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Productores de mandarinas y naranjas revelan fuerte caída de la rentabilidad

La producción de mandarinas y naranjas deberá afrontar la próxima campaña con una rentabilidad negativa, serios problemas de sobre stock que derrumba los precios internos y costos atados a la inflación, y también la imposibilidad de aliviar su situación por la agresiva comercialización que ofrecen los super y la falta de exportación. El escenario negativo fue presentado por Julio Jaime, de la Federación de Citrus de Entre Ríos (Fecier), quien explicó la situación “tremendamente compleja” por la que atraviesa este sector productivo que ocupa a unas 130.000 hectáreas en todo el Norte argentino.

 

“La próxima cosecha de mandarinas y naranjas comienza en 20 o 30 días y la rentabilidad es negativa y las medidas actuales del Gobierno no se ven como un reflejo real a una resolución de la problemática del sector”, explicó Jaime para quien “con la exportación complicada, sin poder colocar fruta en un mercado interno sobre ofertado y con el poder adquisitivo bajo, va a ser un año duro”.

Agregó que la producción de naranja demanda un costo promedio de producción de $ 1,5, y en la puerta de la chacra recibe un valor de $ 1. “Es decir que se vende por debajo del costo de producción ya que el flete presenta un precio más alto que el valor que ofrece la fruta”, advirtió. Según su visión, la “poca velocidad de cambio que ofrecen las medidas oficiales y la captación de nuevos mercados, además de la propia producción, contrastan con la inflación que resulta terriblemente alta”.

 

Jaime indicó que a la falta de exportación también se le suman las trabas comerciales que plantean las grandes cadenas de supermercados “que se apropian de hasta 40% de la renta”.

Consultado sobre las medidas pendientes para el sector, Jaime reconoció la necesidad de contar con créditos para desarrollar la actividad. “Los préstamos son muy caros e imposibles de cubrir, con tasas que van desde el 30% al 40%. Habría que sacar los intereses y reemplazarlos por un tipo de interés atado al precio”, reclamó.

 

Desde el sector privado se demanda la necesidad de contar con un mercado con un precio de referencia, atender el encarecimiento del flete y mecanismos que permitan financiar el pago de cargas sociales.

También acelerar las tratativas realizadas para mejorar las relaciones comerciales y los status sanitarios para morigerar el impacto que tuvo la caída de mercados como Brasil y Rusia, y la competencia que debe enfrentar ante otros países productores, tales como Sudáfrica, con mayor nivel de competitividad.