de 7 millones de pesos. Dos ejes conceptuales se integraron en el proyecto, la histórica fachada y las dos plantas, y la parte moderna con la construcción de nuevos espacios.

La refacción integral y valorización del nuevo edificio demandó dos años de trabajo y una inversión de 7.344.153,56 de pesos, solventados íntegramente por la provincia. La edificación data de fines de siglo XIX, presentando hoy un aspecto renovado con tres nuevos espacios. Se incorporan así al edificio original un auditorio, un salón ochava y un salón de usos múltiples, a los cuales se ingresa a través de una plaza seca que marca un quiebre entre la edificación original y la ampliación.

En la planta baja, se encuentra el auditorio con capacidad para albergar 200 personas y equipado con las más modernas tecnologías, así como el salón ochava, proyectado y ambientado para exposiciones y conferencias. Completan la disponibilidad de la planta baja depósitos, camarines, buffet y un espacio para el Centro de Artesanos de Paraná. En el entrepiso, se dispone de dos nuevos salones de dimensiones regulares, que se conectan entre sí y tendrán como finalidad realizar actividades relacionadas con la música tales como, ensayos o grabación de demos.

Ya en la planta alta, alternan las comodidades un salón de usos múltiples con capacidad para 70 personas y las oficinas de administración más cuatro habitaciones restauradas y reacondicionadas cuya finalidad es desarrollar proyectos vinculados con la danza. Teniendo en cuenta la accesibilidad integral del edificio, se han construido un ascensor, sanitarios acondicionados y rampas, que posibilitan la circulación en todas las plantas, accediendo desde el exterior.

Párrafo aparte merece la habitación ubicada en la zona antigua de la planta alta que conserva sus baldosas, el esténcil (técnica de color y tiza con el que están recubiertas las paredes) y los herrajes; todo original de la época de su construcción. También la escalera de mármol, que conecta la plata baja con el primer piso, fue restaurada a su antiguo esplendor. Ambas permanecerán ahora, como testimonio de las construcciones del siglo XIX en la ciudad de Paraná.

Historia

El histórico edificio de la Casa de la Cultura, ubicado en la esquina de las actuales calles Enrique Carbó y 9 de Julio, fue originariamente residencia y local comercial de la familia Solari. Emplazada en lo que se conoció como “Barrio La Loma”, comenzó a construirse en 1887, demandado dos años de trabajos hasta su finalización. El proyecto fue encargado al arquitecto Bernardo Rígoli, quien además diseñó la Escuela Rivadavia, el Club Social, la Jefatura Central de Policía y la Casa de Gobierno de Entre Ríos.

Tras varios sucesores la propiedad quedó en poder de Alicia Juana Rufina Fernández de Corte y Marta Alicia Corte de Ascúa hasta 1981, cuando el gobierno de facto la expropia.

En julio de ese año, es declarada de interés arquitectónico por la provincia, de interés público por el Municipio y se crea la primera Comisión Honoraria pro Casa de la Cultura. Entre 1987 y 1989, la casa estuvo cerrada por falta de recursos, abriéndose sólo en ocasiones especiales. Para 1991, se realizan algunas refacciones que permiten utilizarla con cierta asiduidad y al año siguiente se instalan allí oficinas de la Secretaría de Cultura, pasando a depender de esa área de gobierno. Se firma además, un contrato de comodato entre el Estado entrerriano y el Centro de Artesanos Paraná, autorizando a la institución a ocupar la planta baja y el patio de la finca.

Casade, una experiencia realizada en 1998, pone en evidencia la funcionalidad que la vieja edificación podía brindar a la comunidad en pos de la cultura. En aquella ocasión, un grupo de jóvenes artistas plásticos y arquitectos locales, ambientan diversos espacios de la casona para exposiciones. Se constituye además, la Asociación de Amigos de la Casa de la Cultura, con el fin de preservar y mantener vigente la importancia patrimonial del edificio. Se busca además, reconocer el esfuerzo por mantener vivo el espíritu de la casa y la colaboración desinteresada en el trabajo de conservación del espacio cultural a Amanda Mayor, Héctor de María y a los arquitectos Rígoli y Enría. En 2010 se licita la actual obra y en 2011 comienza a ejecutarse.