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Protocolo ILE: renunció Adolfo Rubinstein en forma indeclinable

Mauricio Macri sigue su agenda de este viernes desde la Quinta de Olivos, como ha sido habitual durante todo su mandato. Allí, el presidente recibió la renuncia “indeclinable” de Adolfo Rubinstein como secretario de Salud, luego de las tensiones que surgieron en el oficialismo por el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).

 

Aunque se especulaba que podía ir a la residencia presidencial a entregarle en mano la carta, el secretario optó por enviársela en forma digital. En la nota, de tres páginas, le agradeció “por la oportunidad” y “su confianza” en haberlo designado en el cargo, pero defendió el protocolo que pretendió imponer con una resolución a tres semanas de dejar el poder y sin haberle avisado al presidente, que se enteró por los diarios.

 

Rubinstein tampoco había notificado a su jefa directa, la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, con quien tuvo un encuentro este jueves en el que le adelantó que iba a renunciar si finalmente el Gobierno avanzaba con la derogación del protocolo, tal como ocurrió en el Boletín Oficial de este viernes. ​

 

“Desde lo personal quiero agradecerle tanto la oportunidad que me dio honrándome con este cargo, como su confianza. Siempre mi intención fue contribuir, desde mi lugar como autoridad sanitaria de la Nación, al objetivo de mejorar la salud pública y acercar los servicios de salud a las personas, con efectividad, equidad y calidad”, resaltó Rubinstein en el inicio de la nota que le envió a Macri y que, según supo Clarín, redactó una vez que se oficializó la derogación del protocolo.

 

Rubinstein defendió la resolución 3158/2019 que planteaba la actualización del protocolo para la atención de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo. “Se trata de una guía de actuación destinada a los médicos y a los equipos de salud para darles certeza y protección en la realización de los procedimientos que deben realizar para garantizar los derechos que están consagrados en nuestro Código Penal y refrendados por el fallo F.A.L de la Corte Suprema de Justicia”, justifica el ex secretario.

 

“La resolución que lamentablemente fue derogada -agrega- le daba la actualización jurídica y normativa que varias provincias argentinas reclamaban para reforzar las acciones necesarias del equipo de salud para realizar la ILE en las personas gestantes, incluidas las niñas y adolescentes, en condiciones seguras y con los mejores estándares de calidad”.

 

Un rato después de que se conociera la renuncia, Macri no ocultó su enojo con el funcionario, por no haber sido consultado. “Somos un equipo de trabajo desde el primer día. Siempre aposté a trabajar en equipo, debatir y discutir. Esto fue una decisión unilateral del secretario y eso está mal. Por eso, sin discutir el fondo de la cuestión, anulamos por decreto lo que había hecho”, lo criticó en un video en vivo que hizo en su cuenta de Instagram.

 

En el decreto que firmó para derogar el protocolo, Macri ya había expresado fuertes críticas contra Rubinstein. Por ejemplo, allí se especifica que la Secretaría de Salud “no consultó a sus superiores jerárquicos” y que tampoco participó el Instituto Nacional de Mujeres.

 

Según el ahora ex secretario, antes de las PASO le había advertido a Marcos Peña la necesidad de modificar el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo para que las provincias pudieran adherir sin que los jueces distritales o los médicos se negaran a practicar los abortos no punibles. Aunque cerca de Peña relativizaron sus dichos y negaron que en la reunión que mantuvieron el martes, un día antes de que el protocolo se publicara en el Boletín Oficial, se haya hablado del tema.

 

Sin embargo, en la nota de renuncia que le envió al presidente, Rubinstein aclara que “dado que se trata de un protocolo de actuación médica de competencia de la autoridad sanitaria, no correspondía dar intervención a otros organismos gubernamentales”.

 

En la reunión de Gabinete del jueves, donde Macri terminó de decidirse a revocar la resolución, Rubinstein fue el eje de las críticas de varios de los ministros, que entendieron que había desafiado la autoridad del presidente y de Stanley.

 

“Lamentablemente, esta decisión de formalizar jurídicamente la protección de derechos en los casos de causales de aborto no punible sancionadas en nuestro Código Penal hace casi un siglo tuvo una repercusión política indeseada que terminó mezclando las causales de interrupción legal con el debate sobre interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que se dio en el Congreso el año pasado”, admitió Rubinstein, quien además de los reproches de sus pares de Gabinete había sido el blanco de sectores “celestes”, que se oponen a la despenalización del aborto; y había sido defendido por su partido, la Unión Cívica Radical.

 

Al realzar su trabajo en el área y reconocer que hubo objetivos que no pudo alcanzar por “un contexto socio-económico adverso”, el ex secretario expuso: “La derogación del protocolo en el día de la fecha me obliga a renunciar indeclinablemente a mi cargo como secretario de Gobierno de Salud ya que durante toda mi gestión tuve como una de mis máximas prioridades tanto la protección como la ampliación de derechos de las mujeres, niñas, adolescentes, las personas con capacidad de gestar y la comunidad LGBTTIQ+”.

 

Según Rubinstein, su equipo continuará hasta el final de su mandato, “con el objetivo de resguardar la salud pública y sobre todo a los más vulnerables hasta el último minuto de la gestión”.